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  • Newell's y un empate sanador que mantiene vivo el ciclo del Gallego Méndez

    » La Capital

    Fecha: 26/08/2024 04:34

    Newell’s se presentó en el Monumental con el futuro del DT que parecía cosa juzgada, pero el equipo jugó con entereza y dio la cara para sostenerlo. Miljevic pasa y Pezzella le cometerá una infracción que le significará una amarilla. El volante ofensivo leproso estuvo muy participativo. Coraje. Una palabra que sintetiza lo que tuvo Newell’s en la visita al Monumental. Solo así se explica que un equipo golpeado por todos lados, sin signos vitales de recuperación, inmerso en una crisis futbolística y con un entrenador más cerca de irse que de quedarse, haya tenido semejante demostración de entrega en un estadio Monumental repleto de hinchas que aguardaban una fiesta del River del Muñeco Gallardo. La celebración se las arruinó la Lepra, ese puñado de futbolistas que, en el peor momento, sacaron todo lo que tenían para defender al Gallego Méndez adentro de la cancha. Así lo hicieron, con un empate sin goles que les da a todos algo de respiro y que diluye, aunque sea por una fecha más, el estado de incertidumbre acerca del futuro del DT. Gallego Méndez: "El equipo se plantó en una cancha difícil y esto nos sirve para arrancar" Para el enfrentamiento contra el Millonario, el Gallego Méndez respaldó a los mismos once que salieron a jugar contra Central Córdoba de Santiago del Estero por la Copa Argentina, de la que se fue eliminado en la definición por penales con una actuación pobrísima. Costaba imaginar que esos nombres fueran capaces de responder, y responderle, porque al fin y al cabo, además de los tres puntos que estaban en disputa se jugaba el futuro del DT. Pero con el empate consumado, la decisión le dio la razón. Los once elegidos, y también los que ingresaron durante el partido en el Monumental, fueron valientes. Hubo que tener personalidad y autoridad para enfrentar la adversidad, para cargar con las limitaciones propias, sabiendo que del otro lado estaba un conjunto de una gran riqueza individual y colectiva. Ante todo eso, la Lepra no se achicó, metió, luchó y, con lo que pudo, trató de jugar. Casi no llegó con peligro al arco de Armani, es cierto, pero lo intentó. Y durante esos lapsos que pisó con mayor frecuencia el campo millonario, le sirvió para, al menos, no dejar que el rival se le aproxime. No es poca cosa con el potencial ofensivo del equipo del Muñeco Gallardo. La garra de Rodrigo Fernández, la férrea marca de Gustavo Velázquez y Saúl Salcedo, la entrega de todos, la disposición de Miljevic para trasladarla hacia adelante. Newell’s fue otro, muy diferente al de costumbre. Como si encontrarse en el abismo lo hubiese despertado, empujado a una reacción. La que, hay que ser sinceros, nadie esperaba. Ni los hinchas, ni la dirigencia, que entendía que este posiblemente fuese el punto final del Gallego Méndez en el club. Un cierre de etapa que comenzó hace unos días con la salida del director deportivo Ariel Michaloutsos. Pero que si no continuó con el DT fue porque los futbolistas dieron la cara en la noche del Monumental y respaldaron a su entrenador. Es que al fin aparecieron los refuerzos, esos mismos que hasta ahora habían mostrado poco. Salcedo, Cardozo y Besozzi cumplieron, desde la predisposición para jugarse el todo por el todo. Jugaron con agresividad. En el caso de los atacantes, para intentar ir hacia adelante, aunque les saliera muy poco. Y también para dar una mano para defender. Con respecto al zaguero, impuso presencia en el fondo para cortar los ataques millonarios. Si se los menciona a los tres es porque era de quienes se esperaba que empezaran a justificar por qué se los trajo. Y así lo hicieron. Pero no fueron los únicos. No es que Newell’s haya jugado en un nivel espléndido, ni que haya maniatado a River. Pero si se considera de dónde venía y que una caída hubiese profundizado la crisis, jugarle al millonario con semejante muestra de carácter resultó elogiable desde todo punto de vista. Un reconocimiento que todos ellos se merecen y que, ni más ni menos, sirvió para mantener al Gallego Méndez en la conducción del equipo. Queda mucho camino por recorrer y las heridas de este ciclo con la gente aún no cicatrizaron, pero al menos empezaron a sanar ante River.

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