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Crespo » Paralelo 32
Fecha: 29/12/2025 14:58
A través de sus redes sociales, el vecino Luis Weber dio a conocer una propuesta urbanística que vuelve a poner en agenda el debate sobre la necesidad de contar con un corsódromo permanente en la ciudad. La iniciativa plantea la creación de un espacio destinado al carnaval y a múltiples actividades culturales y recreativas, con una extensión aproximada de entre 300 y 400 metros, ubicado entre las colinas sin intervención y la costanera Pedro Radío, en el sector donde actualmente se encuentran las velas, desde Güemes hacia el Norte. La propuesta no es novedosa en cuanto a su espíritu. Hace alrededor de 15 años, el artista plástico Yaya Firpo había impulsado la idea de construir un corsódromo con forma de óvalo en torno a la Vieja Estación, pensado como escenario fijo para los carnavales locales. En esta oportunidad, el planteo difiere en su diseño y localización, ya que se trata de un trazado recto sobre una zona que, cabe recordar, fue motivo de controversia cuando un grupo empresarial solicitó su concesión hace aproximadamente cinco años. Según explicó Weber, el proyecto requeriría principalmente el asfaltado de la avenida ya trazada en ese sector, además de una serie de obras complementarias, con especial énfasis en la solución definitiva del escurrimiento de aguas pluviales provenientes de las colinas cercanas. En su publicación de Facebook, el impulsor de la iniciativa detalla que el Corsódromo permanente estaría concebido como un espacio público ordenado, seguro y multifuncional. Si bien su uso principal sería el desarrollo del carnaval, se proyecta como una infraestructura preparada para actividades durante todo el año, evitando improvisaciones, desorden urbano y conflictos de tránsito, y aportando valor a la comunidad. Entre los objetivos del proyecto se destacan contar con un espacio específico para el carnaval, ordenar la circulación y el público, crear un corredor urbano de uso permanente, resolver los problemas de desagüe pluvial del sector, recuperar áreas degradadas y lograr una integración armónica entre paisaje, cultura y funcionalidad urbana. El diseño general prevé una calle central amplia destinada al desfile de comparsas, acompañada por dos veredas laterales anchas y parquizadas, pensadas para la circulación peatonal y el montaje de tribunas desmontables. También se contempla iluminación en ambos lados, con el fin de garantizar seguridad, buena visibilidad y jerarquía urbana. Respecto a las tribunas, el proyecto propone estructuras desmontables de hierro y madera, similares a las actualmente utilizadas en los carnavales, que se montarían únicamente durante los eventos masivos y se retirarían el resto del año. Esta modalidad permitiría mantener el espacio libre y activo, evitando estructuras fijas que limiten su uso cotidiano. Fuera de la temporada de carnaval, el corsódromo podría funcionar como paseo público, circuito para caminatas y actividades deportivas, espacio para ferias, encuentros culturales y eventos gastronómicos, favoreciendo así un aprovechamiento permanente de la inversión realizada. Uno de los ejes centrales del planteo es el sistema de desagüe pluvial. El proyecto contempla interceptar el agua que baja de la colina mediante una cuneta de guarda, conducirla a través de una tubería subterránea de gran sección que cruce por debajo del corsódromo y las tribunas, y descargarla en una zanja natural existente detrás del sector, desde donde el escurrimiento continuaría hasta el río. Este esquema apunta a evitar anegamientos, erosión y deterioro del espacio público, aunque requeriría estudios hidráulicos precisos para su correcta ejecución. La canalización del agua permitiría, además, recuperar la zanja a cielo abierto actualmente existente, posibilitando su relleno, nivelación e incorporación como nuevo espacio público parquizado, ampliando así la superficie útil y mejorando la estética general del área. Entre las ventajas señaladas por Weber se mencionan la jerarquización del carnaval, la posibilidad de usos múltiples durante todo el año, la solución definitiva de los desagües, la recuperación de espacios hoy inutilizados, la ejecución por etapas y un bajo mantenimiento, además del fortalecimiento de la identidad cultural y turística de la ciudad. La propuesta, presentada a modo de aporte al debate público, reabre una discusión histórica sobre el desarrollo urbano, el uso del espacio público y la necesidad de planificar infraestructura cultural con una mirada de largo plazo. Como en experiencias anteriores, será ahora la comunidad y las autoridades quienes deberán analizar su viabilidad y alcances.
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