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  • Cardozo le puso condimento propio al Anual Tres Arroyos del Golf Club

    » Lavozdelpueblo

    Fecha: 28/12/2025 15:33

    Cardozo le puso condimento propio al Anual Tres Arroyos del Golf Club El chef marplatense es el campeón con hándicap del club. Tras los 72 hoyos, y con un total de 284 golpes, le ganó en el desempate automático a su amigo y compañero de juego, Diego Lezcano A la inversa de su profesión de chef, donde muchas veces hace que sus platos o especialidades le entren por los ojos a los comensales, el golf a él le empezó a entrar en su cuerpo desde su llegada al restaurante del Tres Arroyos Golf Club, y en apenas poco más de un año de sumergirse en la actividad, alcanzó uno de los triunfos más importantes del club como es consagrarse campeón del Torneo Anual con Hándicap. Mar del Plata es su ciudad natal, y si bien las grandes canchas de la costa no lo alcanzaron a seducir dado que su perfil deportivo estuvo ligado al vóley hasta que sufrió una lesión en una de sus rodillas, sólo necesitó estar un corto tiempo en Tres Arroyos y en la entidad de la Avenida Juan B. Justo para pasar a integrar el padrón de socios y jugadores. Siempre me llamó la atención el juego, conocía las reglas básicas pero nunca tuve contacto con el deporte hasta que llegué acá y empecé a trabajar en el restaurante con Alfredo Armando, un rafaelino que jugaba y me inculcó los primeros conocimientos. Rápidamente me atrapó por completo el juego debido al constante desafío al cual te expone el golf; eso fue algo incomparable, una sensación única, destacó Jonathan Cardozo, el mejor del Anual 2025 con hándicap, y sus 284 golpes para los 72 hoyos. Su actividad como chef en el TAGC lo llevó a escuchar las distintas charlas de golf, desde la tele empezó a ver más asiduamente los torneos y así fue su ingreso a la especialidad. Alfredo fue mi guía inicial, y en julio del 2024 ya me pude comprar mi primer juego de palos, y ya no había vueltas atrás Nace el jugador Las clases con Federico Haffner lo fueron armando como jugador, empecé a competir, a jugar todos los días. Cada jornada era un reto distinto, porque la dificultad y complejidad de este deporte me sedujo y me despertó un hermoso desafío. Entiendo que soy nuevo en esto, pero en este corto tiempo me he dado cuenta que día a día se aprende algo nuevo; siempre hay algo más, destacó. Esa primera temporada verlo a Jonathan en el club jugando era algo diario; aunque un nuevo emprendimiento laboral, dado que ya no está más en el restaurante del club para hacerlo en la confitería ubicada en la avenida Moreno al 550, hicieron que en el mes previo al Anual sólo pudiera ir a jugar los torneos de fines de semana, y sabía que este era el torneo más importante del año, el cual todos quieren ganar. En los días previos no estaba jugando bien, los últimos torneos no habían sido nada buenos para mí; por lo que me subieron el hándicap (al Anual lo jugó con 40); creo que haber buscado tanto mejorar cada cosa me terminó quemando la cabeza. Por este motivo, consideró que no me vino mal parar un poco, relajarme, tomarlo con tranquilidad y sin esas presiones que uno se genera sin sentido, en esa búsqueda de mejorar. El torneo del club lo jugué por todo lo que significaba, no tenía grandes expectativas y te podría asegurar que el triunfo me llegó, no lo esperaba, casi que me lo choqué, aclaró con total sinceridad, aunque también confesó que cuando se me dio la posibilidad intenté hacer todo lo mejor posible. Y la definición fue increíble porque terminé consagrándome por desempate automático con Diego Lezcano, mi gran amigo y compañero inseparable de golf. En la última vuelta yo hice 74 y Diego 75, por lo que el desempate me favoreció. Fue todo especial porque con él además de jugar juntos las 4 vueltas del Anual, siempre compartimos nuestras prácticas. Los sábados, la clave En el primer día jugué muy bien, presentando una tarjeta de 69 golpes y al sábado siguiente se fortaleció con una ronda de 66. La clave estuvieron en esos dos días, aunque el domingo emparejaba para mal, dijo entre risas. Ese 66 le permitió pensar que podía estar en la pelea por el título; hasta ahí me estaba divirtiendo, tratando de disfrutarlo. Pero llegar a la última ronda empatado con Guillermo Rivada y a un golpe de Diego me abrió otras chances. Para jugar por debajo de los 70, Jonathan entiende que el 69 salió porque jugué parejo todo el día, nada muy destacado. Pero el hándicap me ayudó; en cambio al 66 lo marqué jugando bien. Nunca jugué tan bien como lo hice en esos primeros 9 hoyos, los mejores de mi vida, ronda que terminé con birdie en el 18, el primero de mi carrera, por lo que la pelotita está guardada dentro de la copa de campeón, valoró con alegría y algo de sorpresa este jugador. Identifica como punto fuerte de su juego la distancia en el drive, palo con el cual en la tercera ronda agarré los 14 fairways (un registro perfecto y deseado por todos) y con el putter me defiendo; el resto del juego está a mejorar. Así lo analizó quien en este 2025 también se adjudicó la Copa Inmobiliaria Paola Arán, una competencia que acumuló puntos a lo largo de los medal play jugados en el año. El premio de este ranking (un putt) me vino bárbaro porque yo estaba jugando con uno que me había prestado Rubén Martín, a quien le valoro el gesto que tuvo conmigo, confesó. En la despedida, Cardozo fue un agradecido con el club que me abrió las puertas y donde siempre me sentí bien recibido; lo comparto con Diego Lezcano, mi amigo y compañero de juego durante todo el año, quien entiendo tiene su mérito en mi título; y a mi pareja, Camila Bayúgar, quien siempre estuvo apoyándome, al punto que el último domingo y aprovechando su carrera de kinesiología, me hizo unos masajes que me permitieron afrontar la última ronda con todas mis fuerzas.

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