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» Perfil
Fecha: 27/12/2025 00:28
Este lunes 22 de diciembre, en el edificio de nuestra editorial, se realizó la XV edición de los Premios Perfil. Se distinguió a referentes del periodismo, la ciencia, la cultura, el deporte y el pensamiento crítico, en una ceremonia marcada por la defensa de los valores democráticos, algo que consideramos esencial para construir nuestra sociedad. La idea de la columna de hoy es reflexionar alrededor de algunos de los discursos de quienes fueron premiados en el evento. Una suerte de balance del año referido a la situación del periodismo, la libertad de prensa y de expresión, tras dos años de gobierno libertario. Pier Paolo Pasolini fue distinguido con el Premio Perfil 2025 a la Mayor Contribución a la Paz Internacional por su compromiso con los derechos humanos, la justicia social y la cultura del diálogo. El reconocimiento fue agradecido por su prima y heredera, Graziella Chiarcossi, quien destacó en un mensaje que para Pasolini la paz no era una normalidad pasiva, sino una construcción crítica que exige pensamiento, indignación y cuestionamiento permanente del poder. Pasolini no solo fue un genial director de cine. También fue un poeta que expresó el sentir. Uno de los legados que nos dejó Pasolini fue su poema Viva la libertad. PERFIL tomó ese texto como una bandera para describir los tiempos desafiantes de la Argentina, en los que la libertad es un concepto usado de muchas maneras. El poema de Pasolini es revelador, dice así: Si no se grita viva la libertad, humildemente, no se grita viva la libertad. Si no se grita viva la libertad, riendo, no se grita viva la libertad. Si no se grita viva la libertad con amor, no se grita viva la libertad. Ustedes, hijos de los hijos, gritan con desprecio, con rabia, con odio, Viva la libertad. Por eso no gritan Viva la libertad. Pasolini fue brutalmente asesinado la noche del 2 de noviembre de 1975 en Ostia, en un caso plagado de irregularidades. Durante décadas se sostuvo la versión de un crimen pasional cometido por un joven, pero luego ese testigo se retractó y habló de una emboscada por varios hombres que lo insultaban por maricón y comunista. Esto alimentó la hipótesis de un ataque de tinte homofóbico y político, vinculado a sectores reaccionarios y al clima de violencia de los años de plomo en Italia. Hasta hoy, su asesinato sigue siendo oficialmente un crimen no resuelto. Ese mismo odio es el que, medio siglo después y por otros medios, se expresa en el discurso antiwoke del presidente Javier Milei en el Foro Económico Mundial de Davos en 2025, que generó la primera marcha multitudinaria contra el Presidente. Milei ahora promete volver sobre el tema en la próxima conferencia de Davos. Chiarcossi, prima de Pasolini, sostuvo: En nombre de la familia Pasolini agradezco de corazón al jurado del Premio Perfil por haber otorgado a Pier Paolo un reconocimiento tan importante por su contribución a la paz internacional. Para Pasolini, la paz no era un estado de serenidad o de normalidad recuperada después de la guerra. Aborrecía lo que el mundo llama normalidad. En el estado de normalidad, decía, el hombre tiende a dormirse; se olvida de reflexionar, pierde la habilidad de juzgarse a sí mismo y deja de preguntarse quién es. A crearlo, pensaba Pasolini, están llamados los poetas: eternos indignados, campeones de la rabia intelectual y de la furia filosófica. Hasta que el hombre explote al hombre, hasta que la humanidad esté dividida en patrones y siervos, no habrá ni normalidad ni paz. La razón de todo el mal de nuestro tiempo está aquí, agregó. Esteban Bullrich recibió el Premio Perfil 2025 al Mejor Aporte al Bien Común por su tarea sostenida en la concientización y la investigación sobre la ELA, enfermedad que padece desde 2021. El exsenador ha sido una figura que, en los últimos años, no ha dejado de hacer hincapié en la necesidad de unir a los argentinos, evitar agravios personales y dejar atrás los discursos encendidos que solo profundizan divisiones, señalando que la política debería orientarse al bienestar común más que a la confrontación constante. Acompañado por su familia, Bullrich agradeció el reconocimiento a través de un emotivo discurso, donde resaltó el valor del servicio público, la fe y la importancia de entender el bien común como una forma de vida atravesada por la fragilidad y la solidaridad. En su discurso, el exministro de Educación puso el foco en la necesidad de recuperar el sentido colectivo en un año marcado por la incertidumbre, reivindicó la ayuda recibida de miles de personas anónimas y expresó su deseo de que 2026 sea un tiempo de encuentros, menos divisiones y más confianza. "Recibir este reconocimiento me llena de una gratitud profunda, de esa que nace, no del orgullo, sino de la conciencia de que todo lo que uno hace es siempre parte de algo más grande que uno mismo. Hoy no agradezco un premio: agradezco