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» La Nacion
Fecha: 26/12/2025 13:21
Sueno con ayudar a mis padres: Benjamin, el chico que encontro futuro en un club que busca evitar que los ninos pasen el dia en un basural Tiene 11 anos y vive en Manzana 34, un barrio de Neuquen donde muchas familias trabajan en el vertedero; en ese contexto de extrema vulnerabilidad, el Club Deportivo La Colonia se propuso que los chicos puedan tener otro horizonte - 10 minutos de lectura' En 2022, cada vez que Benjamin, en aquel momento de 8 anos, pasaba por el lote que era pura tierra y pedregullo, frente a la meseta del basural municipal de la ciudad capital de Neuquen, se ilusionaba. Se quedaba mirando a los 10 chicos y chicas de su edad que, de lunes a viernes, pateaban una pelota contra un arco simulado con dos ladrillos; que corrian; que hacian estiramientos; que jugaban al futbol dirigidos por dos parejas de padres del barrio. Despues, veia como se reunian todos alrededor de una mesita y tomaban una merienda: te y pan. Hacia poco que el nino habia llegado a ese barrio, Manzana 34, en Colonia Rural Nueva Esperanza, a 20 minutos del centro de la ciudad capital de Neuquen. Entre las calles de tierra, las casas de chapa, madera y algo de material, el lote de tierra y pedregullo se destacaba por su telon de fondo: el basural ocupando casi todo el horizonte. Benjamin pasaba por esa canchita camino al colegio y tambien camino al basural, a donde iba con su madre para hurgar entre las bolsas y recolectar latas de aluminio que vendian a los chatarreros. Su papa se quedaba en la casa porque habia comenzado a sufrir artrosis deformante de cadera y el dolor le imposibilitaba caminar. Con el dinero que conseguian, compraban la comida del dia en el almacen del barrio. Una vez encontro un serrucho. Es el que usan para cortar la lena que meten en la salamandra con la que cocinan y calefaccionan la casa. Es que en el barrio no hay red de gas. Tampoco cloacas. La electricidad y la red de agua son compartidas porque no llegan a todas las casas. A pesar de ese panorama, para el nino lo peor habia quedado atras: el dia que sus padres, su hermana de 11 y el tuvieron que dormir 30 noches frias en el auto, un Renault del ano 1979, porque debieron dejar la casa en la que vivian en la ciudad de Neuquen. No les renovaron el contrato de alquiler y su padre no llegaba ni a pagar una pieza de hotel con el dinero que ganaba haciendo changas y como vendedor ambulante. Pero ahora, vivia en un pequeno terreno que el municipio le cedio a su familia en ese barrio, Manzana 34, a 300 metros del basural municipal a cielo abierto. Y aunque vivia en una casilla, no tenia su habitacion propia y el olor del basural es constante, ese barrio tenia algo especial: la ilusion que le nacia cada vez que pasaba por ese lote de pura tierra y piedras, a una cuadra de su casa, y sonaba con jugar al futbol como sus idolos: Lionel Messi, Julian Alvarez y Leandro Paredes. Que los chicos esten en el club Es una tarde soleada de primavera en Manzana 34 y de a poco comienzan a llegar a la canchita decenas de ninos, ninas y adolescentes. Son recibidos con una sonrisa por los profes Katy, Roxana, Gonzalo, Santiago, Federico... En total son ocho adultos, la mayoria papas del barrio que en paralelo a sus trabajos, muchos en la construccion, se sumaron a la escuelita de futbol que empezo en 2022, cuando Benjamin habia llegado al barrio. Benjamin ya tiene 11 anos y hace tres que juega de cinco en lo que hoy se llama Club Deportivo La Colonia. Charla y se rie con unos amigos mientras espera que comiencen las practicas. No falta nunca. En estos tres anos, la escuelita, que habia empezado con 10 chicos, suma 140 ninas y ninos. Gracias a las gestiones que hicieron con el municipio, el lote de pura tierra y piedras ahora es de cesped sintetico, tiene un alambrado perimetral, iluminacion y arcos blancos de hierro. Si se ve desde un dron, la cancha es un rectangulo verde entre el basural y la cuadricula gris y ocre donde se reparten las casas. La escuelita de futbol es el corazon del barrio, donde viven unas 400 familias. La creamos para que los chicos no estuvieran en la calle o en la meseta de basura, para que se hicieran amigos entre ellos, para que tuvieran su propio lugar y sean lo que son, ninos, dice a LA NACION Katerina Hoyos, o Katy, fundadora y presidenta del lugar al que todos llaman la escuelita. Cuando Benja empezo a venir, paso de ser un nino a veces grunon, a ser un nino tranquilo y feliz, dice su mama, Maria, que hace unos meses dejo de ir al basural porque consiguio un trabajo en un almacen del barrio. Los primeros dias se enojaba con los profes, pero siempre volvia. Entendio que hay que seguir reglas. No se, quizas es porque el es muy companero en casa y aca tambien, se siente parte del equipo y hace lo que ama, explica. Katerina comenta que muchos padres les dicen que sus hijos estan mas contentos, que se portan mejor: Aca aprenden a ser companeros, a que hay que tratar bien a los otros porque todos somos equipo dentro y fuera de la cancha. Aprenden a sonar con ganar un partido, un