Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Creer o reventar

    » Perfil

    Fecha: 24/06/2024 06:23

    En los hechos, después de seis meses, la reserva de oxígeno se redujo al mínimo, sin que se note todavía el beneficio de apenas respirar. Sin embargo, las encuestas de opinión coinciden en que el Gobierno aumentó aún más el alto porcentaje de apoyo a su gestión. Una palabra en común resume la ilusión de las personas consultadas. Las miradas anhelantes dicen: “esperanza”. La respuesta callada que sigue a continuación se lee abajo, en los subtítulos: creer o reventar. La opción suena terminal, pero es falsa. Sólo grupos violentos, autoritarios, fanáticos, acunados en relatos repetidos, eslóganes maquinales, consignas vencidas, promueven detonar el sistema, como intentaron hacerlo cuando se trató la ley Bases en el Congreso. Cegados por una ambición de poder que la voluntad popular desprecia en cada elección, desean que el magma recaliente del debate entre en erupción, derrame su baba ardiente en las calles sin considerar, ni medir, las consecuencias. Creer, en cambio, viene con lo puesto. Pedir que alguien se asome, ampare, dé una mano, baje, ayude a empujar, es parte del instinto de supervivencia. La desesperación le ruega a cualquiera. Se besan fotos de afectos entrañables, estampitas de ídolos populares, dioses paganos, diablos amigos, o santos pecadores. A la espera, en el mientras tanto, con más, o menos, ingenuidad, o inocencia, la mayoría aguanta, sale a rebuscarse el día, se da ánimo. Mañana será mejor, habrá otro día, uno más, y otro. En uno de esos, quién te dice, tal vez, algo bueno suceda. Así hasta que se acaben los días. Esto no les gusta a los autoritarios El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad. Hoy más que nunca Suscribite Ahora, bien, si el asunto es convertirse a la fe religiosa en el profeta Milei, bueno, pará, vamos viendo. Con aflojar la soga de la inflación apretada al cuello desde hace, ¿cuánto?, no alcanza para tragarse el ostiazo entero, arrodillarse, hacer reverencias. Además de condenar a los réprobos, insultar a los infieles, el predicador bendecido por los votos debería sorprender a las multitudes que lo siguen con un par de milagros, tal como cuentan los que prometen el Reino de los Cielos. Esos pastores no son simples voceros de Adorni, la vieron. Amándose los unos a los otros, sin discriminar por sexo, o edad, hace más de dos mil años que tienen la oveja atada. Gobernar, acordar entre personas decentes, no debe ser tan complicado Gobernar, acordar entre personas decentes, no debe ser tan complicado. Con funcionarios expertos, gente honesta en los cargos, no te digo que a los tres días, pero en tres años, ponele, boludos todavía, resucitamos. Pasa que el pasado pesa demasiado. En la sala oscura donde imaginamos ese país posible, la pantalla ilumina una tira interminable de caras que todavía asustan porque siguen libres, hablan sin tobillera. Empresarios, sindicalistas, dirigentes sociales, políticos. Aníbal Fernández, Julio De Vido, Massa, Insfrán, Capitanich, el macrista Pepín Rodríguez Simón, los capos gremiales, Barrionuevo, Moyano, Gerardo Martínez, el de la Uocra, servicio de inteligencia militar durante la dictadura, Grabois, Belliboni, el pollo obrero que piquetea de todos lados, los empresarios coimeros, Ángelo Calcaterra, Aldo Roggio, el sobrino de Eurnekian, el de la Corporación América. Cientos de responsables, cada uno en su cuota parte, del tendal de generaciones arruinadas que quedaron cada vez que estos tipos tuvieron la oportunidad de coimear, sobornar, estafar, saquear, chorear a mansalva. Una monstruosa deuda en millones de vidas arrasadas que deberían afrontar, como una probation, ante la cara de cada una de ellas puestas en fila. Ya sé, no me digas, tenés razón, es una curda nada más esta demanda absurda. Hay que estar muy bebido, o fumado, para creer que un Estado sembrado de trepadoras plantas permanentes que no sienten culpa por nada, repartido siempre entre los mismos, tipo Scioli, o Leila Gianni, ex Cristina, militante de Massa, ahora subsecretaria de Pettovello, se va a resetear milagrosamente porque los conmueva un gil que baja el sermón de la montaña. En cuanto les revisás el prontuario, o pedís ver las cuentas de los quiosquitos, te crucifican. El hambre, la sed de Justicia, no se resuelven sólo con multiplicar ganapanes, o reproducir peces raros. *Periodista.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por