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» La Opinion Austral
Fecha: 28/12/2025 03:25
Your browser doesnt support HTML5 audio Durante cuatro meses, la muestra Reconstruir Memoria, con fotografías de Annemarie Heinrich, Andriana Opacak y Berta Giménez y curaduría de Toia Ibáñez, se expuso en las ciudades de Punta Arenas, Río Gallegos y El Calafate. El cierre de la exposición, que formó parte de la BIENALSUR, contó con la presencia de Alicia Sanguinetti (80), hija de Annemarie, oportunidad en la que fue entrevistada por La Opinión Austral. La Opinión Austral: Es la primera vez que visitás Santa Cruz y lo hacés convocada por esta muestra en la que se recuperan imágenes de la época de las grandes plantas frigoríficas. ¿Cómo se originó esta muestra? Alicia Sanguinetti: Conocí a Toia en la Bienal de Buenos Aires hace unos tres años. Estuvimos hablando, ella estuvo en el estudio, le mostré las fotos que fuimos descubriendo en el archivo, que son las que Annemarie hacía en su época. No las mostraba demasiado porque era como una cosa personal. Toia vio el material y dijo: Hay que mostrarlo. Son fotos de la época de oro de los frigoríficos en el sur argentino. Ella dijo que iba a hablar con las otras dos fotógrafas para ver cómo estaba la situación hoy en día de todo eso brillante que había fotografiado Annemarie de los grandes frigoríficos, de una situación de grandeza de nuestra historia en la Patagonia de aquellas épocas. LOA: ¿Era una serie fotográfica de la que tenían conocimiento? AS: Teníamos conocimiento, pero nunca se había mostrado. El orgullo de Toia es que es la primera vez que presenta ese material no solamente acá, sino en todas partes. Todo este material Annemarie no lo había mostrado, nosotros tampoco habíamos hecho alguna exposición porque incluso no habían mostrado interés por ese material. En este momento están pidiendo el material para hacer una muestra en el Archivo de la Nación, ahora que hay un interés vamos a ampliar esta muestra porque hay mucho más material de aquellas épocas, incluso de las mujeres que trabajaban en las madereras del sur y en las cosechas de la vendimia. Annemarie tiene mucho material sobre la mujer de aquellas épocas, de los años cincuenta y sesenta, es muy importante mostrarlo. Con Toia, tenemos ganas de seguir trabajando este material. LOA: ¿Cómo fue crecer con una mamá fotógrafa? AS: Fue muy fácil, con mi hermano siempre decimos que nacimos en medio de cubetas en los laboratorios. Annemarie venía de una familia de clase media alta en Alemania. Después de la guerra, toda la familia llega a la Argentina con una mano atrás y otra adelante, ya sin ningún tipo de situación económica buena. Había que ponerse a trabajar y Annemarie, con 15-16 años, se pone a trabajar limpiando pisos en un estudio fotográfico. Ella no conocía el idioma y resulta que el estudio era de Rita Branger y Melitta Lang, dos fotógrafas alemanas, entonces podía integrarse a trabajar ahí porque podía hablar. Ese trabajo le entusiasmó, pero rápidamente se fue porque lo único que le hacían hacer era limpiar pisos y limpiar las cubetas y no le permitían entrar a la sala de tomas, tocar cámaras ni cosa que se parezca. Mi abuelo había traído una cámara, así que ella empezó a experimentar, empezó a revelar rollos en una farmacia, como se hacía en aquellas épocas, y así poco a poco se fue armando como profesional. Empezó a trabajar con mucha fuerza de voluntad, siendo prácticamente una de las pocas fotógrafas de esa época y habiendo trabajado en pantalones, cosa que tampoco se acostumbraba, pero fue haciendo su carrera y toda esa fuerza la implementó muy bien. Se conoció con mi padre, que era un intelectual de izquierda, era escritor y se amalgamaron muy bien. Annemarie aportó a la pareja y al trabajo toda la parte de relaciones con los artistas, con los bailarines y con los músicos, y mi padre aportó el conocimiento con pintores y escritores y crearon una dupla muy fuerte. Con mi hermano tuvimos la suerte de ser criados en un hogar donde, además de la filosofía del trabajo, estaba esa cosa de además poder tener acceso al conocimiento, también con toda esta gente importante que se rodeaba la casa de mis padres. LOA: ¿A qué edad tienen el primer acercamiento con la práctica fotográfica? AS: Desde muy jóvenes, porque tanto mi padre venía de una