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  • Cayó más de un 50 % la demanda en los restaurantes y hay preocupación de los dos lados del mostrador

    Concordia » Diario Junio

    Fecha: 17/04/2024 03:07

    Comparando lo que sucedía desde la saludad de la pandemia, en 2021, hoy la actividad se derrumbó. “A medida que la crisis avanza, el sector se ve cada vez más perjudicado”, dijo el gremialista. El problema de fondo es que los salarios están congelados mientras que los servicios, los impuestos y los productos (sobre todo la canasta básica) siguen aumentando. “La gente tiene cada vez menos dinero para salir a consumir y guarda para lo que realmente necesita”, dijo. Cada vez son menos quienes salen de vacaciones o, al menos, se van los fines de semana a las termas o a cenar afuera. El parate se traduce en suspensiones y pérdida de los puestos de trabajo. “Hay establecimientos que antes trabajaban de lunes a lunes que ahora trabajan los fines de semana”, dijo. Roh sostuvo que, si bien son casos aislados, dos o tres, pero cuando se empieza a replicar en todas las ciudades de la costa del río Uruguay (la seccional de Uthgra representa a 5.000 trabajadores) como Colón, Concordia, Concepción del Uruguay, Gualeguaychú, Federación, Chajarí, “es un número que empieza a crecer”. “Cada vez que abrimos el sindicato llega un compañero para decir que ya no trabaja de lunes a viernes sino viernes y sábados y va a cobrar proporcionalmente lo que va a trabajar”, indicó. Roh remarco que el sector gastronómico local viene de tres temporadas altas excelentes y temporadas bajas con mucho trabajo. “Creo que al empresariado le debe haber rendido económicamente como para tener respaldo como para sostener el empleo hasta que esto cambie”, indicó. “Sé que la situación pinta negra, pinta mal y no es que en dos meses viene un fin de semana largo y nos salvamos. Pero a los empresarios que en algún momento les fue bien”, indicó. El gremialista dijo que es consciente de que el empresario tiene como objetivo obtener un redito económica de las inversiones. Pero, remarcó, sostuvo que cuando el viento sopla en contra la única alternativa no puede ser siempre achicar el personal o despedir. “Lo vemos con preocupación”, dijo Según sostuvo, ante un empleo que se pierde no es tan fácil conseguir otro. “No solo la actividad nuestra está mal. Vas a encontrar gente que era camionero que busca trabajo, gente que estaba en el Estado, que estaba en la madera, en el citrus y ahora también los nuestros que están buscando trabajo”, indicó. Roh dijo que desde el sindicato intentan interceder cuando desde una empresa les manifiestan a los trabajadores que están atravesando una crisis. La Uthgra intenta apostar al dialogo y no busca enfrentarse, aunque admitió que del otro lado saben que muchas veces hay empresarios “especuladores” que cuando ve que algo no rinde, cierran y buscan otra cosa. Como ejemplo, mencionó restaurantes que tienen pocos trabajadores. “Tres o cuatro. Hablamos de bares, pizzerías o cervecerías. Quien tiene un restaurante grande entiendo que tienen más espalda para sostener la actividad que un lugar chico”, dijo. Y aunque muchas veces los mozos estaban en una situación de informalidad, ya sea porque no estaba registrados o porque los inscribieron con cuatro horas diarias y en realidad trabajaban el doble, Roh sostuvo que de igual modo eso les permitía poder llevar dinero a sus familias y sostenerse económicamente. Por convenio, a $ 3.000 la hora, un mozo trabajando ocho horas por día tendría que llevarse $ 600.000 mensuales. El gremialista admitió que muchos estaban inscriptos por cuatro horas por lo que ganaban mucho menos, aunque seguía siendo un sueldo importante en comparación con otras actividades. No obstante, no dudó en señalar que ahora se mezcla la necesidad de trabaja con la especulación de muchos empleadores. Han pedido reuniones a la Municipalidad y a la Provincia, pero se encuentra con que también están atravesando un “plan de achique”. “Tampoco se quieren comprometer en una política que beneficie esto. Es muy difícil la situación”, admitió. Roh destacó que ayer se presentó en Concordia el “Concorpass”. Dijo que era una buena iniciativa porque son descuentos y es un incentivo. De hecho, sostuvo que debería implementarse algo similar a nivel provincial. Pero, admitió que se observa un limite concreto que es la falta de dinero. “La gente llega al 18 o 20 y la pregunta es ¿Qué comemos? y no ¿vamos a las termas? o ¿comemos una pizza el sábado en la plaza con los gurises?». Caída del 50 % de la demanda Lapiduz indicó que se observan muy pocos uruguayos dando vueltas por la ciudad. “Se ven muy poquitos los fines de semana”, indicó. En primer lugar, venían a cargar combustible. “Luego todo lo demás”, dijo. Entre otras, ir a comer a algún restaurante céntrico. “Esa costumbre de verlos todos los días ya no está más. Tuvimos más de un año en que venían todo el tiempo. Ahora quizás los ves un domingo a mediodía, pero ya no. De hecho, ya hay precios mas económicos allá que acá para ellos” sostuvo. En consecuencia, el trabajo gastronómico en Concordia cayó el 50 %. “A eso se lo podría reemplazar si hubiese algún tipo de planificación turismo sostenido todo el año, pero hoy no lo tiene”, acotó. Por ahora, las carreras en el Autódromo o los eventos que se realizan