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» Diario Epoca
Fecha: 28/12/2025 04:27
La correntina, producto de historiadores locales con formaciones y trayectorias vinculadas a los Institutos de Nivel Superior, o producto de trayectorias autodidactas asentadas las más sobre cimientos consolidados en el magisterio, o en el ejercicio de profesiones liberales que dedicaron parte de su tiempo al cultivo en solitario de la investigación y el estudio de la Historia. Con el paso del tiempo, la representación de esta cosmovisión provincial del pasado terminó de hecho en cabeza de una organización no gubernamental, la Junta de Historia de la Provincia de Corrientes, que dio salida a la necesidad de dar a conocer los resultados alcanzados por quienes se consideraban historiadores, a través de una celebración anual de congresos que ya ha cumplido un cuarto de siglo. Bastante más ambiciosa, la cosmovisión chaqueña, enancada en un recorte espacial caratulado de región, tuvo su génesis en el ámbito académico de la universidad, y su proceso de desarrollo hacia el campo de la Historia, fue consecuencia directa de uno de los principales subproductos, sino el principal de los claustros, el Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI), que anualmente lleva adelante un encuentro que de las dos disciplinas iniciales, se extiende cada vez más dando cabida a diversas ramas del conocimiento. De un lado el profesorado, del otro la universidad, como objeto de estudio la Historia de la Provincia de Corrientes. ¿Qué es pertinente que haga cada una de las partes? ¿Y cuál es el papel que le cabe a la Junta de Historia de la Provincia de Corrientes como tercero en discordia? La primera cuestión a resolver es cuál es el espacio que puede reivindicar para sí cada una de las partes. Partiendo de la universidad, creo que lo más apropiado sería recortar su rótulo de "Nordeste", porque habiendo creado universidades nacionales propias Misiones, Formosa y el mismo Chaco, compartiendo los mismos espacios geográficos con diversas universidades privadas, resulta anacrónico. Lo mismo puede decirse del IIGHI, dada la incorporación a los quehaceres que le son propios de un gran número de disciplinas que solo tangencialmente y no en todos los casos pueden blasonarse de históricas o geográficas. Los profesorados, como en su momento hizo notar el doctor Ernesto Maeder, imparten los mismos saberes que la universidad, con densidades y destinatarios que se presumen diferentes, aunque se trate de un tema que en realidad es más complejo de delinear porque la proliferación de titulaciones intermedias y las variaciones perpetradas (y el vocablo está empleado buscando exactitud) por las diferentes normativas de las últimas décadas ha esmerilado los antiguos límites y dado vida a nuevos interrogantes. De suyo que estoy hablando de la educación, pero no de la educación universitaria, que tiene sus propios horizontes, sino de la educación media, porque si el objeto que se ha recortado es la Historia de Corrientes, ¿quién es el sujeto de esa Historia sino el educando de todos los niveles provinciales, y preferentemente, el alumno de nivel medio? Yo diría entonces, que pensando en ese sujeto, quien debe asociarse a él hasta el último extremo es el Ministerio de Educación, que es el responsable de su formación desde que pone su primer pie en el sistema educativo, hasta que sus pasos lo conducen a las aulas universitarias o al mundo del trabajo. ¿Y qué papel le corresponde a la Historia de Corrientes en ese proceso formativo? Delimitando el problema, creo que pueden irse avizorando una o dos incógnitas: la más fácil de resolver es quién debe enseñarle, que será su maestro o su profesor. La más difícil, qué deberá enseñarle, porque aquí es menester definir cuál será la materia prima y quién se encargará de aportarla. En otras palabras, qué Historia de Corrientes se les enseñará, y quiénes serán los que la elaboren para que los educandos puedan consumirla. Creo que es innecesario apuntar la importancia suprema que reviste la elaboración de una historia destinada a las generaciones futuras. Tradicionalmente, pocas dudas hubo de que era la universidad la más apta para llevar adelante una escritura de la Historia que pudiesen utilizar los establecimientos escolares de todos los niveles para el aprendizaje. Pero la transposición didáctica de esa historia elaborada por la universidad, ¿quién debe hacerla? La Junta de Historia de la Provincia de Corrientes, a lo largo de 2025 fue elaborando, por intermedio de algunos de sus Miembros, todos con título docente y posgrado universitario, algunos textos que en su conjunto dan una visión del siglo XIX correntino, pensada para ser llevada sin mayor sobresalto a las aulas de la universidad. Sin profundizar demasiado, creo que es pertinente señalar que en materia de correcciones, por ejemplo, hubo "ruidos" a la hora de conciliar el enfoque cronológico de los historiadores con los criterios de los correctores de estilo. La colaboración de ambas partes permitió solventar sin pegas las cuestiones planteadas. Tampoco pueden caber dudas de que la Provincia de Corrientes jugó siempre con ventaja a la hora de hablar de su propia Historia, porque sus grandes historiadores no solo fueron de los primeros a nivel nacional, sino que por