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  • Anuncio y presión al dólar: cómo será la nueva letra, los detalles que faltan y los temores de la City

    Buenos Aires » AmbitoWeb

    Fecha: 02/07/2024 19:39

    El instrumento tendrá una opción de rescate del BCRA a un día a valor técnico y el Gobierno asegura que no se pasará a riesgo Tesoro. Persisten las preocupaciones en los bancos. El mercado ve un esquema cambiario agotado. La reacción inicial de las variables financieras tras la conferencia del viernes de Luis Caputo y Santiago Bausili basta como muestra de los problemas que atraviesa el Gobierno para encauzar las expectativas de los agentes económicos. Mientras el equipo económico termina de pulir los detalles del nuevo instrumento que utilizará para migrar el stock remanente de pasivos remunerados del Banco Central a deuda del Tesoro, persisten dudas en la City luego de la reunión que ambos funcionarios mantuvieron el lunes con representantes de los bancos . No solo sobre la estrategia monetaria anunciada sino, fundamentalmente, sobre el ratificado esquema cambiario que el mercado considera agotado. En el Gobierno, están a la orden del día los debates sobre cómo superar el cimbronazo reflejado en la suba de los dólares paralelos y del riesgo país. Caputo evita dar mayores señales sobre un eventual sendero para desarmar el cepo ya que aún no tiene las condiciones para hacerlo (la expansión de la brecha y el freno en la recuperación de reservas parecen alejarlo más) y ratifica la continuidad del "crawling peg" del 2% mensual y del dólar blend. Pero entre los asesores de Javier Milei hay quienes plantean que, en momentos desafiantes para el programa económico, es necesario transmitir mayor claridad respecto de esos puntos para intentar crear un horizonte de expectativas. Por lo pronto, en los despachos oficiales, señalan que se trabaja para sacar este jueves , luego de la reunión de Directorio del BCRA, las normativas para la creación de las letras de regulación monetaria . Se trata del instrumento que reemplazará el stock remanente de alrededor de $15 billones de pases pasivos, como vía para completar el pasamanos de deuda desde Reconquista 266 hacia Yrigoyen 250 que ya se había acelerado en los últimos meses. El anuncio del viernes a última hora se limitó a eso. A informar que, en la segunda etapa del programa económico, se eliminarán por completo los pasivos remunerados del BCRA para cerrar el grifo de emisión monetaria que implica el pago de los intereses de esos instrumentos. A cambio, dijeron Caputo y Bausili, se les dará a los bancos una nueva letra cuya tasa será administrada por el Central pero que estará constituida en el balance del Tesoro , que se hará cargo del pago de los intereses. El mensaje de los funcionarios abrió varios señalamientos durante los días siguientes. Además de las críticas sobre que no se recogió el guante de las preocupaciones sobre el agotamiento del esquema cambiario, las preocupaciones se trasladaron al frente fiscal: distintas fuentes privadas calcularon que el Tesoro necesitará hacer un ajuste adicional de entre $600.000 millones y $800.000 millones al mes para afrontar esos intereses (o más si hay una suba considerable de la tasa). Por otro lado, se encendieron alertas sobre una migración no opcional (como había sido hasta acá) del activo de los bancos desde “riesgo BCRA” a “riesgo Tesoro”, siempre considerado menos seguro y más aún después del “reperfilamiento” de 2019. Un tema sensible si se tiene en cuenta que la contracara de ese dinero son los depósitos de los ahorristas. Sobre este último punto, Caputo y Bausili intentaron llevar tranquilidad durante la reunión de 40 minutos que mantuvieron el lunes con unos 80 representantes de bancos y otros funcionarios. Allí, el titular de la autoridad monetaria dijo que, si bien las nuevas letras serán pasivos del Tesoro, serán administradas por el BCRA, que se ocupará de administrar la liquidez de un modo parecido al que hoy tienen los pases. Y explicó que los pesos que le ingresen al fisco por la colocación de la letra de regulación monetaria quedarán depositados en la cuenta que posee en el Central a modo de garantía. Ante la consulta de Ámbito, una alta fuente oficial añadió que habrá una normativa por la cual los bancos contarán con una opción de recompra a valor técnico por parte del BCRA, es decir, una especie de “bid”, como se lo conoce en la jerga financiera. “Les asegura que se trata de un riesgo de un día contra el BCRA”, sostuvo. Al contar con ese “bid”, se reglamentará que las nuevas letras no computen para los límites de financiamiento al Tesoro que tienen las entidades financieras. Es lo mismo que ocurre con los títulos asegurados con “puts”, que representan una masa de deuda cercana a los $20 billones que está a tiro de ejecución y que ahora el Gobierno se propone desarmar a través