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» DiarioWeb
Fecha: 27/12/2025 15:03
En una tarde cualquiera, mientras el calor baja y la ciudad vuelve a caminar, aparecen los mismos rituales: revisar percheros, palpar telas, girar etiquetas, preguntar ¿cuánto por esta campera? o ¿tenés talle?. En paralelo, en una pantalla, alguien navega un catálogo de juegos viejos como si fueran nuevos. Y en el medio hay una idea simple que hoy mueve plata: la nostalgia. Lo retro dejó de ser cosa de coleccionistas. Se transformó en consumo cotidiano: remeras de los 90/2000, zapatillas de época, consolas restauradas, cartuchos originales, cámaras analógicas, cassettes, juguetes, muebles. El pasado se resignifica, se vuelve estética y, sobre todo, se vuelve mercado. No es magia: es economía (y el contexto ayuda) En Argentina, la nostalgia no viaja sola: la empuja una realidad concreta. En noviembre de 2025, el IPC marcó 2,5% mensual y 31,4% interanual, según INDEC. En ese mismo informe, la división Prendas de vestir y calzado mostró una variación mensual baja (0,5%) y un acumulado 2025 en torno al 14,1%. Eso no significa que vestirse sea barato: significa que, aun cuando la ropa suba menos que otros rubros, la gente prioriza gastos fijos y busca alternativas. Y ahí las ferias, la segunda mano y lo vintage ganan terreno. TN describió este resurgimiento como un nuevo auge de ferias de ropa usada (con memoria directa de 2001), donde conviven necesidad, comunidad y moda circular. La psicología detrás del precio: el recuerdo vale más ¿Por qué alguien paga más por una prenda usada de los 90 que por una nueva genérica? Porque compra dos cosas: objeto + emoción. La evidencia es clara: Harvard Business Review resumió investigaciones donde la nostalgia, al aumentar la sensación de conexión social, puede elevar la disposición a pagar por ciertos objetos (y hasta alterar cómo percibimos el dinero). En otras palabras: cuando algo te devuelve a un momento feliz (una infancia sin sobresaltos, una adolescencia con música y amigos, un primer juego que te cambió la vida), el producto deja de ser utilidad. Pasa a ser identidad. La nostalgia como industria global (no como capricho) Lo vintage se apoya en un cambio estructural: el crecimiento del mercado de segunda mano. El Resale Report 2025 de ThredUp proyecta que el mercado global de indumentaria de segunda mano puede llegar a US$ 367.000 millones hacia 2029. Y un análisis sectorial remarca que en 2024 la segunda mano creció fuerte y ya representa una porción relevante del gasto en ropa a escala global. También crece lo online: el informe de ThredUp destaca el peso del canal digital en el gasto de reventa. Ese marco global ayuda a entender por qué en Argentina se mezclan dos fuerzas: la crisis que empuja y la tendencia cultural que legitima. Argentina 2025: la ropa usada ya no es solo feria, también es importación A la dinámica de reventa local se suma un dato polémico: el salto de la importación de ropa usada. Infobae informó que en 2025 hubo un crecimiento fuerte del ingreso de prendas de segunda mano, con cifras compiladas por la Cámara Industrial Argentina de Indumentaria: menciona miles de toneladas acumuladas en el año y advierte tensión con la industria local. Esto impacta en precios, oferta y competencia. Y abre otro debate: ¿segunda mano como acceso y sustentabilidad, o como nuevo frente de conflicto productivo y sanitario? Del perchero al joystick: el boom retro gamer Videojuegos clásicos: la nostalgia ahora se paga en suscripción La nostalgia gamer tiene dos negocios: El objeto real: consolas viejas, cartuchos, discos, accesorios, reparaciones. La nostalgia en formato servicio: bibliotecas de juegos clásicos incluidas en suscripciones. Nintendo lo explica sin vueltas: con una suscripción activa se accede a catálogos de juegos clásicos (NES, Super NES, Game Boy y otros según el plan). Y sigue actualizando la propuesta como parte del paquete de valor de Nintendo Switch Online. En criollo: el jugador paga por volver, legalmente y con comodidad, a lo que ya ama. Menos búsqueda, menos emulación, más entrar y jugar. En Santiago del Estero, además, el universo retro se completa con cuentas locales de compra-venta gamer y servicios técnicos/arcades que se promocionan por redes. ¿Qué está pasando en Santiago del Estero? El fenómeno no cae del cielo: se arma con pequeños circuitos. El furor por los vehículos antiguos tiene centenares de adeptos. Ferias americanas y vintage que se anuncian en redes, con comunidad y rotación de stock. El ecosistema gamer retro local (compra-venta, alquiler, reparación). No hace falta que todo sea barato: hace falta que sea distinto. En tiempos de uniformidad (mismo catálogo, misma prenda, mismo modelo), lo vintage ofrece lo contrario: rareza y relato. La nostalgia vende porque cumple varias funciones al mismo tiempo: consuela, distingue, ahorra (a veces) y arma identidad. Pero, sobre todo, funciona como una moneda emocional en épocas de incertidumbre. Y cuando una emoción se vuelve masiva, el mercado hace lo que siempre hace: la empaqueta. La pregunta ya no es si lo retro es tendencia. La pregunta es cuál será el próximo pasado que nos van a vender.
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