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Parana » AIM Digital
Fecha: 31/12/2025 06:19
El cierre de 2025 no solo marcó el final de un año, sino también un punto de inflexión tecnológico. Según información a la que accedió AIM, durante los últimos doce meses la tecnología y en particular la inteligencia artificial dejó de ser una herramienta reservada a especialistas para integrarse de manera silenciosa pero decisiva en la vida diaria. La digitalización atravesó rutinas cotidianas, procesos laborales y dinámicas educativas. Desde el uso del teléfono móvil como principal herramienta de trabajo hasta la incorporación de sistemas automatizados en tareas simples, la tecnología se volvió parte del día a día sin necesidad de grandes anuncios ni saltos disruptivos visibles. La inteligencia artificial, cada vez más presente En 2025, millones de personas utilizaron inteligencia artificial sin advertirlo, ya sea para redactar textos, comprender consignas escolares, crear contenidos comerciales o traducir mensajes, constató AIM. La IA dejó de ser un concepto abstracto para transformarse en un asistente cotidiano, integrado en aplicaciones, plataformas y servicios digitales. Este avance no ocurrió de forma aislada. La tecnología siguió un proceso acelerado que condensó en pocos años transformaciones que antes requerían décadas. La diferencia central fue la velocidad de adopción, un rasgo distintivo del período que cerró. Aprender, trabajar y producir en clave digital Otro de los hitos de 2025 fue el cambio en la forma de aprender. Según constató AIM, el acceso a contenidos educativos, oficios y nuevas habilidades desde dispositivos móviles se consolidó como una alternativa concreta para amplios sectores de la población. La capacitación digital dejó de ser complementaria para convertirse en una necesidad estructural, especialmente para quienes combinan trabajo, estudio y responsabilidades familiares. En el ámbito laboral, la tecnología permitió optimizar tiempos, reducir costos y ampliar oportunidades, especialmente para emprendedores y trabajadores independientes. Sin embargo, el impacto no fue uniforme y expuso brechas de acceso que siguen siendo un desafío pendiente. El rol del Estado y el desafío del 2026 De acuerdo con información a la que accedió AIM, el avance tecnológico volvió a poner en agenda el rol del Estado en materia de educación digital, conectividad y modernización administrativa. La inversión en tecnología y en gobiernos electrónicos aparece como un factor clave para facilitar trámites, reducir obstáculos y mejorar la eficiencia institucional. El balance de 2025 dejó una conclusión clara: el mayor cambio no fue la tecnología en sí, sino la rapidez con la que llegó a las manos de la sociedad. De cara al 2026, el desafío no será técnico, sino humano: utilizar estas herramientas con criterio, responsabilidad e inclusión. Un futuro que ya empezó El año que comienza invita a repensar el uso de la tecnología con propósito. AIM pudo constatar que nunca antes existieron tantas herramientas para aprender, crear y conectar. El interrogante que abre el 2026 no es qué nueva innovación llegará, sino cómo se integrará a la vida social, productiva y educativa. El futuro ya no es una promesa lejana. Se construye en el presente, con decisiones cotidianas y con la voluntad de incorporar el conocimiento como motor de desarrollo.
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