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Parana » Al Dia ER
Fecha: 27/12/2025 14:21
Las vitaminas cumplen un rol fundamental para que el organismo crezca, funcione y se mantenga en equilibrio. Entre ellas, la vitamina D ocupa un lugar particular: aunque suele llamársele vitamina, en realidad es una prohormona que el cuerpo puede producir y activar. La Dra. Viviana Cantarutti, Médica Clínica de OSPEDYC, explicó que: Originalmente se la clasificó como vitamina porque se obtenía únicamente de fuentes externas, pero hoy se sabe que, con la exposición solar adecuada, la piel es capaz de sintetizar vitamina D3, que luego se transforma en su forma activa en el hígado y los riñones. En algunos alimentos, como el pescado, la vitamina D aparece en dos formas: D2 y D3, siendo esta última la que se metaboliza con mayor eficacia. Su importancia es amplia y va mucho más allá de la salud ósea. La vitamina D permite absorber el calcio fundamental para el desarrollo y la fortaleza de los huesos, pero también interviene en la función muscular, participa en la comunicación entre los nervios y el resto del cuerpo y tiene un papel determinante en la respuesta inmunitaria. La vitamina D cumple un papel importante en nuestras defensas, ayuda a que el intestino funcione como una buena barrera frente a los gérmenes, activa las primeras células que salen a defendernos cuando algo nos ataca y, al mismo tiempo, fortalece la respuesta más especializada del sistema inmune. Además, favorece la producción de sustancias que ayudan a eliminar patógenos y se la ha estudiado por su posible rol en la prevención de infecciones respiratorias. Por todo esto, su acción es amplia y fundamental para mantenernos sanos. Aunque la alimentación suele asociarse a las vitaminas, la principal fuente de vitamina D es la luz solar continuó la especialista de OSPEDYC-. Cuando la piel recibe radiación UVB, comienza el proceso de síntesis de vitamina D3 y, se estima que, alrededor del 80% de la vitamina D producida por el cuerpo proviene de este mecanismo. Sin embargo, el estilo de vida actual con muchas horas bajo techo, poca exposición al aire libre y hábitos que limitan el contacto directo con el sol dificulta esta producción natural. También influyen la contaminación, la presencia de nubes que filtran los rayos UVB, la falta de exposición durante el invierno, la pigmentación de la piel, la alimentación pobre en alimentos ricos en esta vitamina y ciertos problemas de salud que afectan la capacidad de producirla o metabolizarla, así como el uso de medicamentos como anticonvulsivantes o corticoides. Cuando la exposición solar es escasa, la dieta cobra relevancia. Los alimentos más ricos en vitamina D son los pescados grasos como el salmón o el atún, la yema de huevo, los lácteos y los productos fortificados. Aun así, con frecuencia resulta insuficiente para cubrir las necesidades del organismo. En algunos casos, la suplementación puede ser necesaria, pero su indicación debe ser médica. Las dosis recomendadas dependen de la edad, el estado de salud y el nivel de déficit. Los excesos también pueden ser perjudiciales, provocando efectos adversos como hipercalcemia. Cantarutti señala que: ante cualquier duda, se recomienda consultar con un profesional de salud, evitar la automedicación y considerar un análisis de laboratorio. Comprender el rol de la vitamina D permite dimensionar su impacto en la salud general. Se trata de un nutriente que conecta múltiples aspectos de la vida cotidiana: la exposición al sol, la alimentación, la actividad física, la función intestinal, la inmunidad y las condiciones de salud preexistentes, finalizó la Dra. Cantarutti.
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