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» El Esquiu
Fecha: 28/12/2025 04:28
Diez consejos para cuidarse del sol y prevenir el cáncer de piel Cuidarse del sol no es solo una cuestión estética: es una medida clave para prevenir el cáncer de piel, uno de los más frecuentes en todo el mundo. La exposición excesiva a la radiación ultravioleta (UV) puede provocar quemaduras, envejecimiento prematuro y daños acumulativos que aumentan el riesgo de desarrollar lesiones cutáneas. Seguir hábitos simples, respaldados por especialistas, puede marcar una gran diferencia a largo plazo. Consejos de expertos Usar protector solar todos los días: Aplicar protector solar de amplio espectro (UVA y UVB) incluso en días nublados. El FPS recomendado es 30 o superior, y debe reaplicarse cada dos horas o después de nadar o transpirar. No confiar solo en el maquillaje con FPS: El maquillaje con protección solar ayuda, pero no reemplaza al protector solar tradicional, ya que suele aplicarse en menor cantidad. Evitar el sol en horarios de mayor radiación: Entre las 10 y las 16 horas la radiación solar es más intensa. Siempre que sea posible, buscá sombra o reducí la exposición directa. Usar ropa que proteja la piel: Las prendas de manga larga, los tejidos tupidos y la ropa con protección UV son aliados clave, especialmente en verano o durante actividades al aire libre. Proteger ojos y rostro: Usar sombrero de ala ancha y anteojos de sol con filtro UV ayuda a proteger zonas especialmente sensibles como el rostro, orejas y ojos. Evitar las camas solares: Las camas de bronceado emiten radiación UV artificial que aumenta significativamente el riesgo de cáncer de piel, incluso más que el sol natural en algunos casos. Prestar atención a los niños: La piel infantil es más vulnerable. Las quemaduras solares en la infancia aumentan el riesgo de cáncer de piel en la adultez, por lo que la protección debe ser estricta. Revisar la piel con regularidad: Observar lunares, manchas o lesiones nuevas o que cambian de forma, color o tamaño. Ante cualquier duda, consultar con un dermatólogo. Mantener la piel hidratada: Una piel bien hidratada se recupera mejor de las agresiones externas. Usar cremas humectantes después de la exposición solar ayuda a mantener la barrera cutánea. No subestimar el daño acumulativo: El daño solar es progresivo y silencioso. Aunque no haya quemaduras visibles, la exposición repetida sin protección puede generar consecuencias a largo plazo. Prevenir el cáncer de piel empieza con decisiones cotidianas. Incorporar estos consejos de expertos a la rutina diaria permite disfrutar del sol de forma más segura, cuidando la salud de la piel hoy y en el futuro. Síntomas y señales que debemos atender La piel es el órgano del cuerpo humano más fácil de examinar porque la mayoría de los síntomas de enfermedades son visibles: de hecho, el cáncer de piel es un tipo de cáncer que se hace notar. Por eso, cuidar la piel es un hábito básico que debe integrar los cuidados para mantenernos saludables. Es importante prevenir y, también, conocer los síntomas y sales de alerta que ameritan una visita urgente al dermatólogo. Puedes reducir el riesgo de padecer cáncer de piel limitando o evitando la exposición a la radiación ultravioleta (UV). Revisar la piel para detectar cambios sospechosos puede ayudar a detectar el cáncer de piel en sus estadios iniciales. La detección temprana del cáncer de piel te brinda la mayor probabilidad de que el tratamiento del cáncer de piel sea exitoso. Existen tres tipos principales de cáncer de piel: carcinoma basocelular, carcinoma espinocelular y melanoma, que es el más grave y debe tener tratamiento urgente. El cáncer de piel se manifiesta principalmente en las zonas de la piel más expuestas al sol, como el cuero cabelludo, el rostro, los labios, las orejas, el cuello, el pecho, los brazos y las manos, y, en el caso de las mujeres, las piernas. Pero también puede formarse en áreas que rara vez ven la luz del día: las palmas de las manos, debajo de las uñas de las manos o de los pies y el área genital. Los síntomas del cáncer de piel pueden incluir: Cambios en la piel, como manchas, bultos, úlceras o heridas que no cicatrizan o que cambian de tamaño, forma o color. Propagación del pigmento del borde de una mancha hasta la piel circundante o enrojecimiento o inflamación más allá del borde. Cambio en la sensación de la piel, como comezón, sensibilidad, dolor, ardor o picazón. Oscurecimiento, enrojecimiento o coloración amarillenta de la piel o de los ojos. Crecimiento excesivo de vello o pérdida de peso no intencional. ¿Por qué debemos realizar un examen periódico de nuestra piel? El cáncer cutáneo puede ser detectado por uno mismo al realizar periódicamente un examen cuidadoso. Sabemos que su diagnóstico temprano y un tratamiento correcto logra la cura en la mayoría de los pacientes. Y no hay como uno mismo para reconocer un cambio, y no lleva más de 10 minutos. Su realización periódica debe convertirse en un hábito y no en una obsesión. ¿Qué buscamos cuando hacemos el autoexamen? Cualquier cambio de coloración, textura, elevación o depresión en la piel. Normalmente, las personas poseen numerosos lunares. Ellos pueden haberse desarrollado en la niñez, adolescencia o en la edad adulta; algunos son de nacimiento. Conocerlos y seguir su evolución es importante. Cualquier cambio puede ser un signo de alarma. El melanoma puede formarse en cualquier parte del cuerpo, en la piel normal o en un lunar existente que se vuelve canceroso. El melanoma aparece con mayor frecuencia en el rostro o el tronco de los hombres afectados. En las mujeres, este tipo de cáncer más a menudo se desarrolla en la parte inferior de las piernas. Tanto en los hombres como en las mujeres, el melanoma se puede producir en la piel que no ha sido expuesta al sol. Consulte a su dermatólogo ante cualquier cambio o duda que surja del auto examen que realice entre consultas.
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