lo común estuvieron adelantados en la materia y ejercieron como docentes en el nivel medio, que era el más alto, con los colegios nacionales para los varones y las escuelas normales para las mujeres. Y, bueno o malo, no había grandes diferencias de fondo en lo que estaba disponible para ser enseñado. El alumno de la Quiaca y el de Ushuaia aprendían lo mismo. Sin que se pretenda admisible que se uniformicen los saberes ¿saben los responsables de las políticas educativas qué contenidos desean ver plasmados en el proyecto de enseñanza aprendizaje? ¿Tienen alguna idea formada de qué contenidos de Historia de Corrientes quieren ver presentes en las aulas? ¿Y quiénes deben ser los que se encarguen de aportar esos contenidos? En su momento, un valioso historiador misionero, Héctor Jaquet, señaló en una de sus obras el contrasentido de que en distintos congresos, mientras provincias como Córdoba o Santa Fe iban por las suyas, porque Historia era lo que les sobraba, Corrientes, con un pasado de siglos, siempre concurría "amuchada" con otras nacidas apenas unas décadas antes, lo que necesariamente le restaba presencia y vigor a la hora de hablar de Historia. ¿Ha cambiado eso? Antes de seguir adelante, creo conveniente destacar que el sentido de pertenencia académica está muy ligado a lo institucional. En otras palabras, los integrantes de una universidad o de un profesorado, de todos los niveles, están imbricados a esa institución, su alma mater, por más que sean de otra provincia o ciudad. Y eso es un poco como una marca de fábrica. Y lo mismo sucede con la formación académica. Nuestro país y nuestra provincia tienen experiencia sobrada a la hora de poner al frente de las aulas a gente que se formó en una cosa, pero es designada para enseñar otra. Los resultados siempre fueron variopintos. Hubo genialidades, y hubo desastres. Y una reflexión personal sobre quién puede enseñar. Sin ejemplificar con el abogado dando historia o el médico enseñando biología, mi experiencia con los profesores de título "sánguche", es que el que era profesor de Historia y Geografía, enseñaba más y mejor de la asignatura con la que se sentía más identificado. Mucha Historia si le gustaba más la Historia, mucha Geografía si le gustaba más la Geografía. Y de la misma forma, los ejes planteados para la búsqueda del conocimiento estarán vallados por la magnitud de las aspiraciones y la extensión de los saberes de quien los define. Si se trata de hablar de Historia con un criterio "regional", la Historia de Corrientes presumiblemente resultará subsumida en la extensión de la sumatoria de todas las Historias provinciales, y lo probable es que la parte del león le toque a la provincia que mejor conozca o que mejor represente al enseñante. Hay también otro aspecto que no puede ser dejado de lado. Sin caer en recortes matemáticos más de lo necesario, en el caso de Corrientes, estamos hablando de una Historia de 437 años, mientras que Formosa, Misiones y el Chaco tienen menos de cien, por lo que a la hora de conciliar los término se pueden presentar dificultades. Otro problema a dilucidar es cómo se constituye el espacio historiográfico porque hasta hace muy pocos años, el sistema universitario era análogo al de castas o estamentos, el pase de uno a otro era muy difícil sino imposible. Un título de la universidad abría hacia abajo todas las puertas, mientras que el camino inverso, desde un profesorado, por ejemplo, era poco menos que inexistente. Sin embargo a partir de los nuevos sistemas de arancelamiento y titulaciones, las universidades han descubierto una no desdeñable fuente de ingresos, de recursos económicos en el transvasamiento de profesores de nivel medio en aras de licenciaturas y doctorados, aunque operen como filtros las elaboraciones de las tesis, cuando las hay. Todo el sistema, potenciado por el mundo digital, es tan reciente que creo que aún no se han elaborado los análisis necesarios, pero sin duda estamos en presencia de cambios profundos. Evaluarlos en cantidad probablemente sea lo más sencillo, y asequible, la calidad es harina de otro costal, y creo que requerirá no sólo tiempo sino un sistema de evaluación que asegure que las universidades rindan las cuentas que sean del caso en todos los órdenes, especialmente en el plano académico. En mi percepción, los sistemas de control actuales presentan aristas de estructuras de protección en las que lo relevante es mostrar resultados. Para cerrar la nota, he tratado de dejar asentado que la Historia de Corrientes no puede estar ausente de las aulas de la provincia de Corrientes, en todos los niveles. Que la producción de esa historia, los más interesados y los más aptos para llevarla a cabo, obviamente son los mismos correntinos. Que la universidad, sin ser extraña al tema, no tiene intereses de la misma profundidad y alcance, incluso por sus criterios regionales. Que el sentido de pertenencia no necesariamente va de la mano con el lugar de residencia o de formación. En la próxima nota, que intento sea la última, analizaré un poco más las representaciones del universo de las investigaciones históricas vinculadas a la Historia de la Provincia de Corrientes: El IIGHI y sus Encuentros, y la Junta y sus Congresos. Junta de Historia de Corrientes
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