el camino, las personas que Dios fue poniendo delante mío y las oportunidades de servir que la vida me regaló, incluso en los momentos más inesperados", declaró Bullrich. Los Premios Perfil nacieron como un reconocimiento a la inteligencia y a la cultura, en un contexto distinto, cuando todavía parecía posible celebrar estos méritos al margen de las tensiones políticas y del poder. Aquella primera entrega evocaba la idea de homenajear valores compartidos, sin una carga de confrontación ni un sentido defensivo explícito. Con el paso del tiempo, ese significado se fue desplazando. En el contexto actual, los premios expresan algo más que trayectorias individuales: se han convertido en una forma de resistencia simbólica. El ejercicio del periodismo profesional, crítico y responsable es uno de los pilares fundamentales de la democracia. Y justamente por eso incomoda, molesta y es atacado por quienes creen ser los dueños de la verdad. La historia demuestra que allí donde el poder no tolera la crítica, lo primero que intenta controlar es la circulación de la información. Pero, además, el avance tecnológico de los últimos años plantea nuevos desafíos profundos y globales para el periodismo. La velocidad con la que circula la información, amplificada por redes sociales y plataformas digitales, ha desdibujado los límites entre lo verdadero y lo falso. Las fake news, muchas veces diseñadas con intención política o económica, se propagan con mayor rapidez que los contenidos verificados, erosionando la confianza pública y poniendo en crisis el rol tradicional de los medios como mediadores confiables de la realidad. Frente a este escenario, el periodismo profesional se enfrenta a la necesidad de reafirmar sus principios en un entorno dominado por algoritmos, inteligencia artificial y nuevas formas de producción de contenidos. Verificar, contextualizar y explicar se vuelven tareas más complejas, pero también más imprescindibles. En un ecosistema saturado de información, el verdadero desafío no es solo llegar primero, sino sostener la credibilidad y ofrecer herramientas para que la sociedad pueda distinguir entre la manipulación y el conocimiento, entre el ruido y los hechos. Martin Baron fue galardonado con el Premio a la Libertad de Prensa Internacional, reconociendo una trayectoria clave para el periodismo democrático. Baron fue director de The Washington Post entre 2013 y 2021 y anteriormente ocupó cargos centrales en The Boston Globe y el Miami Herald, consolidándose como una de las figuras más influyentes del periodismo de investigación contemporáneo. Su nombre quedó definitivamente asociado al trabajo del equipo Spotlight del Boston Globe, que destapó el encubrimiento de abusos sexuales en la Iglesia de Massachusetts, investigación que obtuvo el Premio Pulitzer en 2003 y fue llevada al cine en la película Spotlight, ganadora del Oscar en 2015. Baron fue director del célebre diario The Washington Post, pero renunció cuando ya había sido comprado por el dueño de Amazon, Jeff Bezos, quien prohibió que el diario continuara haciendo endorsements previos a cada elección, exponiendo por quién no es conveniente votar, como hace habitualmente el diario Perfil. En este caso, Bezos lo prohibió para no indisponer a Donald Trump. Mediante un video, agradeció el premio y advirtió sobre los desafíos inéditos que enfrenta hoy el oficio, y remarcó que una democracia auténtica depende de una ciudadanía informada y de una prensa capaz de combatir la corrupción y controlar los abusos de poder. Pero, situándonos en el plano nacional, Milei repite una y otra vez, al finalizar cada uno de sus discursos, viva la libertad, carajo. Una suerte de arenga a su proyecto político. Esa consigna, sin embargo, se vacía de contenido cuando la libertad es reducida a un eslogan y despojada de su dimensión social, política y colectiva. La libertad, en su sentido más pleno, no puede reducirse a la ausencia de regulación económica, como opinan los teóricos que Milei cita, aunque luego en el ejercicio del poder sea más pragmático y empírico. Milei repite constantemente una retórica hostil al ejercicio del periodismo. Frases como no odiamos lo suficiente a los periodistas no solo estigmatizan a comunicadores, sino que pueden alimentar un clima de confrontación y legitimación de la agresión directa. Además de los insultos y descalificaciones, ha habido acciones que van más allá de lo verbal, como decretos que modifican la Ley de Acceso a la Información, restricciones en acreditaciones para conferencias de prensa y medidas judiciales contra publicaciones que comprometen a funcionarios, incluyendo pedidos de allanamientos y denuncias penales a periodistas. En una sociedad civilizada, la libertad es la posibilidad real de expresarse sin miedo, de informar sin persecución y de disentir sin ser estigmatizado. Cuando el poder confunde crítica con enemistad y opinión con ataque, el concepto mismo de libertad queda