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  • Maquiavelinas: La libertad avanza hacia Venezuela

    » Lavozdelpueblo

    Fecha: 27/12/2025 00:13

    "Expulsad de entre vosotros al malvado." (1 Corintios 5:13) Se acerca el tiempo en el que las tropas de Estados Unidos derroquen al narco dictador Nicolás Maduro, liberando así al pueblo venezolano del cáncer del régimen chavista. No debería ser de esta forma, pero no queda otra. La tragedia venezolana se inició el 2 de febrero de 1999 cuando asumió la presidencia el golpista (en 1992) Hugo Chávez, tras ganar las elecciones a fines del año anterior. Hay momentos en los que los pueblos se suicidan (a Hitler lo votaron muchos). Primero con Chávez y, tras su muerte en 2013 con Maduro, el régimen chavista condenó al hambre y la opresión a una población que, de ser gobernada por honrados, debería estar muy bien porque tiene uno de los ingresos más grandes en el mundo: el del petróleo. El chavismo intentó legitimarse desde un relato ideológico mentiroso; buscó referenciarse en el prócer de la independencia de América del sur, Simón Bolívar. Nada más alejado a la realidad; Bolívar liberó a varios países, el chavismo esclavizó a su propio pueblo. Además del desastre interno, de fronteras para afuera provocaron una de las mayores crisis humanitarias del planeta. Ocho millones de venezolanos (el 30 % de la población) tuvieron que migrar para no ser víctimas de la represión chavista que viola los derechos humanos en forma sistemática. Y en eso Maduro es aún peor que Chávez. El principal centro de torturas se llama El Helicoide, la cárcel donde los que piensan diferente al gobierno los torturan, en algunos casos hasta la muerte. Tras el suicidio de un ex funcionario de Maduro en una de las mazmorras chavistas, el Tribunal Penal Internacional publicó testimonios de 8.900 víctimas de la dictadura venezolana. Algunas de ellas tuvieron eco en la prensa internacional, donde se detallaban las torturas infligidas. El 23 de abril de 2023 el diario El Mundo de España publicó este testimonio: "Le amarraron de pies y manos, le ataron a un carro (vehículo) del Sebin (el servicio de inteligencia y policía política del chavismo) y le arrastraron más de un kilómetro por las calles antes de llevarlo a un centro de reclusión, donde fue torturado 24 días. Le arrancaron las uñas de manos y pies con tenazas; le asfixiaron cubriéndole la cabeza con bolsas de plástico que contenían insecticida lo que le dañó gravemente los pulmones; le aplicaron descargas eléctricas en los genitales y partes íntimas; le golpearon todo el cuerpo con toallas mojadas y le hacían bañar a todas horas en orines y excrementos". Lo anterior, -que podría ser el testimonio de una víctima del nazismo sobreviviente del campo de concentración de Auschwitz-, dimensiona el horror de la dictadura de Maduro. La mayoría de los que no pudieron salir de Venezuela viven cómo en Biafra (locación africana símbolo de hambruna). Según la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas), la pobreza e indigencia en Venezuela ronda el 60 %. Muchos viven en condiciones infrahumanas. Y los que están un poco mejor también tienen problemas de subsistencia porque escasean los alimentos. La salud está desabastecida de lo esencial y la educación es la decadencia pura. Pero las prioridades de la mafia chavista son otras. Tienen tantos dólares que hasta se dan el lujo de ser financista de países, entre ellos Argentina. Hubo otras operaciones similares anteriores, pero en 2008 (primera presidencia de Cristina) se produjo una referencial cuando Hugo Chávez compró mil millones de dólares en bonos argentinos cobrando un 16% de interés, cuando ningún otro país pagaba por sus títulos soberanos un interés superior al 8% (y el Fondo Monetario prestaba al 4 %). El financiamiento chavista a otros ejecutivos nacionales lo reveló al declarar ante la justicia española el Pollo Carvajal, quien fue el jefe de inteligencia militar de Hugo Chávez entre 2004 y 2011. A partir del caso Venezuela, el mundo tendrá que replantearse ciertas cuestiones. Por ejemplo, crear una normativa global que impida a gobiernos financiarse de estados con ingresos ilegales (narcotráfico). Más acá en el tiempo (2020), la justicia estadounidense acusó a Maduro de liderar el Cártel Narco de los Soles y que la empresa petrolera estatal (PDVSA) se utiliza para blanquear dinero procedente de la droga. Un capítulo aparte es el ensañamiento actual de Maduro con Argentina. Al secuestro del gendarme Nahuel Gallo lo antecede el asedio a la embajada de nuestro país a partir de que el presidente Milei le otorgó asilo político a opositores perseguidos. Acto humanitario que todo gobierno democrático aplica. Cómo lo hizo México cuando en 1976 en su embajada en Buenos Aires asiló al ex presidente Héctor Cámpora, sobre quien la recién impuesta dictadura (y ya atrozmente criminal) había dictado orden de captura. El mundo democrático se cansó de ver como el chavismo destruye a Venezuela. Y tuvo un gesto que implica un Basta Ya (que evoca al histórico Nunca Más del fiscal Strassera): otorgarle el premio Nobel de la Paz a la opositora María Corina Machado, símbolo de la lucha pacífica y valiente contra la maldad desde adentro del país controlado por el maligno. En las elecciones del 28 de julio de 2024 María Corina Machado estaba proscripta (inhabilitada por 15 años por la Justicia del régimen) los venezolanos votaron mayoritariamente (67%) al candidato opositor que apoyaba Machado: Edmundo González Urrutia. Pese a tener a su disposición todo el aparato del estado, a Maduro solo lo votó el 30 % del electorado. Pero el dictador desconoció el resultado, se declaró ganador y siguió gobernando. En septiembre de 2024 Naciones Unidas denunció al gobierno de Venezuela por crímenes de lesa humanidad, especificando que la misión que envió detectó detenciones arbitrarias, torturas y tratos crueles incluyendo violencia sexual y de género. Nada pasó. En algún momento, el Bien termina imponiéndose al Mal. Dios siempre le gana al Diablo. Pero cuando la diplomacia no alcanza tiene que aparecer un poder normalizador: en este caso las fuerzas armadas de Estados Unidos. Devolver su país a los venezolanos de bien es una obligación de la Humanidad. Y debe hacerse ya. En el mundo que honra los Derechos Humanos Universales crece un clamor, que es este: ¡Presidente Trump, libere a Venezuela!.

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