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Fecha: 30/12/2025 19:21
La muerte de Ellen Greenberg, una maestra de 27 años, fue catalogada desde un principio como un suicidio, aunque esta hipótesis divide a investigadores, especialistas y tribunales. Catorce años después, y tras múltiples revisiones y demandas, la discusión volvió a encenderse con nuevos informes que volvieron a activar el debate sobre qué pasó el 26 de enero de 2011 en ese departamento de Filadelfia, Pensilvania, Estados Unidos. La cronología del caso Ellen Greenberg El 26 de enero de 2011, en el barrio de Manayunk, Ellen Greenberg regresó al complejo Venice Loft, donde convivía desde hacía tres años con su pareja, Samuel Sam Goldberg, de 28 años. El tramo clave es el breve lapso en el que Sam bajó al gimnasio del edificio. De acuerdo a la reconstrucción, él salió cerca de las 16.45 y accedió con su llave magnética. Al volver, entre las 17.15 y las 17.30, no pudo entrar porque la puerta estaba cerrada por dentro con un pasador metálico. Ellen no respondía a gritos, llamadas ni mensajes, y el guardia de seguridad del edificio, Phil Hanton, se negó a forzar el ingreso por normas internas. Finalmente, Sam pateó la puerta y, ya dentro, llamó al 911. En esa comunicación, registrada a las 18.33, expresó confusión sobre el origen del sangrado y llegó a sugerir que podía tratarse de un golpe. Las heridas, la autopsia de Ellen Greenberg y la disputa forense actual Ellen fue hallada apuñalada al menos 20 veces, diez de ellas en la nuca, y con un cuchillo clavado en el pecho. La cantidad de heridas no solo puso en duda la posibilidad de un suicidio, sino también el hecho de que casi la mitad de ellas estuviesen en la parte trasera del cuerpo. Leé también: Casi 100 muertes y un modus operandi aterrador: la historia detrás del asesino serial más letal de EE.UU. En octubre de 2025, la Oficina del Médico Forense de Filadelfia volvió a sostener la hipótesis tras una revisión prometida a la familia como parte de un acuerdo legal con la ciudad. La forense principal, Lindsay Simon, elaboró un reporte de 35 páginas y concluyó que la muerte se clasifica mejor como suicidio, aun con nuevos hallazgos: tres perforaciones superficiales que antes no figuraban y un incremento del conteo total de lesiones, además de moretones adicionales. Simon consideró inusual el patrón, pero no inconsistente con heridas autoinfligidas. Asimismo, interpretó parte de las puñaladas como superficiales y compatibles con heridas de vacilación. En una declaración jurada fechada el 31 de enero de 2025, Marlon Osbourne, el perito médico del inicio del caso, dijo haber recibido información adicional que no tenía cuando se corrigió la carátula en 2011 y sostuvo que la causa de muerte debería designarse de otra manera, no como suicidio. Allí mencionó preguntas sobre la secuencia previa a la llamada al 911, la forma en que se abrió la puerta y la posibilidad de que el cuerpo hubiera sido movido. De homicidio a suicidio: el polémico giro del caso y los argumentos Uno de los puntos de mayor polémica es el cambio de carátula en las primeras semanas. Es que la muerte se consideró inicialmente un homicidio, pero dos semanas después, esa decisión se modificó a suicidio. Ese fue el comienzo de una extensa batalla judicial llevada a cabo por la familia de la víctima. Leé también: Fingió ser médico, estafó a sus amigos y asesinó a toda su familia cuando estaban a punto de descubrirlo La puerta cerrada por dentro y la falta de señales claras de que alguien hubiese entrado sostuvieron la hipótesis de suicidio. Según el peritaje, la única puerta de acceso era la que Sam dijo haber pateado. Aunque se analizó la posibilidad de un balcón, no se hallaron huellas en la nieve en la planta baja. Además, no se encontró ADN de Sam en el cuchillo. Otro punto que reforzó esta versión fue la salud mental de Ellen. La joven asistió a terapia en enero de 2011 y recibió medicación para manejar ansiedad. De todas maneras, la profesional que la trató sostuvo que no había advertido señales preocupantes ni tendencias suicidas.
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