desnaturalizado. Y esto llega a un extremo cuando el ejercicio del periodismo implica arriesgar la vida, porque los cronistas y fotógrafos son objetivo de la represión. Perfil otorgó el Premio Perfil 2025 a la Libertad de Prensa Nacional al fotoperiodista Pablo Grillo, herido de gravedad mientras cubría una marcha de jubilados en marzo. El galardón fue recibido por su padre, Fabián, quien sostuvo que Pablo debería haber estado allí como fotógrafo y no como víctima, y denunció que el ataque formó parte de una agresión sistemática contra los trabajadores y la sociedad, agravada por las mentiras oficiales posteriores al hecho. El 12 de marzo de 2025, una granada de gas lacrimógeno disparada por el cabo primero de Gendarmería Héctor Jesús Guerrero impactó en la cabeza de Grillo pocos minutos después de iniciado el operativo represivo frente al Congreso. El fotógrafo fue internado de urgencia, permaneció meses en estado crítico y atravesó múltiples intervenciones quirúrgicas antes de ser trasladado, el 27 de noviembre, al Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca para continuar su recuperación. En octubre, la jueza federal María Servini procesó a Guerrero y lo embargó por 203 millones de pesos, al establecer que el disparo fue realizado de manera horizontal y antirreglamentaria, descartando la versión oficial que sostenía que se había efectuado hacia el cielo. La investigación también determinó que el gendarme realizó al menos otros cinco disparos similares y que estaba debidamente capacitado para el uso de ese armamento. La represión de aquella jornada dejó un saldo de 46 heridos y 124 detenidos, y generó reclamos de organismos de derechos humanos y asociaciones de periodistas, que advirtieron sobre los riesgos que enfrentan los trabajadores de prensa en contextos de protesta social. El caso de Grillo se convirtió así en un emblema del debate sobre el uso de la fuerza estatal, la rendición de cuentas y las condiciones para el ejercicio libre del periodismo. Cuando los conceptos pierden su significado, también se debilita la posibilidad de un debate honesto. Defender la libertad exige mucho más que gritarla: supone respetarla, garantizarla y aceptar que incluye, necesariamente, a quienes piensan distinto. Desde su asunción como presidente de la Nación, Milei ha protagonizado una escalada de ataques verbales e institucionales contra periodistas y medios críticos, generando alarma entre organizaciones de derechos humanos, sindicatos de prensa y asociaciones periodísticas tanto nacionales como internacionales. Pero, además, ha encabezado lo que él y sus seguidores llaman batalla cultural, lo que él y la nueva derecha internacional denominan la lucha contra el wokeísmo, una etiqueta que utiliza para agrupar al feminismo, la igualdad de género y los derechos LGBT+ como una amenaza cultural que, según él, justifica la expansión del Estado. En su última intervención en Davos, el mandatario atacó abiertamente al feminismo calificándolo de distorsión del concepto de igualdad y cuestionó la figura legal de femicidio, argumentando que agrava injustamente el homicidio de mujeres por sobre el de hombres, una postura que especialistas y organizaciones de derechos humanos consideran profundamente misógina y ajena a la realidad de la violencia de género. Además, Milei vinculó retóricamente la llamada ideología de género con abuso infantil y pedofilia, un señalamiento utilizado para estigmatizar a personas homosexuales y a la comunidad LGBT+ en general, lo que provocó protestas masivas en Argentina y críticas incluso internacionales por la peligrosidad de asociar orientaciones sexuales con delitos graves sin fundamento. Su gobierno también ha impulsado reformas para eliminar políticas públicas que abordaban la violencia de género, como la propuesta de suprimir la figura de femicidio del Código Penal argentino, lo que generó alarma entre activistas y expertas que advierten que medidas así retroceden en la protección institucional de las mujeres. Este tipo de retórica no solo ataca valores y movimientos sociales legítimos, sino que también puede fomentar un clima de polarización y violencia contra grupos históricamente vulnerabilizados. Como referente del feminismo, Rita Segato fue distinguida con el Premio Perfil 2025 al Pensamiento Crítico Nacional por una trayectoria forjada entre el exilio, la docencia y la investigación, que consolidó una mirada descolonial sobre el poder, el género y la violencia en América Latina. Uno de sus aportes centrales es la reformulación del concepto de violencia de género como una expresión estructural de poder, sintetizada en la idea de pedagogía de la crueldad, que describe cómo la violencia sobre los cuerpos femeninos entrena a la sociedad para desactivar la empatía y naturalizar la cosificación de la vida. El CONICET fue distinguido con el Premio Perfil 2025 a la Mejor Divulgación Científica por una expedición submarina inédita que