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  • Heather Langenkamp, protagonista de 'Pesadilla en Elm Street': "Nuestra cultura venera al monstruo y no al héroe"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 07/10/2024 11:54

    Parece que fue ayer, dado que su impacto sigue indeleble, pero el 9 de noviembre se cumplen 40 años del estreno (en Estados Unidos; a España llegó casi un año después) de la mítica 'Pesadilla en Elm Street', presentación en sociedad de un villano icónico del terror, Freddy Krueger, pero también de una fantástica heroína, Nancy Thompson, encarnada con adorable naturalidad por Heather Langenkamp, que volvió a ese universo para la tercera y séptima entregas. Tras un tiempo más centrada en su vida familiar y en la compañía de efectos especiales de maquillaje que comparte con su marido, la actriz volvió al primer plano con su papel de misteriosa doctora en 'El club de la medianoche', una de las grandes series de Mike Flanagan para Netflix. Este año ha recogido en Sitges una merecida Màquina del Temps. Ya han pasado cuarenta años desde que la vimos sobrevivir a Freddy Krueger en la primera entrega de 'Elm Street'. ¿Sigue con algo de estrés postraumático? En realidad hacer cine con Wes Craven nunca fue un trauma. Siempre fue una delicia. Nos hicimos muy buenos amigos durante los diez años que trabajamos juntos. Incluso después de aquello, seguimos viéndonos y yendo a ver pelis juntos. Él siempre estaba muy ocupado, pero hacía hueco al menos una vez al año para quedar. Hacer las películas de 'Elm Street' no fue exactamente traumático, aunque he de decir que conllevó un esfuerzo físico importante. La acción era intensa, sobre todo en 'Pesadilla en Elm Street 3: Los guerreros del sueño'. Antes de hacer cualquiera de ellas, tenía que entrenar bastante. Wes siempre me hacía correr, saltar, pelear, caer rodando por sitios… Me veía obligada a hacer ejercicio para estar fuerte y tener la resistencia necesaria. En 'Los guerreros del sueño' estábamos en unos decorados extrañísimos donde teníamos escenas muy físicas e impactantes. El cristal de un espejo explotaba cuando yo entraba en una habitación. También estaba aquel monstruo gigante que parecía una serpiente… Se probaron muchas cosas distintas para esa película. Fue muy innovadora. Siempre ha defendido que Nancy Thompson merece el mismo estatus de icono que Freddy Krueger. De hecho, llegó a producir y protagonizar un documental ('I am Nancy') para defender su tesis… Todo empezó porque un día llamé a la oficina de Wes Craven para ver si quería venir a una proyección de 'Elm Street'. Hablé con su secretaria y le dije: "Soy Heather Langenkamp y quiero dejar un mensaje para Wes". La secretaria no sabía quién era, tuve que deletrear mi nombre. Mi cuñada, que estaba a mi lado, se enfureció con aquello. Pero yo estaba acostumbrada: nadie sabe quién soy, solo Robert [Englund, el actor que dio vida a Krueger] es popular. Todavía hoy me pasa. Paseando por Sitges estos días, no he visto una sola camiseta de Nancy. Hice la película para preguntarme un poco eso: ¿por qué el antihéroe es el héroe? ¿Por qué no hay espacio en el mundo moderno para los héroes? Deberíamos haber hablado no tan solo de Freddymanía, sino también de Nancymanía. La cultura venera al monstruo. Aunque apareció en una telecomedia popular ['Somos 10', 'spinoff' de 'Los problemas crecen'], se le sigue considerando ante todo una 'scream queen'. ¿Se siente cómoda con la etiqueta? Cuando acepté el papel, hacer películas de terror no estaba muy bien visto. La mayoría de gente te decía: "Si haces eso no tendrás una carrera". Me lo pensé mucho, pero acabé lanzándome al proyecto porque quería sobrevivir en Hollywood y necesitaba trabajar. Además, era un guion interesante, en el que las historias adolescentes eran muy sólidas y recordaban al cine de John Hughes. Trataba mejor a sus personajes que muchas otras películas de terror. Pero, misteriosamente, mucha gente de Hollywood no fue a verla, así que no me fue de gran ayuda. Solo se hizo popular alrededor de una década después del estreno. Encontró trabajo regular, sea como sea: cada temporada de 'Somos 10' tenía 22 episodios. Ese era un poco el sueño, así es. Era muchísimo trabajo y, además, en un terreno tan difícil como el de la comedia. Otro desafío era rodar delante de público; era un poco como estar haciendo teatro también, algo que siempre había querido. En esos días quería hacerlo todo, intentarlo todo. Un fan de esa telecomedia se convirtió en su acosador. Tiempo después, este incidente formaba parte de la metaficcional 'La nueva pesadilla de Wes Craven'… La fantasía nutriéndose de la realidad. Había hablado a Wes de esa experiencia, y cuando preparaba la séptima parte de la saga, quiso hacer referencia a ella. Quería jugar con la idea de que los actores tienen acosadores, algo completamente cierto, y mucho más temible que Freddy Krueger. Entretejía el terror de la vida real con el terror de la imaginación. Recientemente volvió a la televisión con 'El club de la medianoche', del brazo de Mike Flanagan. ¿Se sintió agradecida por la oportunidad de volver al primer plano? Él me resucitó. Para muchas mujeres de Hollywood, es complicado llegar a una cierta edad y mantener la vitalidad de sus carreras, sobre todo si tienen una familia y un lugar al que seguir volviendo. Cuando Mike Flanagan me pidió participar, creí que sería para algo pequeño, no para un papel tan importante de la serie. Es de lo mejor que he hecho. Me parece una serie importante porque habla de la muerte, algo de lo que nadie quiere hablar. Flanagan no para de hablar de ello y con sus historias nos ayuda a afrontarla.

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