familia anarquista, él era socialista, y mi madre, que venía también de un hogar socialista, la idea era que uno tenía que empezar a ayudar en la casa. Entonces, una vez terminada la escuela primaria, tanto mi hermano como yo, empezando la secundaria, teníamos que aportar al trabajo en el estudio. Para que no estuviéramos solos en la casa y nos peleáramos, mi hermano iba a la escuela a la mañana y al estudio a trabajar a la tarde y yo iba a la escuela a la tarde y a trabajar a la mañana. En ese momento, a pesar de que trabajaba en el estudio, mi idea no era ser fotógrafa, quería ser bailarina. Mi madre también era apasionada de la danza, me dediqué a estudiar danza, pero tuve un problema de salud y tuve que dejarla. Mi idea era seguir relacionada con la danza a través de la fotografía. No existían escuelas de fotografía en Argentina, entonces mi padre y mi madre dijeron: Si quieren hacer esa carrera, la tienen que hacer académicamente. Mi hermano ya se había ido a estudiar a Alemania a la Escuela de Fotografía de Múnich, yo había entrado a la universidad a hacer la carrera de Historia del Arte y cuando mi hermano regresa, parto a hacer los cursos de fotografía a Alemania. Cuando retorno ya eran los años 66-67, ya no me reintegro a la universidad porque es La Noche de los Bastones Largos, había muchos problemas con la situación política en Argentina y yo ya había empezado a militar desde la época en la que estaba en la escuela secundaria. Retorno de Alemania y me integro a trabajar en el estudio de mis padres, a su vez empiezo a trabajar en el Instituto Di Tella de Buenos Aires con grupos de bailarines y ahí es mi militancia más fuerte en esa época. LOA: ¿Por qué empezás a militar durante el secundario? AS: En ese momento se produce el problema de la lucha de Laica Libre en Buenos Aires. La laica eran las escuelas no con educación religiosa y la libre pedía la educación religiosa. Nosotros empezamos a militar tratando de que se consiguiera que fuera Educación Laica y no Educación Libre. Posteriormente se fueron agregando otras pequeñas luchas y consignas. Al regresar de Alemania, empiezo a militar en lo que se llamó el Frente Antiimperialista por la Cultura con grupos de bailarines, escritores, toda gente joven. Y seguí militando. LOA: ¿Qué era lo que buscaban desde ese espacio? AS: Luchábamos por la igualdad. En contra de la mala situación para la clase obrera, para que todos tuvieran posibilidades, que son las mismas luchas que hacemos hoy en día, que todo el mundo tenga acceso a un buen trabajo, a la vivienda, a la salud y a la educación. Y que tenga buenos sueldos para no tener que estar hambreado y hambreando a su familia. LOA: Van pasando los años y por esa militancia, sos detenida AS: Soy detenida en el año 71 porque FATRAC se había integrado a lo que era el Partido Revolucionario de los Trabajadores y al Ejército Revolucionario del Pueblo, entro a militar con ellos y en una acción que teníamos intenciones de hacer, que era tomar el palco para que no hubiera desfile militar el 9 de julio, caemos presos. LOA: ¿Ese período cómo lo viviste? AS: Veníamos con la idea de que el que caía preso tenía que estar preparado para seguir formándose interiormente para poder salir con libertad cuanto antes y seguir militando, esa era un poco la línea. Fue una época muy dura, pero no fue la época tremenda de los desaparecidos en el 76, a pesar de que ya había muchos muertos. El tiempo que estuvimos presos pudimos aprovechar de estudiar y seguir formándonos. Fuimos las presas políticas que inauguramos el primer pabellón de presas políticas en las cárceles de mujeres de las monjas, después en Villa Devoto y posteriormente en Rawson, porque en ese momento no había habido presas políticas. LOA: Surge la situación en la que podés fotografiar desde adentro AS: Esa fue de esas raras casualidades que suceden, fue el día que ya se hablaba de nuestra posible liberación, que era el 25 de mayo, que asumía Cámpora después de unas elecciones democráticas. El 24 a la mañana teníamos visitas familiares en la cárcel, como teníamos todos los fines de semana, y mi hermano estaba en la calle haciendo reportajes, viendo qué estaba pasando en ese ambiente festivo por la llegada de la democracia. Él tenía encima una cámara, no se quiso perder la visita. Esconde la cámara dentro de la