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  • Marc Stanley: un anfitrión, una fiesta y dos discursos, en la celebración en la embajada de Estados Unidos

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    Fecha: 04/07/2024 02:56

    El interés de la celebración del 4 de julio que organiza la embajada de Estados Unidos en Argentina para celebrar su Día de la Independencia se potencia cuando se da con el inicio de un nuevo gobierno nacional. Sobre todo, en los que habilitan nuevas ediciones de las “relaciones carnales” que Carlos Menem posibilitó. Ese interés radica en la cantidad de funcionarios que envía el gobierno argentino, y cómo en la medida que se mueve la situación económica –de manera cartesiana–ese número inicial de funcionarios, baja o sube. Los anffitriones Marc y Wendy Stanley, con una de sus hijas y su yerno. En este festejo 2024, Marc Stanley tuvo quizá, la convocatoria más grande desde que llegó a la Argentina. De mil setecientos invitados, el Palacio Bosch contuvo a unos mil cuatrocientos. Y del gobierno de Javier Milei estuvieron Guillermo Francos, Martín Menem –con “sus ojos”, Federico Sharif Menem, su sobrino–, Manuel Adorni, Mariano Cúneo Libarona, Luis Petri, Eduardo Mallea, Bertie Benegas Lynch, Juliana Santillán, José Luis Espert, Ramiro Marra, Daniel Salamone, y Sebastián Amerio. Y aunque fue eyectado por Milei, se podría sumar a Nicolás Posse, ya que todavía se lo identifica más con su gobierno que con Corporación América. Bertie Benegas Lynch (izq.) y Santiago Valenzuela. Este número de personajes del universo Milei presentes en la celebración del 4 de julio rivaliza –sino es que supera– a la que el macrismo tuvo en 2017, en la despedida que entonces se le hizo a Noah Mamet, el embajador que había enviado Barack Obama quien, hasta que se casó en la Toscana italiana, pasaba la mayor parte del tiempo pos embajada, en Buenos Aires por negocios. Esto no les gusta a los autoritarios El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad. Hoy más que nunca Suscribite Sofía y Darío Turovelzky; Adrián Werthein y Fabiana Ricagno; Luis Galli y Angie Reyser. Marc Stanley, sin ser embajador de carrera, le dio una vuelta más a la comunicación diplomática. Es de quienes utiliza casi todas las plataformas y sumó una bitácora con textos y fotos que publica mensualmente. Se le nota su cualidad de anfitrión incluso con una celebración de mil cuatrocientos invitados que, por momentos, hace complicada la movilidad de los cuatro custodios que lo siguen en medio de espacios colmados de gente. Dos discursos, dos públicos, dos intereses En la previa al discurso para “todas, todos y todes” –él usó el inclusivo–, Marc Stanley habló en el salón principal solamente para los sponsors de la fiesta propiamente dicha . Es decir, para las empresas que, como él dijo, “hicieron posible esta noche, que sin ustedes no habría sido posible”. Abrió el discurso con un breve mención sobre sí mismo respecto a que finalmente creía haber superado el prejuicio que había respecto de su designación como embajador, y que –parafraseando a Milei–, le dieron este destino pero “no hay plata”. Los embajadores Wendy y Marc Stanley, y Luis Petri. Como hace todo diplomático, el mensaje dado a los sponsors fue optimista y consideró el plan que se aplique debería “nivelar la cancha para todas las empresas presentes en esta, por ejemplo, arreglar la cuestión del mercado cambiario. También hacer que ustedes tengan la libertad de importar y exportar, y que funcione el estado de derecho, que tengan acceso a la Justicia”, dijo Marc Stanley. Las fotos de quienes estuvieron en la fiesta en la embajada de EE.UU. Para reforzar su sentir optimista, el embajador de Estados Unidos señaló que “nos alentó que la Argentina comenzara el proceso de adhesión a la OCDE ( Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), donde uno de los requisitos de ingreso es el respeto de los derechos de propiedad intelectual”. Además sumó que “en los últimos seis meses hemos recibido más visitas de alto nivel de los Estados Unidos que en los últimos seis o siete años (…) De hecho, la semana pasada recibimos una delegación de alto nivel de fabricantes de artículos de defensa que tienen interés de –quizá algún día– asociarse con la Argentina para hacer negocios”. Sandra Arroyo Salgado; Lydia Barraza y Abigail Dressel (funcionarias de la embajada); y Barbie Simons. De las misiones que Estados Unidos mandó a visitar Argentina en estos seis meses, Marc Stanley mencionó al Departamento de Energía, de Comercio, de Estado, de Defensa, de la Casa Blanca, de la NOA ( Administración Nacional de Atmósfera y Océanos), de la NASA, “y de muchos otros organismos”. Con respecto al entorno de Javier Milei, el embajador norteamericano expresó: “Un término que escucho mucho al hablar con los funcionarios de este Gobierno, es