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  • Mendigos que eran muñecos: un libro recoge una experiencia artística desconcertante

    » Clarin

    Fecha: 23/05/2024 08:06

    Un libro estructurado en una serie de gestos es también una corporalidad que intenta reconstruir una experiencia. Si el libro da cuenta de un archivo, esa gestualidad funciona como síntesis y como articulación entre una intervención urbana de características teatrales y una acción que suscita una variedad de elementos filosóficos. Archivo Filoctetes. Artes vivas, espacio público y documentación (con curaduría de Maricel Álvarez para Ediciones Documenta) es un libro que apela a una forma de teatro expandido que tuvo lugar a partir del año 2002 y hasta el 2007 en las ciudades de Buenos Aires, Cracovia , Berlín y Viena. Emilio García Wehbi decidió instalar en las primeras horas del día, en zonas estratégicas de estas ciudades, una cantidad de muñecos antropomórficos (realizados por Norberto Laino y Julieta Potenze) que emulaban a los caídos del sistema. Seres en situación de calle, mendigos o vagabundos que se encontraban tirados y que permanecían en un estado de abandono cercano a la agonía. Las personas que transitaban durante esa jornada (todo sucedía durante las horas laborales en un único día) podían sostener un estado de indiferencia o acercarse para ver si era necesario ayudarlos y asistirlos. Cuando descubrían que se trataba de una escena ficcional, propia de la mecánica de una performance delegada, los equipos de artistas que estaban a cargo de cada muñeco, se acercaban para terminar de enmarcar el carácter de lo ocurrido. Archivo Filoctetes. Comportamiento urbano Esta escena que recuerda y dialoga con el situacionismo era registrada por un equipo que observaba el comportamiento urbano en torno a cada muñeco. Marticel Alvarez, la curadora del Archivo Filoctetes que hoy encuentra su formato de libro gracias a Ediciones Documenta, era la productora de esta intervención que tuvo desde los primeros tiempos de su realización, una voluntad reflexiva. El libro, que es un modo de condensar el amplio trabajo que Maricel Álvarez viene realizando desde el año 2020, cuando la pandemia le ofreció el tiempo propicio para clasificar el material acumulado para construir el Archivo Filoctetes, comienza con un texto de García Wehbi que tiene la envergadura de un manifiesto. De hecho la producción de este director teatral, dramaturgo, actor y artista visual mantiene el resabio de las vanguardias. El dispositivo del Proyecto Filoctetes contemplaba la mirada como un elemento estructurante. Las personas podían elegir ver o no ver al muñeco pero, al mismo tiempo eran observadas por los artistas. El espectador desaparecía para convertirse en protagonista y los creadores ocupaban el lugar de espectadores. Con el Archivo Filoctetes nosotros somos espectadores de la instancia de expectación y aquí sucede una similitud entre la acción y la observación en términos teatrales y la reproducción de estas manifestaciones como sujetos sociales en la vida urbana. El Archivo Filoctetes da cuenta de ese campo de pensamiento que pasa a ser más amplio que la acción misma. El dato que toma Maricel Álvarez está ligado a las condiciones de realización. La curadora entiende que un archivo de las artes escénicas tiene que poder acercarse a la experiencia y no solo documentarla. En este sentido el concepto de gesto que plantea Graciela Speranza permite percibir ese instante donde el cuerpo accede a transitar emocionalmente una idea. El sociólogo Horacio Gonzalez fue convocado en su momento por García Wehibi para escribir un texto que se publica en este libro. Gonzalez se acercó al terreno donde sucedía esta forma de teatro expandido y en su ensayo identifica una narrativa construida a partir de una mirada moral, porque el muñeco señala la línea que separa al humano de lo no humano. Tomar por asalto la vía pública. Archivo Filoctetes. Escenarios revista Ñ La sorpresa de los transeúntes Ese fantoche, como lo definía Gonzalez, propone una distancia. Al no existir un pacto previo con el público, ya que la performance tomaba por sorpresa a los transeúntes, podía ocurrir que ciertas expectativas puestas en juego (la urgencia por llamar a un servicio médico o de darle algún tipo de ayuda) se viera frustrada, lo que ocasionaba conflictos, momentos donde los transeúntes involucrados increpaban al