exploró el cañón Mar del Plata y llevó la ciencia argentina a millones de pantallas en tiempo real. Durante tres semanas, junto al Schmidt Ocean Institute, transmitieron en vivo las inmersiones desde profundidades de hasta 3.900 metros, combinando investigación de frontera, tecnología de última generación y divulgación abierta. El proyecto alcanzó casi 18 millones de visualizaciones y permitió documentar una biodiversidad sorprendente, con el hallazgo estimado de más de 40 nuevas especies marinas. El reconocimiento adquiere un significado particular en un contexto de ataques y deslegitimación de la ciencia por parte del Gobierno nacional, que ha cuestionado públicamente el rol del CONICET, promovido recortes presupuestarios y difundido un discurso que presenta la investigación científica como un gasto prescindible. Frente a ese clima adverso, la expedición funcionó como una respuesta concreta: mostró que la ciencia pública no solo produce conocimiento de alto nivel, sino que también despierta interés social, genera orgullo colectivo y fortalece la soberanía científica. En medio de la confrontación, el premio puso en evidencia que invertir en ciencia no es un lujo, sino una apuesta estratégica para el futuro del país. En la antesala de la Navidad, Milei eligió un formato poco tradicional para dar un saludo de fin de año. A través de un video de menos de dos minutos, armado como un collage de fragmentos de entrevistas, discursos y apariciones públicas, el Presidente volvió a marcar el rumbo de su gestión: continuidad del ajuste. El mensaje circuló por redes sociales acompañado de una consigna breve y simbólica: Feliz Navidad en libertad. Y dejó una frase, sobre el cierre, que condensa el tono general del mensaje: Abróchense los cinturones porque va a haber muchas más reformas. En definitiva, hay una reafirmación total del rumbo que viene tomando, lo que anticipa que los ataques no van a ceder, sino todo lo contrario. Milei confirmó que volverá a Davos y anticipó un nuevo discurso contra la agenda woke En nuestro edificio conservamos, como recordatorio, fragmentos del Muro de Berlín, quizás el símbolo más potente del siglo XX. Un símbolo de censura, porque en su momento representaba un impedimento concreto para que un lado supiera qué pasaba del otro, manteniendo el aislamiento. Por eso decidimos el evento frente al Muro de Berlín, en un año en que la libertad es tan mencionada y al mismo tiempo tan combatida, y recordar al más importante periodista y editor argentino del siglo XX, Jacobo Timerman. Creador del diario La Opinión, que fue confiscado por la última dictadura militar por ser progresista, es el mejor exponente del muro cultural que aqueja también a nuestra profesión, el periodismo, porque al representar una ideología distinta a la de los medios tradicionales, mientras era premiado en el extranjero no ganó premios ni reconocimientos en su país. Este premio de hoy, en su memoria, es un mensaje de Perfil a nuestros colegas, a la vez que una crítica a los propios vicios de nuestra profesión. Hoy los muros ya no son de cemento. Son algorítmicos, simbólicos, discursivos. En lugar de impedir la circulación de información, nos invaden con una sobreabundancia de datos de poco valor, no verificados. Nos bombardean con mensajes de odio o utilizan el monopolio mundial de las redes sociales para instalar determinados discursos que refuerzan prejuicios y dificultan el pensamiento crítico. Frente a esos nuevos muros, el periodismo sigue teniendo una tarea esencial: construir puentes, conectar miradas y defender, una y otra vez, el derecho de la sociedad a estar informada. La palabra premio proviene de premium: aquello que se distingue por su calidad antes de que sea evidente para todos. Por eso creemos que el periodismo, la cultura y la defensa de la libertad de expresión deben ser reconocidos no cuando ya no generan conflicto, sino cuando todavía incomodan. Los Premios Perfil no buscan consagrar la fama ni la popularidad. Buscan anticipar el valor, lo que es esencial para nuestra sociedad. En un contexto donde el poder hostiga al periodismo, cuestiona a la ciencia, ataca los derechos de las mujeres y la diversidad, promoviendo una batalla cultural que profundiza divisiones, la libertad no avanza: se vuelve un terreno de resistencia. Frente a este escenario, el periodismo, la cultura y la ciencia conservan una responsabilidad central: construir sentido, tender puentes y defender el derecho de la sociedad a informarse, pensar y disentir. Porque la libertad no se proclama a los gritos: se garantiza con hechos, instituciones fuertes y una ciudadanía crítica. En estas fiestas, tiempo de encuentro y reflexión, el desafío sigue siendo que la libertad deje de ser una consigna vacía y vuelva a encarnarse en gestos concretos de empatía, diálogo y cuidado del otro. Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi TV
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