que buscan lograr una economía normal. Y creo que es lo que todos los presentes en esta sala están buscando, es decir, no una ventaja sino simplemente una economía normal. (…) Por supuesto, nada de esto por supuesto ocurrirá de la noche a la mañana, sino que por el contrario es un proceso”. Los jardines y escaleras exteriores estaban a tope invitados y para escuchar el discurso del embajador anfitrión, muchos prefirieron seguirlo por las pantallas ubicadas en los salones interiores. “Como dijo mi amigo, el presidente Joe Biden: 'Mi vida me enseñó a abrazar la libertad y la democracia'”, dijo Stanley. “Y un futuro basado en los valores centrales que definen a los Estados Unidos: honestidad, decencia, dignidad, igualdad. Que todos tengan una oportunidad, no dar lugar al odio”. Nicolás Posse, uno de los mencionados por el embajador Marc Stanley en su discurso protocolar. Marc Stanley mencionó la relación que existe entre los 46 millones de argentinos y los 333 millones de estadounidenses, y de la “suerte de estar en la Argentina hace dos años y medio, y aprendí que, para bailar el tango, hacen falta dos personas. Yo tengo pata de palo para bailar, pero sepan que estoy acá, listo para bailar el tango con ustedes. (…) Esta es mi tercera celebración del Día de la Independencia en Argentina, y quiero reconocer a algunos líderes que ayudaron a fortalecer nuestra relación en este tiempo: los jefes de Gabinete Juan Manzur, Nicolás Posse y Guillermo Francos; los cancilleres Santiago Cafiero y Diana Mondino; y los embajadores Jorge Argüello y Gerardo Werthein. (…) Argentina y Estados Unidos comparten una larga historia de colaboración y respeto mutuo. ¡Ya entramos en el tercer siglo de relaciones bilaterales!”. POR LOS SALONES DE LA EMBAJADA “Perdoná que te llame hoy (martes), un día de mierda, pero te mandé un proyecto”, comentaba entusiasmado Manuel López –presidente de la bancada de la Coalición Cívica, en diputados– a su par Silvia Lospennato, la secretaria de ésta, y a Martín Menem y su sobrino Federico Sharif Menem. El receptor de su proyecto era Santiago Bausili quien llevaba más de un días de m…desde la conferencia que dio con Luis Caputo el viernes a última hora. Los aliados en Diputados: Silvia Lospennato; Bertie Benegas Lynch y Juliana Santillán; y Manuel López. Ese grupo de aliados políticos –LLA, PRO y CC– estaba en uno de los dos salones que, en general, ocupan los invitados que suelen captar la atención de los medios. En este caso, es el del bar que –que es el comedor del Palacio Bosch– está a tope. De hecho entre esa barra y la de los jardines, los catorce barman despacharon más de mil quinientos tragos. Allí también estaba Bertie Benegas Lynch quien con Santiago Valnezuela se acodaron para tener alta charla con solo cerveza en mano. Guillermo Coppola y uno de los varios pedidos de selfies que atendió. El otro salón que más se llena y está mejor iluminado es “el de baile” . Ahí se mezclan empresarios, funcionarios, consultores, economistas embajadores, políticos, y sobre todo, los judiciales que son quizá, el “elenco estable” porque a diferencia de los políticos, su cargo es casi de por vida. Allí se ubicaron, en distintos suelos y momentos, los “Lago Escondido”, los “lawfare”, los de “Los Abrojos” o “La Liverpool” –algunos de ellos acumulan las cuatro categorías–, y también las juezas María Eugenia Capuchetti, Sandra Arroyo Salgado quien comentaba que “en cinco años me jubiló”, y el juez Sebastián Casanello. Dinseh Bhatia,y esposa (India); Teresa Bulgheroni y Inés Etchevarne; Bernard Scholtz y su marido (Países Bajos). Fuera de fuero judicial, por allí se puedo ver a Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti, Hernán Lacunza, Pablo Garzonio, Martín Cabrales, Fabián Perechodnik, Alejandro Catterberg, Guillermo Francos, Mariano Cúneo Libarona, Mario Montoto, Eduardo Elzstain y Ezequiel Herzage, Pierpaolo Barbieri, Jaime Campos, Marcos Pereda, Daniel Funes de Rioja, Gerardo Martínez, entre otros. El resto, se ubicó en los jardines, un espacio que, por la iluminación es el mejor para permanecer lo más discreto que se puede en una fiesta con mil cuatrocientos invitados. Waldo Wolf y su mujer; Jorge Macri y María Belén Ludueña; Clara Muzzio y Jorge Aguado. El fin de fiesta de este tan particular Día de la Independencia de Estados Unidos tuvo un momento inesperado, por decirlo de algún modo. “¡La fiesta terminó!”, “¡Gracias por acompañarnos!”, ¡”La Embajada tiene que dormir”, vociferó un funcionario de alto rango pero como es de bajísimo perfil, los muchos invitados que estaban pensaron que era una broma de última hora. Pero como eso no fue suficiente, otras tres integrantes del staff diplomático tomaron la posta e hicieron lo mismo desde la escalera central y lograron “desalojar el Palacio Bosch”.

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