28/12/2025 20:07
28/12/2025 20:06
28/12/2025 20:04
28/12/2025 20:04
28/12/2025 20:03
28/12/2025 19:59
28/12/2025 19:59
28/12/2025 19:59
28/12/2025 19:57
28/12/2025 19:56
» El Litoral
Fecha: 28/12/2025 18:16
Por qué en diciembre roncamos más y cómo influyen las fiestas en el sueño Cambios en la rutina, alcohol, comidas tardías y menor descanso contribuyen al aumento de ronquidos en diciembre y pueden revelar problemas respiratorios no detectados. Durante el mes de diciembre, muchas personas notan que los ronquidos se intensifican o aparecen con mayor frecuencia. Este fenómeno, que suele generar molestias en quienes comparten la habitación, no es casual. Especialistas explican que una combinación de cambios en los hábitos, el consumo de alcohol, las comidas calóricas y el estrés propio de fin de año influyen directamente en la calidad del descanso y en la respiración nocturna. Lejos de ser un problema menor, los ronquidos pueden ser una señal de que el sueño no está siendo reparador y, en algunos casos, pueden advertir sobre trastornos más complejos que requieren atención médica. Alcohol, comidas y horarios desordenados. Alcohol, comidas y horarios desordenados Uno de los factores principales del aumento de los ronquidos en diciembre es el mayor consumo de alcohol. Las bebidas alcohólicas relajan los músculos de la garganta y del paladar blando, lo que facilita la obstrucción parcial de las vías respiratorias durante el sueño. Esta relajación provoca vibraciones al respirar, generando el sonido característico del ronquido. A esto se suma la ingesta de comidas abundantes, ricas en grasas y sal, especialmente durante la noche. Cenar en exceso y acostarse poco tiempo después favorece el reflujo y dificulta la respiración, lo que incrementa la probabilidad de roncar. Las altas temperaturas típicas del verano también juegan un rol clave. El calor altera las fases del sueño profundo, provoca despertares frecuentes y puede generar congestión nasal, lo que obliga a respirar por la boca. Esta combinación incrementa la vibración de los tejidos de la vía aérea superior. Dormir en ambientes mal ventilados o sin una adecuada regulación térmica empeora aún más la situación. Cuando el descanso es fragmentado, el cuerpo no logra una recuperación completa y los ronquidos se vuelven más intensos y persistentes. El estrés y el cansancio acumulado afectan el sistema nervioso y la calidad del sueño. Estrés de fin de año y cansancio acumulado Diciembre suele estar marcado por cierres laborales, compromisos sociales y una agenda cargada. El estrés y el cansancio acumulado afectan el sistema nervioso y la calidad del sueño. Dormir menos horas o hacerlo de manera irregular favorece una relajación excesiva de los músculos durante la noche, lo que aumenta la posibilidad de roncar. Además, la falta de descanso adecuado puede generar somnolencia diurna, irritabilidad y dificultades de concentración, síntomas que muchas veces se naturalizan durante esta época. Si bien los ronquidos ocasionales suelen estar asociados a factores temporales, los especialistas advierten que cuando son intensos, persistentes o se acompañan de pausas en la respiración, jadeos nocturnos o cansancio extremo durante el día, es importante consultar a un profesional de la salud. Estos síntomas pueden estar vinculados a trastornos como la apnea del sueño, una condición que aumenta el riesgo cardiovascular y afecta seriamente la calidad de vida si no es tratada. Adoptar medidas sencillas puede ayudar a disminuir los ronquidos durante diciembre: moderar el consumo de alcohol, evitar comidas abundantes antes de dormir, mantener horarios de descanso regulares y procurar ambientes frescos y ventilados. También se recomienda dormir de costado y cuidar la higiene del sueño. Con pequeños cambios en la rutina, es posible mejorar el descanso propio y el de quienes comparten la noche, incluso en una de las épocas más intensas del año.
Ver noticia original