campeonato y ven que se puede hacer posible. Nosotros solo les damos la oportunidad, ellos hacen el resto. Maria, que en breve ira al almacen a trabajar, dice que fueron agrandando su casa de a poco, que resta que sus hijos tengan cada uno una habitacion. Benja nunca se quejo por las situaciones dificiles que pasamos, entiende. Y siempre voy a preferir que este aca, en la escuelita y no en el basural conmigo. Algunos de los chicos que van al club aun trabajan en el basural con sus padres o simplemente los acompanan porque no hay lugares donde se los cuiden, cuenta Katerina. Lamentablemente las necesidades son muchas en el barrio, pero los chicos saben que pueden venir a jugar mientras sus papas van al basural. A veces llegan tarde de ahi y los recibimos felices a la hora que sea. Y siempre tienen su merienda, que para muchos de los chicos es su cena, dice. Suenos de progreso El contenedor donde dan la merienda, y les cedio el municipio, les quedo chico. Asi que dividen a los ninos en turnos. En invierno todo es mas dificil, la temperatura puede llegar a los 10 grados bajo cero. Katerina cuenta que tienen un plan para sumar un contenedor mas para crear un espacio grande donde puedan dar clases de apoyo, talleres de oficios, de lectura y dibujo, para que los chicos tengan mas oportunidades y suenos de progreso. Como lo revelo una investigacion reciente de LA NACION, lo que ocurre en Neuquen ocurre en casi todas las grandes ciudades del pais: 150.000 ninos y adolescentes crecen a menos de 300 metros de un basural y en hogares donde el dinero no alcanza para lo mas basico, la comida. Son chicos que tienen muchas probabilidades de pasar hambre o saltearse la cena, abandonar la escuela o terminarla sin haber aprendido lo indispensable. En un informe publicado a principios de este ano, desde la Defensoria de las Ninas, Ninos y Adolescentes de la Nacion son categoricos: El trabajo de ninos, ninas y adolescentes en los basurales es una de las peores formas de trabajo infantil. Esa tarde de primavera, desde la escuelita se ve en la meseta de basura un par de humaredas. Quienes van alli queman cables para obtener los filamentos de cobre. Mientras preparan una chocolatada con pastafrola que hizo una de las mamas, los profes del club comentan que por suerte no hay viento. Cuando sopla mucho, no jugamos porque la canchita y todo el barrio se llena de basura, humo y tierra, explica Benjamin. Los chicos no pueden correr y respirar tierra y ese humo acido que se te mete en las entranas. Entonces se suspende todo, menos la merienda. Se la damos para que la lleven a sus casas y se encierren. Si, todos nos tenemos que encerrar. Hay muchos chicos con problemas respiratorios, es dificil convivir con el basural, comenta Roxana, otra de las mamas y profesoras. Todos desean que el basural se traslade. Es un proyecto que tienen las autoridades municipales hace anos. En Manzana 34 lo desean tanto como que haya mas trabajo y bien pago para que la basura no tenga que ser el sustento de algunas familias. Quiero ser futbolista y ayudar a mi familia Estabamos acostumbrados a pegarle a la pelota para que pique en las piedras y fuera a donde quisieramos. Ahora con el cesped sintetico la pateamos recto, comenta Benjamin con seriedad. Dice que ahora todo es mas lindo. Cuando se le pregunta que le gustaria para el club se queda pensando unos segundos y dice: Gradas y un vestuario con banos. Maria habla de su hijo, dice que suena con ser jugador de futbol, pero tiene muchas posibilidades de hacer lo que quiera porque es buen alumno. Benjamin dice que le gustaba acompanar a su mama al basural, pero que no comian la comida que encontraban ahi. Sobre el colegio dice que le gusta matematica y se rie: A mi me divierten los numeros. Se entusiasma mas cuando habla de que juega en todos los torneos, de que ya ganaron cuatro copas y que estan por jugar un nuevo campeonato con otros barrios. Sobre que suena ser cuando sea grande, dice con ilusion: Futbolista, mi idolo es Messi. Me gusta jugar de cinco, como Paredes, porque es el que ayuda a los que defienden y a los que hacen los goles. Asi tambien voy a poder ayudar a mi familia. Despues, si, antes de ir a la cancha a jugar, se queda nuevamente pensando y con voz pausada, mas serio, dice: Y si no tengo la oportunidad puedo ser cantante o albanil. Lo que no quiero es que a mis papas y a mi hermana les falte la comida. Como ayudar El Club Deportivo La Colonia (IG y Facebook) necesita banos y sumar un espacio para darles clases de apoyo escolar y talleres culturales a los chicos. Si queres colaborar con el proyecto o sos una empresa que quiere ser el sponsor para que tengan materiales, botines o alimentos, podes: - Enviar una donacion a la Asociacion Simple Deportiva y Cultural Colonia. La cuenta es en el Banco Nacion (N 7850339577), el CBU es 0110785440078503395776 y el alias es asoccolonia.bna - Enviar donaciones de pelotas, zapatillas y alimentos. Se las puede hacer llegar a Atlantida 612, Neuquen Capital, codigo postal 8300. Para mas informacion, llama al +54 9 2994 56-1921.
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