campera y en ese momento, dada la situación tan especial que había, no hubo esa requisa que siempre se hace cuando entra gente de visita. Nos encontramos, era la primera visita de contacto, siempre eran a través de rejas, y me dice: Tengo una cámara, ¿querés que te la deje?. Déjamela, le dije. Si vos creés que lo que estás haciendo es real y es útil, no lo abandones.ALICIA SANGUINETTI No teníamos idea que íbamos a salir, no estábamos totalmente seguros, pero me dedico a hacer algunas fotos de ese momento, sin tener idea de la importancia que iba a tener ese material el día de mañana. Tanto es así que nosotros salimos a la noche y cada uno salía con sus pertenencias, me encuentro con mis padres, le entrego a mi madre la cámara y el rollo famoso, porque a los dos días pasábamos a la clandestinidad, íbamos a seguir militando. Mi madre guarda todo ese material, mis ropas, mis cartas del penal. En el año 83, cuando asume Alfonsín, un día mi madre que ya no estaba clandestina y me dice: Te devuelvo esta caja que son cosas tuyas y ahí encontramos el rollo. LOA: Que no recordaban AS: Ni me acordaba porque habían pasado tantas cosas en el ínterin que verdaderamente si había algo de lo que no me acordaba era de todo eso, ni de las cartas. Cuando revelamos el rollo, con mi hermano encontramos todo ese material que es un material que es único, porque nunca había tenido la prensa acceso a la cárcel a hacer fotos. LOA: Son diferentes los períodos de militancia y sin embargo, en ningún momento se detuvo AS: No, no se detuvo. Cuando salimos en libertad, me encuentro con mi compañero, vamos a militar al interior del país, ambos éramos clandestinos. Mi compañero desaparece al principio del 75, yo estaba embarazada, sigo militando con mi hijo hasta el 77, que viene la gran debacle, ya con las fuerzas militares manejando el país con una tremenda represión, me quedo clandestina, viviendo en el interior del país y en ese período me dedico a la crianza de mi hijo. Cuando puedo retornar en el 83 a mi vida normal, me reintegro nuevamente al estudio a seguir trabajando como fotógrafa, dentro de las posibilidades, sigo trabajando como fotógrafa de danza y sigo en la militancia, ya ligada a los organismos de Derechos Humanos, sea Madres, Abuelas, Asamblea de DDHH, y hasta ahí sigue mi vida con toda la militancia y apoyando todos los movimientos. Ayudando en ese momento a los presos que salían de las últimas tandas y siempre con la idea de seguir aportando para que las situaciones en mi país cambien. LOA: ¿Por qué, a pesar de todas las situaciones, seguías militando? AS: Es una cosa que uno fue aprendiendo y que me inculcaron también mis padres, si vos creés que lo que estás haciendo es real y es útil, no lo abandones. Y considero que en memoria de los 30 mil desaparecidos y en memoria de todos los compañeros que han dejado su camino y su vida en el camino de la lucha, es nuestra obligación que la memoria no se pierda. LOA: Reconstruir Memoria tiene que ver con poder recordar, evocar y hablar de identidad también. ¿Qué rol juega la fotografía cuando uno piensa en la memoria? AS: Es absolutamente necesaria. Todas las artes son necesarias, pero, a través de la fotografía y de la escritura, tenemos que hacer todo lo posible para que la memoria no se pierda. También sabemos que hoy en día se está haciendo todo lo posible para que no exista memoria, entonces no es solamente la memoria de la última época siniestra que vivimos en este país, todo es memoria. Entonces, el hecho de haber rescatado las fotos de Annemarie de una época de gloria de nuestro sur es absolutamente importante porque mucha gente, especialmente la joven, no tiene idea que todo eso existió en nuestro país, que todo se hizo en nuestro país y que todo eso se destruyó en nuestro país. La tarea como fotógrafos no es solamente lo relacionado con los DDHH, no podemos olvidar la memoria porque si olvidamos la memoria, un día nos vamos a encontrar con que no tenemos país. LOA: ¿Hay algo que quieras agregar? AS: Me pareció maravilloso poder venir aquí y encontrarme con gente joven que está tratando de hacer cosas y lo ha logrado de una forma extraordinaria y, por otro lado, la necesidad de seguir trabajando en equipo para lograr todo lo que sea necesario. Noticias relacionadas
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