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» Clarin
Fecha: 28/12/2025 13:43
Sólo tenía 39 años y aún estaba en la cima de su popularidad. Pero tomó una decisión que sorprendió al mundo: abandonaba definitivamente el cine. Aseguró que no quería seguir siendo un objeto y eligió alejarse de las cámaras para siempre. Así era Brigitte Bardot, la enorme estrella de la pantalla grande que murió a los 91, este domingo 28 de diciembre. Si, Brigitte Bardot fue mucho más que un ícono del cine y la belleza de un siglo XX que la ubicó en la cima del podio de la perfección. Detrás del mito, construyó una vida marcada por pasiones extremas, crisis personales y opiniones que la colocaron, durante décadas, en el centro de la polémica. Video Su fallecimiento marca, sin dudas, el final de una era. Y ella, tan admirada como rechazada, nos deja una huella profunda e inolvidable. Fama, excesos y crisis personales El planeta entero se arrodillaba ante ella. Convertida en un símbolo sexual apenas pasados los 20 años, la actriz pagó un alto precio por una fama que, como suele pasar en estos casos, le llegó sin manual de instrucciones. La persecución de la prensa, el asedio constante de los paparazzi y la imposibilidad de llevar una vida privada "normal" la llevaron a atravesar episodios de enorme tristeza y profunda depresión. A lo largo de su vida, ella reconoció varios intentos de suicidio, especialmente durante los años de mayor presión mediática. La imagen pública de libertad y deseo contrastaba con una intimidad dominada por el agotamiento y una angustiante sensación de encierro. Fua así que en 1973, un año antes de cumplir 40 y aún en su mejor momento, decidió abandonar definitivamente el cine. Intensos amores y relaciones turbulentas La vida sentimental de Brigitte Bardot fue tan pública como sus films. Se casó cuatro veces, pero ninguna de esas relaciones logró ofrecerle la estabilidad que buscaba. Uno de sus vínculos más influyentes fue con el actor y director Roger Vadim, el mismo que la impulsó al estrellato con "Y Dios creó a la mujer", (1956), la película que la transformó en un fenómeno a nivel mundial. También mantuvo romances con figuras centrales del cine y la música europea, como Jean-Louis Trintignant y Serge Gainsbourg. Con este último grabó Je taime moi non plus, una canción que fue censurada en varios países y se convirtió en símbolo de una sensualidad provocadora para la época. Su único hijo, Nicolas-Jacques Charrier, nació el 11 de enero de 1960 producto de su segundo matrimonio, con el actor Jacques Charrier. Su relación siempre fue compleja. Su tercer esposo fue Gunter Sachs; y el cuarto y último, Bernard d'Ormale, quien la acompaña desde 1992. Bardot habló en numerosas ocasiones del desgaste emocional que le producía el amor bajo los reflectores. Nunca supe amar con calma, admitió en entrevistas, describiendo relaciones marcadas por la intensidad y la exposición permanente. Del mito erótico a la figura incómoda Tras su retiro, BB reapareció en la escena pública desde un lugar completamente diferente. Convertida en una ferviente defensora de los derechos de los animales, canalizó su energía en el activismo, fundando una organización que se volvió influyente en Europa. Sin embargo, sus intervenciones públicas comenzaron a generar fuertes controversias. En este sentido, la actriz realizó declaraciones muy duras sobre inmigración, multiculturalismo y el islam, que fueron ampliamente criticadas en Francia y el resto del continente. Tanto así fue, que la justicia francesa la condenó en varias oportunidades por incitación al odio racial, profundizando su ruptura con buena parte de la opinión pública. Pero fiel a su estilo, lejos de moderar su discurso, Brigitte Bardot defendió siempre su derecho a expresarse sin concesiones, incluso cuando eso significó quedar aislada y perder el apoyo de sectores que antes la admiraban. Un patrimonio millonario De acuerdo a lo que publica El Español, el patrimonio de Brigitte Bardot se estima en unos 65 millones de dólares. Esta importante fortuna la logró gracias a una combinación de ingresos de su carrera como actriz, derechos de imagen e inversiones en bienes raíces y acciones. Si bien, como adelantamos, se retiró del cine hace más de cinco décadas décadas y gran parte de su energía la destinó a causas animales a través de la Fundación Brigitte Bardot, fue muy inteligente al manejar su dinero y conservar su patrimonio que no sólo se ha mantenido sino que también se ha revalorizado con el tiempo. Según publica el medio, BB tenía dos propiedades en Saint-Tropez, en la Riviera francesa. Una de ellas, su residencia principal desde finales de los años 50, es conocida como La Madrague. La Garrigue, su segunda residencia en la misma zona, es un refugio natural de 10 hectáreas con espectaculares vistas al Mediterráneo y rodeado de vegetación autóctona, árboles, rocas y senderos sin urbanizar. Este espacio fue adquirido por la actriz en los años 80 exclusivamente para convertirse en un santuario de animales. Además, se cree que ganó al menos unos 4 millones de dólares con su autobiografía Iniciales BB: Memoires, de 1997. Una figura que desafió etiquetas Brigitte Bardot encarnó contradicciones difíciles de conciliar. Fue un símbolo de liberación femenina y, al mismo tiempo, una voz que incomodó a la Francia contemporánea. Revolucionó la imagen de la mujer en el cine, anticipó debates sobre la fama y la salud mental, y eligió retirarse cuando aún era una estrella global. Video Amada, criticada, idolatrada y cuestionada, BB nunca buscó agradar a todos. Esa decisión, fiel y coherente con su carácter, terminó por convertirla en una de las figuras más complejas y debatidas del siglo XX francés. Mirá también Newsletter Clarín
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