equipo artístico y también situaciones de completa identificación cuando quien se acercaba era una persona que vivía en la calle y quería completar la intervención dando su testimonio como un documento para fortalecer esta dramaturgia urbana. Los procedimientos teatrales se expresaban en la piedad por el caído que motivaba acciones que no podían concretarse, ya que se revelaba la entidad ficcional del muñeco. El proyecto evitaba ese momento tranquilizador o catártico. Las personas se encontraban frente a la paradoja de haber querido asistir a un muñeco, mientras los caídos del sistema por la crisis del 2001 (a la que se refería esta experiencia) seguían ocupando su lugar agónico en las calles. La instancia mimética se construía desde el elemento que señalaba la ficción. En una entrevista de Graciela Speranza a García Wehbi que forma parte de este libro, la crítica y escritora, le pregunta si alguna vez pensó en elegir actores, en lugar de muñecos y García Wehbi responde que nunca dudó en recurrir al muñeco porque en su obra lo político surge a partir de lo poético. Podríamos pensar que el muñeco evitaba la enunciación, ya que hablaba por sí mismo al momento de ser descubierto en su morfología. No existía nada del orden de la actuación que demandara algún tipo de discurso explicativo. Si Gonzalez ensaya un análisis sobre las acciones que esta performance suscitaba, la autora española Victoria Perez Royo escribe sobre esos instantes donde nada sucedía. La profesora de estética identifica que el verdadero escenario del Proyecto Filoctetes no era la calle sino el cuerpo de los transeúntes. Esta conclusión es posible porque se trataba de un muñeco, de otro modo la carga emocional hubiera estado puesta en el actor. El trabajo de curaduría de Álvarez y de edición de Gabriela Halac permiten poner a dialogar estos distintos niveles reflexivos y construir una escena escrita de ese hecho que ahora se revela en el presente de las páginas del libro. Tomar por asalto la vía pública. Archivo Filoctetes. Escenarios revista Ñ En el Proyecto Filoctetes lo político estaba en la creación de las condiciones para que los anónimos pudieran hablar, el libro da cuenta de la potencia sociológica y filosófica del arte para” reorganizar el campo de lo sensible”, como establece el filósofo francés Jacques Ranciére, “para modificar lo visible, las formas percibidas” Victoria Perez Royo se ocupa de ese caminante que no mira, que no se detiene a mirar o que directamente evita la mirada y se pregunta: ¿Qué sucede cuando parece que no sucede nada? Podríamos responderle en términos chejovianos y decirle que se fabrica la trama urbana de una sociedad, la vida misma. Esa persona que no mira al caído somos todos nosotros, por eso su texto toca una dimensión existencial que descubre el conflicto determinante de este proyecto. Cuando nada pasa está sucediendo el elemento sobre el que se sostiene la arquitectura social y entonces ingresa la cita de la teórica estadounidense Kaja Silverman donde el miedo a mirar significa negarse a vivir en la corporalidad ajena, evitar hacer unidad con ese otro cuerpo. La noción de archivo que guía a Maricel Álvarez está ligada no sólo al resguardo de los materiales sino a su interpretación. El libro es una pieza visual compleja, como todos los ejemplares que ofrece Ediciones Documenta, una aventura comprimida en el formato impreso donde las fotos, las reproducciones de las notas periodísticas no están allí para ilustrar sino que funcionan como otra instancia narrativa. El libro contiene un afiche, una variedad de elementos que se descubren no solo en la lectura sino en la corporalidad material que crea su propio discurso. Maricel Álvarez piensa el archivo como una hermenéutica, como la conformación de un sistema que une registros variados que hacen de la dimensión interpretativa la continuidad temporal con una experiencia que en las artes escénicas siempre es efímera. Archivo Filoctetes. Las escrituras que el Archivo Filoctetes propicia, abren el campo del ensayo, el texto final de Marcelo Persia tiene el fraseo de un poema. El archivo siempre está pensado desde el presente y, de ese modo, permite volver a significar temporalidades disímiles. El libro opera como el impulso para revivir una instancia estética, tanto en torno a los documentos como a la capacidad imaginativa que suscita.

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