de una negociación banco por banco. ¿Qué otras características tendrán las nuevas letras? Según supo Ámbito, serían exclusivas para los bancos. Devengarán un cupón de intereses flotante que se ajustará por la tasa de política monetaria y, al ser emitidas por el Tesoro, no pagarán Ingresos Brutos (algo que sí ocurre con los pases en varios distritos). En principio, tendrían un interés capitalizable, al igual que las LECAP: de concretarse esto le permitiría al Gobierno hacer el truco contable de que no computen en el resultado fiscal. “Por supuesto que es sencillamente un tema contable (porque el costo fiscal igual está, más allá de cómo se computa), pero si el Gobierno quiere seguir mostrando superávit fiscal deberá limitar el pago de intereses por el reemplazo de los pases”, planteó la consultora 1816 en un informe y ejemplificó: “Si el fisco tuviera $30 billones colocados al 0% en el BCRA y pagara una tasa de interés de 4,25% al mes y eso se registrara arriba de la línea (es decir, si no se capitalizara), implicaría un costo fiscal de casi $1,3 billones al mes”. Un costo que, en cualquier caso, se sumará al fuerte ajuste que ya de por sí lleva adelante el Ejecutivo y que implicará nuevos recortes sobre otras partidas para destinar esos recursos al pago de la deuda. Ante la inquietud de los banqueros, algunos de estos puntos fueron respondidos en la reunión del lunes; otros no. Otros aspectos aún están por resolverse. Tampoco se habló de los plazos de colocación que tendrán las nuevas letras. En las últimas horas las dudas persistían en varias entidades de la City más allá del comunicado de apoyo que publicaron las entidades que agrupan a la banca privada. Algunas esperaban que hubiera algún tipo de incentivo adicional para aceptar la operatoria. Dólar, cepo y nuevas letras: los temores del mercado Orlando Ferreres, uno de los economistas más consultados por la City y las grandes empresas, fue categórico al evaluar la medida: “El viernes se anunció una especie de plan Bonex para los bancos. Con otro nombre, con otro tipo de deuda, pero es lo mismo que hizo Erman González con el plan Bonex porque se pasa deuda que es del BCRA al Tesoro. Eso es lo que no gustó a los mercados”. La referencia es al canje forzoso implementado en diciembre de 1989 por Carlos Menem, que en aquella oportunidad recayó sobre los plazos fijos de los ahorristas. Si bien dijo que el riesgo para los depósitos no es de la misma magnitud que hace 35 años, porque “la situación es mucho más suave”, aclaró que existe. “No salieron muy contentos los bancos al ver que era una obligación ineludible”, agregó Ferreres, entrevistado por Radio 10. Ante la consulta de si el hecho de que hubiera un bid a un día con el BCRA atenuaba el impacto, como plantean los funcionarios, el economista consideró que igualmente se trata de una salida disruptiva para el sistema financiero. “Los veo a los banqueros preocupados”, afirmó. El analista financiero Christian Buteler consideró que este pasamanos de deuda no es la solución al problema de los pasivos remunerados, sino una forma de “esconder la realidad”. Argumentó que lo que permite es contabilizar esos pesos como deuda del Tesoro pero, si en algún momento tienen que ser cancelados, eso se hará por intermedio del BCRA con expansión monetaria “porque el Tesoro no tiene la capacidad de generar dos bases monetarias de superávit”. “El día que los egresos superen los ingresos, veremos la realidad”, dijo en su cuenta de X. Amén de lo hace al anuncio monetario en sí, el grueso de las preocupaciones se centra en el esquema cambiario, al que el mercado, el FMI y buena parte de los economistas ven como agotado. El Central ya no compra reservas, se activaron las presiones devaluatorias, la brecha superó el 50%, se viene el trimestre más complicado para el flujo de divisas, se acumulan pagos de deuda en dólares y el repunte del riesgo país ensombrece las posibilidades de que el plan Caputo derive en una apertura del financiamiento externo a tiempo para refinanciar los abultados vencimientos de 2025. “El mercado esperaba un anuncio de política cambiaria, algo que dé una pista sobre el cepo”, le dijo un operador a este medio. Caputo ratificó el "crawling peg" del 2%, el dólar blend (que el Fondo le pide eliminar para que el 20% de las exportaciones que hoy va al CCL entre a las reservas) y dijo que las restricciones cambiarias se removerán en una tercera etapa del programa, que parece alejarse más a medida que se complica el frente de las reservas y se expande la brecha. El ministro les dijo a los banqueros que, en la futura competencia de monedas, el peso no desaparecerá y que incluso aspira a que tienda a fortalecerse. Uno de los asistentes interpretó que Washington terminó por velar la dolarización y que ahora el Gobierno baraja una neoconvertibilidad.

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