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  • El diluvio inesperado que colapsó parte del AMBA ¿puede repetirse en La Plata?

    » El dia La Plata

    Fecha: 28/12/2025 09:19

    Una tormenta intensa y repentina azotó sectores de la capital federal y el Gran Buenos Aires, tras una jornada de calor agobiante. Qué anticipan los pronósticos oficiales para el verano que carretea en los termómetros. El clima regional, bajo la lupa de expertos Inundaciones, autos cubiertos de agua y daños materiales en el norte de la Ciudad de Buenos Aires y distritos como San Isidro y San Martín. Mientras tanto, en La Plata y nuestra región, en general, con el mismo marco de calor extremo y similares condiciones atmosféricas, apenas se registraron lloviznas. ¿Puede un episodio de esta índole, de flash flooding o crecida repentina repetirse por estos pagos? Qué dicen los datos, cómo se explica la desigualdad en las precipitaciones y qué anticipan los pronósticos oficiales para el verano y para 2026, en un escenario científico que empieza a mirar de reojo una posible reaparición del temido fenómeno de El Niño. El temporal del martes pasado cayó sin aviso para buena parte del Área Metropolitana de Buenos Aires. En cuestión de minutos, el cielo se cerró, el viento ganó protagonismo y la lluvia se descargó con una intensidad poco habitual, especialmente tras un día sofocante. Las imágenes se multiplicaron en las redes sociales: autopistas anegadas, vehículos semisumergidos, árboles caídos y barrios enteros anegados. El fenómeno tuvo todas las características de una tormenta severa de desarrollo rápido, de las que no dan margen a la reacción. Sin embargo, mientras en amplios sectores del Conurbano y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se registraban graves complicaciones, en La Plata y sus alrededores el escenario fue muy distinto. En varios puntos de la Ciudad apenas se reportaron lloviznas y, según los sensores de la estación meteorológica que la UNLP tiene en el Bosque, hubo sectores donde directamente no cayó una sola gota: los pluviómetros marcaron cero milímetros. La postal contrastante reavivó una pregunta inevitable en la Región: ¿puede pasar lo mismo, pero al revés, con el Gran La Plata como víctima? Los especialistas coinciden en que sí. Las tormentas convectivas de verano -intensas, localizadas y de corta duración- no reconocen límites de distritos. Su comportamiento depende de múltiples variables: la temperatura, la humedad acumulada, la dinámica de los vientos en distintos niveles de la atmósfera y, sobre todo, la organización del frente nuboso. Por eso, no es extraño que una ciudad quede bajo un diluvio, y a pocos kilómetros, otra apenas registre una lluvia débil. Esa misma lógica explica por qué La Plata puede quedar al margen de un evento severo un día y ser el epicentro en otro, como pasó en abril de 2013. Lo que ocurrió esta semana es un ejemplo claro de esa variabilidad. La atmósfera estaba cargada de energía tras una jornada extremadamente calurosa. Cuando se dieron las condiciones para el desarrollo de tormentas, estas se organizaron de manera rápida y descargaron con violencia sobre zonas puntuales del AMBA. La Plata, en cambio, quedó en el borde exterior del sistema, con escasa o nula precipitación. Esto refuerza la necesidad de mirar el fenómeno con una perspectiva regional y de largo plazo. En ese contexto, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) puso sobre la mesa su Pronóstico Climático Trimestral para el período diciembre de 2025 a febrero de 2026. El informe, elaborado a partir de modelos numéricos globales y herramientas estadísticas, anticipa un verano más cálido que lo habitual para la Costa Atlántica y el centro-este bonaerense, una franja que incluye de lleno a La Plata. Para la región costera, la probabilidad de registrar temperaturas por encima de lo normal se ubica entre el 40% y el 45%. En el área platense, ese porcentaje asciende hasta el 50%, un valor comparable al previsto para provincias como Córdoba, La Pampa o Neuquén. Traducido a la vida cotidiana, el pronóstico sugiere un verano con promedios térmicos superiores a los habituales, más jornadas de calor intenso y noches menos frescas. No se trata de un dato menor: el calor persistente suele ser el combustible ideal para tormentas fuertes cuando finalmente se producen los ingresos de frentes de aire frío. Sin embargo, en cuanto a las lluvias, el panorama que se avecinaría es más moderado. Tanto para la Costa Atlántica como para La Plata y el este bonaerense, el SMN prevé un trimestre dentro del rango normal de precipitaciones. Para enero y febrero, los acumulados mensuales rondarían los 100 milímetros, en línea con el promedio histórico. No hay señales claras de un escenario más seco ni de un aumento significativo de tormentas en términos estadísticos. Eso sí: el propio organismo aclara que estos pronósticos describen tendencias promedio y no permiten anticipar eventos puntuales de alto impacto, como temporales severos o inundaciones repentinas. Esa aclaración es clave para entender lo ocurrido esta semana. Un trimestre normal en lluvias no excluye la posibilidad de tormentas intensas y concentradas en pocas horas, capaces de generar anegamientos graves, sobre todo en zonas urbanas con sistemas de drenaje exigidos al límite. Más allá del verano inmediato, el debate climático empieza a proyectarse hacia 2026. A nivel global, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA) advirtió que el Pacífico ecuatorial comienza a mostrar signos consistentes de calentamiento. Este escenario reduce las chances de una Niña persistente y aumenta la probabilidad de una transición hacia un fenómeno de El Niño el próximo año; para que un evento sea clasificado oficialmente como El Niño, se requieren varios meses consecutivos con anomalías positivas en la temperatura de la superficie del mar en la región Niño 3.4, un umbral que todavía no se alcanzó, pero que empieza a perfilarse en los modelos. De confirmarse ese escenario, el impacto sería global. El Niño suele asociarse a temperaturas más altas a escala planetaria, mayor frecuencia de olas de calor y alteraciones en los regímenes de lluvias. En Sudamérica, y particularmente en el centro-este argentino, suele traducirse en episodios de precipitaciones más intensas. En ese marco, el pronóstico del servicio climático europeo Copernicus, que ubica a 2025 entre los años más cálidos jamás registrados, refuerza la preocupación de los científicos por un 2026 atravesado por condiciones extremas. Para el Gran La Plata, el mensaje es claro: aunque el pronóstico estacional no anticipe cambios drásticos en el promedio de lluvias, la combinación de más calor, atmósfera cargada de humedad y posibles disparadores globales obliga a prestar atención a los eventos puntuales. La tormenta que sorprendió al AMBA funciona como una advertencia cercana. No fue histórica ni excepcional en términos climáticos, pero descargando 80 y pico milímetros en una hora, fue lo suficientemente intensa como para recordar que, en materia de clima, la normalidad estadística convive con episodios capaces de alterar la vida cotidiana en cuestión de horas. Por eso, más allá de los promedios y las probabilidades, seguir las alertas oficiales y los pronósticos diarios sigue siendo la herramienta más concreta frente a un escenario cada vez más dinámico e impredecible. Coches a la deriva en uno de los accesos a la capital federal, el martes pasado / captura de video Un barrio platense bajo el agua, en 2013 ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales ¿Ya tiene suscripción? Ingresar Diario El Día de La Plata, fundado el 2 de Marzo de 1884. © 2025 El Día SA - Todos los derechos reservados. Bienvenido Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com Bienvenido DATOS PERSONALES Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com ¿Querés recibir notificaciones de alertas?

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