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» La voz
Fecha: 28/12/2025 04:28
Megaoperativo. Cómo cayó una sofisticada banda que hacía deliveries diarios de drogas y celulares con drones en la cárcel de Bouwer Era liderada por un hombre con entrenamiento militar. Hubo seis detenidos en la madrugada de Nochebuena, en un operativo en el que se usaron drones policiales y un rastreador canadiense del Servicio Penitenciario. Una banda que hacía el delivery con drones de drogas y celulares en la cárcel de Bouwer fue atrapada en campos cercanos al penal en un operativo que se diseñó luego de monitorear durante semanas los vuelos y que terminó con la detención de seis personas entre la noche del 23 y la madrugada del 24 de diciembre, entre ellas un hombre con formación militar, que era el que lideraba en terreno las operaciones. No es la primera banda que cae por ingresar drogas a la cárcel vía drones, pero sí la que parecía tener el mayor grado de sofisticación y conocimiento. La desarticulación de esta organización fue el resultado de una investigación comandada por el fiscal José Mana y su secretario Nicolás Torres, a partir de una denuncia hecha por el propio Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC) que tenía como principal fuente de información los reportes que entregó una empresa canadiense de monitoreo de vuelos de drones que siguió los recorridos, con puntos de origen y destino, de las entregas. La organización era digna de un sistema de correos futurista: los drones llegaban con paquetes hasta las propias ventanas de las celdas de los internos en el Establecimiento Penitenciario más grande de la provincia. Gordo MD2, Picante MX1, hasta un Puto MD1. Así estaban rotulados los paquetes de unos 400 gramos cada uno, envueltos en papel madera, que los drones operados por esta banda entregaban todos los días con cielo despejado en la cárcel con una logística que incluía un piolín de unos 40 a 50 metros, que el destinatario cortaba cuando recibía su encargo. La investigación tuvo un componente clave, que se usó con sigilo: un sistema canadiense que es capaz de rastrear los vuelos con drones y fijar los trazados con puntos de origen y de destino. Esto permitió establecer que cada vez que caía la tarde los operadores de la banda hacían hasta 30 vuelos con entregas, con tres drones, trabajando entre una hora y media y dos horas cada vez. Esta tecnología es parte de un sistema más complejo, que incluirá los inhibidores de señales de celular y de drones, que formarán parte también del equipamiento del Cemax (el módulo de máxima seguridad, en construcción), detalló el ministro de Justicia y Trabajo provincial, Julián López. La primera celada fue hace un mes y fracasó por poco. El operativo ubicó los drones y a los operadores, en un campo cercano a la cárcel, en una zona cubierta de matorrales. Pero cuando los policías llegaron al lugar los operarios huyeron, dejando una mochila con 19 celulares, 21 baterías de dron, 1,8 kilos de cocaína y 1 kilo de marihuana. Estas cantidades de materiales dieron una nueva dimensión del negocio que se maneja intramuros, con la provisión externa vía drones. En ese momento nos dimos cuenta que había una persona con entrenamiento militar, por la forma en que advirtió la presencia policial y organizó la retirada, explicaron fuentes de la Justicia provincial. El monitoreo siguió. Luego de algunos días sin actividad, los vuelos regresaron. La constante era que operaban todos los días sin lluvia o fuertes vientos. La Dirección de Investigaciones de la Policía sugirió que se haga el nuevo operativo en la noche del 23 de diciembre. Se sumaban varios factores que hacían suponer que iba a ser un día de intensa actividad de delivery: se habían juntado varios días de tormenta y se acercaba la Nochebuena, con una mayor demanda tanto de celulares como de drogas. En la noche del operativo se sumó otra tecnología: una flota de drones de última generación comprada por la Policía que comenzó a volar a mayor altura que los drones de la banda. Los espiaban y rastreaban, en una batalla táctica en el aire. Participaron del operativo, esa noche y hasta las 11 de la mañana del 24 más de 250 policías, desde investigadores de la