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» Mdzol
Fecha: 29/12/2025 09:37
Cada diciembre trae un ritual silencioso: mirar qué leímos, qué descubrimos y qué dejamos pendiente. Pero el Ranking Literario 2025 vuelve a poner en evidencia que los argentinos siguen encontrando en los libros un refugio, una brújula o una forma de acompañarse. La lista que coloca en el podio a Pensar diferente, Biopausia y el estuche de Harry Potter dice más que diez títulos. Dice cómo somos. Qué buscamos. Qué nos preocupa. Y hacia dónde se mueve el vínculo entre lectores, autores y plataformas. En un país donde el libro físico resiste con una fidelidad conmovedora, la apertura de importaciones y la digitalización del comercio editorial generaron un cambio profundo: ya no dependemos del stock local, ni de esperar meses por una edición especial. Hoy, un lector en Salta o en Buenos Aires puede acceder a colecciones completas, tomos ilustrados o novelas juveniles furor en TikTok con un click. Y esa democratización del acceso transformó el ecosistema. Los intereses de los lectores argentinos cambian También cambian las herramientas que permiten ampliar esos intereses. En 2025, creció la búsqueda de experiencias de lectura más totales: estuches, packs, ediciones limitadas. No se trata solo de leer, sino de pertenecer a una comunidad, de atesorar un objeto, de identificarse con una saga que nos acompañó desde la adolescencia. También se consolidó un fenómeno que parece no agotarse: la literatura juvenil como puente entre generaciones, y los libros de autoayuda como espacio de introspección en un año donde muchos buscaron explicaciones, orden, calma o transformación personal. Pero quizás el dato más interesante no esté en el ranking, sino en lo que viene. La irrupción de la inteligencia artificial en la industria editorial desde la recomendación personalizada hasta la producción misma abrirá en 2026 una conversación inevitable: ¿cómo convivirán la tecnología, la curaduría humana y la experiencia íntima e irreemplazable de leer un libro? El desafío será mejorar la experiencia de compra y navegación sin perder de vista lo esencial: que la lectura siga siendo un acto profundamente humano. Se consolidó un fenómeno que parece no agotarse Si algo deja este 2025 es la certeza de que, aunque cambien los formatos, los algoritmos o los modos de consumir cultura, los lectores argentinos permanecen fieles a lo que los conmueve. Y eso, en tiempos agitados, no es un dato menor: es un gesto de identidad. * Tomas Meabe, Country Manager de Buscalibre Argentina.
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