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» La Nacion
Fecha: 30/12/2025 18:00
El puesto 72 no dice mucho, pero la actuación de Faustino Oro en el Mundial de Blitz fue notable El blitz es el entretenimiento más popular entre los ajedrecistas. Lejos están los tiempos en que Mikhail Botvinnik, patriarca del ajedrez ruso y sexto campeón del mundo, condenaba el blitz como una degradación del ajedrez clásico. Hoy en día miles de aficionados de todos los niveles se enfrentan a todas horas en las diversas plataformas online. Esa marea propicia desde hace algunos años que la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) organice el Campeonato Mundial de Blitz. Los ritmos de juego del blitz son variados. Por ejemplo, un minuto por jugador para toda la partida, que es la fórmula más eléctrica, y la más popular, que es la del Mundial: 3 minutos más 2 segundos de agregado por jugada para cada ajedrecista, para toda la partida. Así, un enfrentamiento de sesenta movimientos dura unos diez minutos, que son tiempo suficiente para jugar una buena partida. En favor del blitz hay que decir que exige virtudes como capacidad de síntesis, golpe de vista, intuición, velocidad de manos. Desde la prensa exaltamos con frecuencia el genio que tiene Faustino Oro para el ajedrez. El ámbito en el que ese genio se exhibe de manera asombrosa es el blitz. Los números finales del certamen pueden confundir; el puesto 72 en el que finalizó, estando preclasificado 132 entre 252 jugadores, no dice mucho. Pero resulta que todos ellos son eximios ajedrecistas. Una idea de la dificultad de este torneo puede ser dada por el hecho de que el campeón del mundo, Gukesh Dommaraju, concluyó en el lugar 53. Faustino, que tiene 12 años y compite con adultos avezados, jugó 19 partidas, de las cuales ganó 9, perdió 7 y empató 3. Atención a este detalle: todos sus rivales fueron grandes maestros, y algunos están entre los mejores del mundo. Ya en la primera ronda venció al armenio Levon Aronian, top 10 del planeta durante más de dos décadas. Además venció a Lenier Domínguez, otro jugador de élite. Fue particularmente sanguinario contra los españoles; le tocaron cuatro, que prácticamente integran todo el equipo olímpico español: Eduardo Iturrizaga, Jaime Santos Latasa, José Carlos Ibarra Jerez y nuestro compatriota que juega bajo bandera española Alan Pichot. Ejecutó a los cuatro. Aunque todavía le falta experiencia para estar entre los primeros, es una actuación espectacular, sin parangón para un chico de 12 años. En conjunto, su desempeño en ambos mundiales que se desarrollaron en Qatar, el rápido y el blitz, es compatible con el de un gran maestro fuerte. Terminó con score positivo en sendos campeonatos, jugando contra una oposición que estaba muy por encima de su lugar en el ranking. Faustino sigue dando pasos agigantados en busca de la cima del ajedrez universal. El Mundial de Blitz femenino fue para Candela Francisco Guecamburu fue un experimento agridulce. Empezó como para llevarse al mundo por delante. Alcanzó a tener 6 puntos en las siete primeras partidas, y todavía seguía en la lucha por ganar el torneo, con 9 puntos sobre 12 posibles. La argentina de 19 años estaba batallando con las mejores del mundo, jugando siempre en las primeras mesas del certamen. Pero, por un lado, la brega se le hizo larga, y tal vez la afectaron algunos vaivenes del azar, y terminó perdiendo las últimas partidas. Finalizó en el puesto 50 entre 140 jugadoras, aunque claramente mereció más. Con todo, Candela sale reforzada de su participación en los mundiales. Más allá de las cifras frías, compitió de igual con las mejores, y mostró que el ajedrez femenino de élite no está fuera de su alcance. Magnus Carlsen, el GOAT No tiene rival. Gana siempre. Es una máquina. Dominio brutal. No conforme con ganar por sexta vez el Campeonato Mundial de Partidas Rápidas, se hizo también con su noveno Mundial de Ajedrez Relámpago. Otra vez vino desde atrás; tenía que llegar entre los cuatro primeros para acceder a las semifinales, y llegó tercero con lo justo. Pero ya en el formato de la muerte súbita no hay con qué darle. En las semifinales despachó a Fabiano Caruana sin miramientos, y en la final se topó con Nodirbek Abdusattorov. El uzbeco había dado la sorpresa al eliminar al indio Erigaisi Arjun, que había salido primero tras las 19 partidas preliminares. Incluso en la final, a cuatro partidas, Abdusattorov le ganó la primera a Carlsen. Pero el noruego se agiganta cuando está en dificultades. Ganó la segunda, empató la tercera y ganó la definitiva en un desenlace de alfiles con todos los peones del mismo flanco. Un detalle de campeón. El domingo, al ganar el mundial de rápidas, dijo que él jugaba a ganar el torneo mientras sus rivales jugaban a conseguir un premio sustancioso, y que eso le representaba una gran ventaja psicológica. También conviene decir que es el que mejor juega.
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