Dirección de Investigación Criminal, operadores y pilotos de drones, efectivos del Eter y de la División Motos, que hicieron un trabajo impecable, logrando la detención de cinco personas en ese momento y una más, ordenada por la fiscalía, al día siguiente, destacó el ministro de Seguridad provincial, Juan Pablo Quinteros. El fiscal José Mana imputó a los seis detenidos del delito de asociación ilícita y ya se abrió una causa paralela en el fuero de Lucha contra el Narcotráfico por la comercialización agravada de drogas. Los seis detenidos son todos varones, mayores de edad. No se difundieron sus identidades, para no entorpecer averiguaciones pendientes. El propio operativo de detención tuvo momentos llamativos. Los drones policiales, que seguían con visión nocturna los vuelos de los tres que operaba la banda, ubicaron a los operadores y cuando los localizaron comenzaron una persecución en el propio terreno. Equipados con luces y sonido, les ordenaron que se detengan, mientras los perseguían entre los campos con sus reflectores. En la fuga, los integrantes de la banda iban descartando cosas. Pero no contaron con que el dron iba georreferenciando donde las iban tirando. Así, casi sin tener que buscar, se secuestraron celulares, baterías de dron y drogas, tanto cocaína como marihuana. La apertura preliminar de los teléfonos es la que permitió la identificación de otro de los integrantes de la banda, que fue apresado el mismo 24 en su casa de Villa Unión. Casi en simultáneo se allanaron las viviendas de los otros detenidos y se secuestraron computadoras, otros teléfonos celulares y alguna documentación que ahora servirá para orientar los pendientes que deja la investigación: quiénes más eran parte de esta banda, quiénes proveían tanto de celulares como de drogas, si los celulares que se mandaban a la cárcel, a su vez, eran robados, si son de origen lícito o también ilegal los drones usados para las operaciones, en una punta; y en la otra, quiénes recibían los paquetes en la cárcel y si lo que recibían, tanto drogas como celulares, eran para consumo personal o para hacer negocios intramuros. Aunque la denuncia fue hecha por las autoridades del Servicio Penitenciario, una línea de investigación que no se descarta es la participación (o la vista gorda) de personal carcelario. El 24 de diciembre, poco después de las detenciones de la banda de los drones, se hizo una mega requisa en todos los pabellones donde se identificaron entregas recientes y se logró la recuperación de teléfonos y de drogas. La apertura de teléfonos podría echar luz sobre las conexiones entre el adentro y el afuera del establecimiento penitenciario y ver para quiénes trabajaban los operarios de drones, si reconocían o no un jefe preso o si se trataba de una organización criminal que hacía un servicio de delivery sin una conducción en la cárcel o pertenencia a un clan delictivo. En particular, interesa mucho saber si hay más personas con formación militar involucradas en esta banda. Se pudo establecer que tenían mucho conocimiento del manejo de drones, que no es sencillo, y se pudo corroborar la habitualidad en la práctica. Hacían vuelos todos los días que había buen tiempo, operaban algunas veces más de dos y hasta cuatro horas por día. A todos llamó la atención que entre los elementos que se secuestraron había binoculares de visión infrarroja, un equipamiento de uso militar, detalló el ministro López. Este operativo es una fuerte demostración que justifica por qué se está invirtiendo de la manera que lo hace el Gobierno de Córdoba en tecnología como apoyo de la seguridad. Tanto los sistemas de monitoreo y detección del Servicio Penitenciario como la flota de drones de la Policía fueron vitales para desmontar una organización que trabajaba de una manera muy sofisticada, valoró, a su turno, su par Quinteros. La información que aquí se publica debió ser embargada por la realización de allanamientos y otras medidas ordenadas por la fiscalía, que solicitó esa colaboración para no entorpecer esos resultados, que no se informaron aún. Ése es el motivo por el cual este contenido, en conocimiento de La Voz desde el mismo 24, no se difundió antes.
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