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» Diario Chaco
Fecha: 29/12/2025 10:10
A través de una cuenta en Estados Unidos, la Asociación del Fútbol Argentino canalizó durante años cientos de millones de dólares por un entramado financiero opaco, con transferencias a sociedades sin actividad real y beneficiarios finales difíciles de identificar, según una investigación del diario La Nación. Los registros bancarios muestran que al menos USD 42 millones provenientes de fondos administrados para la Asociación del Fútbol Argentino terminaron en cuatro sociedades registradas en Florida Soagu Services, Marmasch, Velp y Velpasalt que no tienen empleados ni operaciones comerciales declaradas. En conjunto, esas firmas recibieron transferencias millonarias pese a que sus titulares, residentes en Bariloche, Argentina, presentan antecedentes de insolvencia, trabajos informales y escasa vinculación con el mundo empresarial. La pieza central de la operatoria fue TourProdEnter LLC, una compañía creada en agosto de 2021 en Florida que, meses después, fue designada agente comercial exclusivo de la AFA en el exterior. El contrato, aprobado por el comité ejecutivo presidido por Claudio Tapia, le otorgó a la firma la recaudación de ingresos por sponsors, derechos televisivos y partidos amistosos, así como la ejecución de pagos y la transferencia de excedentes a la AFA, una vez descontadas las comisiones. En cuatro años, TourProdEnter manejó más de USD 260 millones a través de cuentas abiertas en Bank of America, Synovus, Citibank y JP Morgan. Gran parte de esos fondos provinieron de patrocinadores vinculados a la Selección Argentina, entre ellos Adidas, cuyas transferencias sumaron USD 78,6 millones. Una porción sustancial del dinero unos USD 110 millones fue derivada a Adcap Uruguay Agente de Valores, que actuó como intermediario financiero en operaciones de compraventa de bonos a través de distintas jurisdicciones. Voceros de Adcap aseguraron a La Nación que las transacciones se realizaron dentro del marco legal y que, tras la liquidación de los bonos, los fondos se giraban a cuentas de la AFA en bancos argentinos. Sin embargo, los balances oficiales de la AFA presentados ante la Inspección General de Justicia apenas mencionan a TourProdEnter LLC y lo hacen recién en 2024 como una empresa deudora, sin detallar su rol clave en la estructura internacional de cobros y pagos. Esa falta de desagregación, reconocen incluso autoridades de la IGJ, dificulta el control público y legal del flujo de fondos. Las sociedades receptoras en Florida exhiben rasgos típicos de "empresas fantasma": direcciones que corresponden a oficinas virtuales, ausencia de registros en los edificios donde declaran domicilio y el uso de agentes registradores señalados en investigaciones internacionales por facilitar estructuras opacas. En al menos un caso, una de las LLC recibió transferencias incluso después de haber sido formalmente disuelta. El entramado financiero se cruza ahora con una investigación judicial en Argentina por presunto lavado de dinero vinculada a una mansión de 105 mil metros cuadrados en Pilar. El expediente, a cargo del juez Marcelo Aguinsky, indaga si Luciano Pantano y su madre, Ana Lucía Conte, actuaron como testaferros de dirigentes de la AFA. Ambos comparecerán ante el magistrado para dar explicaciones sobre una sociedad que figura como propietaria no solo de la vivienda investigada, sino también de decenas de vehículos de lujo, pese a no registrar ingresos acordes con ese patrimonio. Dentro de la AFA, Tapia y su equipo defienden la gestión financiera y sostienen que la operatoria internacional respondió a las restricciones cambiarias vigentes en Argentina. Pero la negativa a transparentar la trazabilidad completa de los fondos y a identificar a los beneficiarios finales mantiene abiertos los interrogantes sobre la integridad del sistema montado alrededor de la principal entidad del fútbol argentino.
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