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  • Argentina 2026 y una palabra para rescatar

    » Clarin

    Fecha: 28/12/2025 22:03

    Lo que realmente asombra no es que todo se esté derrumbando, sino la gran cantidad de cosas que todavía siguen en pie. (Paul Auster, El país de las últimas cosas). En Argentina, cada año vale por tres o por cuatro. La montaña rusa en la que parecemos inmersos no deja lugar para el aburrimiento. A veces nos sentimos como Sísifo, condenados a empujar montaña arriba una piedra que inexorablemente resbalará al llegar a la cima, obligándonos a volver a empezar, tal la repetición de hechos y circunstancias según pasan los años y los gobiernos. La capacidad de asombro tampoco se colma. Cuando creíamos haberlo visto todo, un nuevo escándalo nos sorprende, a veces desde el lugar más insospechado. A poco de arrancar el 2025, más exactamente el Día de los Enamorados, estalló el de $LIBRA, la criptomoneda promovida por el presidente Javier Milei desde su cuenta de X, y cerca de su cierre detonó el de la AFA y aledaños: después del título regalado a Rosario Central, se abrió una caja de Pandora con sospechas y denuncias para todos los gustos, desde evasión y lavado hasta fortunas difíciles de explicar, autos de lujo, testaferros flojos de papeles, desvío de fondos y medio Código Penal más. En el medio, Cristina Kirchner, una ex presidenta condenada por corrupción cumpliendo prisión en su domicilio; Alberto Fernández, un ex presidente procesado también por un tema de corrupción, el escándalo de los seguros que reveló Clarín, y un segundo procesamiento por lesiones leves en la causa por violencia de género que inició su ex pareja, Fabiola Yañez. No faltaron las sesiones del Congreso de la Nación dando vergüenza ajena, con diputadas y diputados tirándose vasos de agua, manotazos y un rosario de insultos que harían empalidecer a un barrabrava. Por no hablar de tantos tránsfugas, legisladores igualmente sin vergüenza, que traicionando el voto que los depositó en la banca saltaron de partido sin asco y sin disimulo. Y habría más en el sube y baja emocional: otro escándalo por presuntas coimas, esta vez en la Agencia Nacional de Discapacidad, que llegó a salpicar a Karina Milei, la hermana del Presidente, y a Lule Menem, su mano derecha; la victoria peronista en las elecciones de septiembre en Provincia; el sofocón de la economía que calmó el diligente rescate del Tesoro de los Estados Unidos de Trump; el arrasador triunfo libertario en las legislativas nacionales de octubre; los vaivenes del dólar, el riesgo país y las subas de precios y tarifas que parecen no enterarse a veces de los índices del Indec, y hasta el juicio por la muerte de Maradona derrumbado por los devaneos ególatras de una jueza... Apenas un pantallazo, a vuelo de pájaro, del 2025 que se está despidiendo. Una nota de Eduardo Paladini en la edición de Clarín de ayer, sobre el promedio de diez encuestas nacionales, planteaba cómo llegamos a este fin de año en la mirada de la gente: para un 58% la situación es mala, y aunque hay un repunte en las expectativas, un 44,1% dice que la economía mejorará en 2026, y casi la misma cantidad, un 44,5%, cree que estará peor. En la encuesta de Management&Fit, por caso, ante la pregunta sobre qué sentimiento genera la situación del país, a la cabeza, con un 25,3%, se ubica la esperanza. No es mucho, se podrá argumentar. Es hora entonces de volver a Paul Auster. O de recordar aquello de Martin Luther King, cuando instaba a aceptar la decepción finita, pero a no perder nunca la esperanza infinita, mientras aseguraba que la fe es el primer paso incluso cuando no veamos todos los escalones. Vale también la exhortación del poeta que sufría por el destino de su tierra y alegaba este no es el país que queremos, pero es el que amamos. Y es el nuestro. Por un esperanzado 2026 en el país que amamos. Sobre la firma Newsletter Clarín

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