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Fecha: 29/12/2025 09:47
La joya escondida en la Costa Atlántica repleta de dunas y tranquilidad a 300 kilómetros de Mar del Plata El paraje está muy cerca de Claromecó y ofrece un refugio ante el calor del verano: tiene su propio microclima. Por Redacción 0223 PARA 0223 Ubicada en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, Dunamar es una joya costera casi inexplorada que apenas supera los doscientos habitantes estables durante el año. Este pintoresco paraje se localiza a pocos kilómetros de Claromecó, ofreciendo un refugio de paz ideal para quienes buscan escapar del ritmo urbano actual. Su geografía se distingue por una combinación perfecta entre el azul profundo del océano Atlántico y una frondosa vegetación que brinda sombra y frescura constante a los visitantes. El origen de este balneario está vinculado a la visión de Ernesto Gesell, quien en el año 1947 comenzó la forestación de los médanos vírgenes. Hoy, ese esfuerzo se traduce en 740 hectáreas arboladas con pinos, eucaliptos y acacias que alcanzan alturas de 25 metros sobre el nivel del suelo. Este bosque no solo fija el terreno frente al avance del mar, sino que crea un microclima único que invita a realizar caminatas relajantes o cabalgatas guiadas bajo sus copas. Las principales actividades en Dunamar La oferta recreativa de la zona es variada y está diseñada para aprovechar al máximo el contacto con la naturaleza mediante deportes acuáticos y excursiones en cuatriciclos. Los amantes de la pesca deportiva encuentran aquí un sitio privilegiado, tanto en la costa marítima como en el arroyo que separa a esta localidad de su vecina más famosa. Además, la gastronomía local destaca con propuestas exclusivas situadas en medio de la arboleda, donde se sirven platos de autor que incluyen pastas caseras rellenas con frescos mariscos. Para acceder a este paraíso desde la Capital Federal, es necesario realizar un viaje de 570 kilómetros siguiendo la Ruta Nacional número 3 hasta la ciudad de Azul. Desde allí se continúa por la Ruta Provincial 85 hacia Tres Arroyos, para finalmente tomar la ruta 73 que desemboca directamente en la costa. Desde Mar del Plata, el recorrido es más corto: son menos de 300 kilómetros. El ingreso final al balneario se realiza cruzando el icónico puente que atraviesa el arroyo, marcando el inicio de una experiencia de desconexión total y descanso. Temas Lo más leído
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