en el Centro de Convenciones ayudan, pero son cuestiones puntuales en el tiempo que no pueden suplir el movimiento económico diario como el que representaba el turismo fronterizo. Lapiduz dijo que lo que se debe buscar es “la forma de tener turismo sostenido todo el año como lo hace Federación”. Por otra parte, Lapiduz admitió que es muy difícil que los concordienses puedan reemplazar esa demanda. Salir a comer hoy es un lujo que “no todo el mundo se puede dar”. “Lo primero que se restringe ante una crisis es este tipo de cosas que no son sumamente necesarios”, indicó. “Se trabaja mucho con el menú ejecutivo del mediodía. Eso denota cual es la situación. La gente busca festejar un cumpleaños un día de semana al mediodía cinco, seis o diez personas que te consultan si puede ser con menú. La gente quiere festejar, pero hace lo que le da el bolsillo”, dijo. A la caída de la demanda se le sumó el incremento de los costos fijos como la electricidad. Lapiduz dijo que la actividad es electrodependiente y lo comparó con un sanatorio al señalar que necesitan para las heladeras y otras máquinas energía las 24 horas los 365 días del año. Pero recibieron un sacudón grande”. Los restaurantes facturas de más de $ 1 millón y los hoteles de hasta $ 5 millones. ¿Qué hacer? Lapiduz sostuvo que saben que no lo pueden pasar a los precios en plena recesión. “Queremos que la gente por lo menos siga viniendo”, indicó.} El panorama es preocupante. Lapiduz sopstuvo que hace dos semanas el 4 de abril, emitieron un comunicado conjunto la Uthgra y la Fehgra. El Secretario General de la UTHGRA, Luis Barrionuevo, señaló: “Estamos viviendo una pandemia sin virus, por eso queremos prevenir lo que ya vivimos durante el COVID-19. En ese sentido, le queremos plantear al Presidente, antes de que sea tarde, que con esta desocupación y falta de consumo vamos camino a un país donde los trabajadores y las PyMEs no pueden pagar el ajuste”. Por su parte, Fernando Desbots, presidente de FEHGRA, manifestó: “Estamos muy preocupados como empresarios porque los servicios se han cuadruplicado o quintuplicado, y no hay consumo. Este fin de semana fue un bálsamo, pero es una foto de nuestra realidad. Nos preocupa la película que estamos viviendo, que es una realidad de recesión”. Lapiduz pidió “abrir los ojos” cuando se reúnen ambas entidades es porque ven una “situación compleja”. Respecto de los empleados, el ex candidato a intendente dijo que el sector es rápido cuando la demanda viene en aumento. “Si siempre trabajas con 10 mesas y de repente tenes 20, tenes que salir a tomar dos personas”, graficó. Pero también se da el ejemplo opuesto. Es decir que si hay personal para trabajar con 10 mesas pero solo se atienden cinco… “Es una cuestión preocupante”, admitió. Lapiduz destacó las gestiones que se están haciendo para tratar de reducir el peso impositivo de las facturas de energía eléctrica. “Creo que tiene que haber alguna especie de respuesta”, indicó. “Una boleta de $ 1 millón no hay forma que un comercio la pueda sostener con los ingresos que hoy tiene el ciudadano. No va a haber consumo que salvaguarde este tipo de cosas. de alguna manera tiene que prevalecer las pymes para que haya trabajo”, dijo. No obstante, a pesar de estar esperando una medida de alivio, el empresario gastronómico dijo que el tiempo sigue corriendo y las boletas siguen llegando. Por último, Lapiduz coincidió en que las medidas que apuntan a reducir la boleta son paliativos. “Toda esta problemática se da porque la gente no tiene guita”. Lo que se requiere es una mejora salarial rápida para que la gente tenga la posibilidad de volver a consumir. “Si me preguntas ¿Cómo? Yo te digo no lo sé. Hay algunas cuestiones que han ido muy rápido y no veo una situación en la que rápidamente… al contrario”, dijo. “Que bien que estábamos cuando estábamos mal” Por otra parte, Roh sostuvo que no está de acuerdo con ninguna de las medidas que adoptó el gobierno que asumió el 10 de diciembre pasado a nivel nacional. Admitió que la administración anterior dejó una “inflación galopante”. Pero, a su vez, “la gente tenía trabajo”, “los hoteles y restaurantes estaban llenos de gente que iba a consumir”. Y retrucó a quienes impugnaban al gobierno de Alberto Fernández ya que “vivía imprimiendo billetes”, al señalar que el trabajador podía darse algún lujo como salir a cenar o a vacacionar. “Esa situación de que hoy tenemos que está mal para que nos vaya bien en el futuro. Yo no compro eso ni estoy de acuerdo”, dijo Y mencionó que había visto por televisión la reflexión de un trabajador señalando: “Que bien que estábamos cuando estábamos mal”. “Hoy el trabajador la está pasando muy mal si lo comparamos con el 2023 o el 2022. El deterioro es tremendo”, indicó. Y recalcó otro detalle, hoy no encuentran interlocutor en el gobierno nacional porque “no tienen manera, no tienen forma y no se sabe si les interesa realmente”. Por el contrario, en la pandemia, sí había un Estado que estuvo presente aportando la mitad de los sueldos cuando no se podía ir a trabajar y luego sacaron planes como los Previaje que fueron buenos. “A este gobierno se le terminaron las excusas de la ‘herencia recibida’. Es momento de ver un gobierno actuando y atacando todos los problemas. Ojalá lo veamos pronto”, señaló.

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