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Concordia » El Heraldo
Fecha: 28/12/2025 21:06
El legado de Brigitte Bardot en la moda: del escote que lleva su nombre al bikini como símbolo de libertad La muerte de Brigitte Bardot a los 91 años marca el cierre de una era, no solo para el cine y la música, sino también para la moda y la cultura del siglo XX y lo que va del XXI. BB, como fue bautizada por la prensa y el público, trascendió su condición de actriz y cantante francesa para convertirse en un ícono que redefinió la silueta femenina, la sensualidad y la relación de las mujeres con la indumentaria. Bardot desafió las ideas tradicionales de feminidad, apostó por la naturalidad y la libertad corporal, y construyó un estilo que sigue vigente en pasarelas, editoriales de moda y en el imaginario colectivo. Su influencia no responde a tendencias pasajeras: se trata de un legado que atraviesa generaciones. El escote Bardot: sensualidad atemporal Uno de los aportes más duraderos de Brigitte Bardot al mundo de la moda es el escote que lleva su nombre. Con los hombros al descubierto y una línea recta y elegante, comenzó a lucirlo en los años 50 en películas, sesiones fotográficas y apariciones públicas. Aunque este tipo de escote existía desde el siglo XIX, fue Bardot quien lo instaló definitivamente en la cultura popular, transformándolo en sinónimo de sensualidad relajada y sofisticación. Vestidos de noche, remeras, tops de verano y jerséis adoptaron esta silueta que destaca el cuello y los hombros, proyectando una feminidad elegante y desinhibida. Con el paso de las décadas, el escote Bardot fue reinterpretado por diseñadores de alta costura y marcas de lujo como Chanel, y adoptado por figuras públicas de distintas generaciones. Celebridades actuales y miembros de la realeza, como Kate Middleton o la reina Letizia de España, lo han lucido en eventos destacados, confirmando su carácter atemporal. Prendas icónicas asociadas a BB La influencia de Bardot fue mucho más allá de una sola prenda. Su estilo combinó sencillez, comodidad y un espíritu rebelde que rompió con los convencionalismos de su época. El estampado vichy. En 1959, para su boda con Jacques Charrier, eligió un vestido rosa de cuadros vichy diseñado por Jacques Esterel. La elección sorprendió: se trataba de un patrón asociado a lo rural o infantil, lejos del lujo tradicional de las bodas. Sin embargo, ese gesto lo convirtió en símbolo de frescura, elegancia natural y chic francés. Desde entonces, el vichy se instaló en faldas, blusas y vestidos de verano, y aún hoy sigue vigente, incluso en colecciones de firmas de lujo. El bikini como emblema de libertad. Aunque el bikini fue creado en los años 40, durante mucho tiempo fue considerado provocador. En 1953, Bardot posó en bikini en el Festival de Cannes y las imágenes recorrieron el mundo. Tres años después, la película Y Dios creó a la mujer consolidó esta prenda como símbolo de emancipación femenina y sensualidad moderna. En el cuerpo de Bardot, el bikini dejó de ser escándalo para convertirse en una declaración de libertad. Las bailarinas Repetto. Para esa misma película, Bardot encargó a Rose Repetto un calzado especial. Así nació el modelo Cendrillon, unas bailarinas planas, ligeras y flexibles, que la actriz incorporó a su vestuario cotidiano. Con ellas demostró que la comodidad podía ser elegante, instalando las bailarinas como un básico del guardarropa femenino. Accesorios y una estética reconocible Canastos de mimbre, diademas anchas, pañuelos en el cabello y anteojos de sol grandes completaban el universo Bardot. Sumados a prendas de líneas simples y colores neutros, estos detalles reforzaron una imagen de feminidad sofisticada, natural y sin artificios excesivos. Peinados que hicieron historia El impacto de Brigitte Bardot también se extendió al mundo de la belleza. Su cabello rubio, voluminoso y aparentemente despeinado se convirtió en sinónimo de rebeldía y sensualidad natural. El peinado half up, half down, con mechones sueltos y flequillo abierto, fue su sello más reconocible. Moños altos, recogidos con dramatismo y ondas suaves completaron un repertorio estético que aún hoy inspira a estilistas y diseñadores. Más allá de modas y tendencias, Brigitte Bardot dejó una huella profunda: enseñó que el estilo puede ser una forma de libertad. Su legado sigue vivo en cada prenda que apuesta por la naturalidad, en cada gesto que desafía lo establecido y en cada generación que vuelve a mirar su figura como referencia de autenticidad.
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