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  • Una locura coherente: el hombre que construyo un pueblo fantasma para mantener vivo el pasado de sus padres

    » La Nacion

    Fecha: 26/12/2025 11:51

    Una locura coherente: el hombre que construyo un pueblo fantasma para mantener vivo el pasado de sus padres Oscar Marzol empezo con un jardin botanico; con los anos, adquirio objetos ferroviarios y agricolas; construyo locales, una plaza, y termino armando un museo pueblo que hoy cualquiera puede recorrer - 9 minutos de lectura' Oscar Marzol divide su tiempo entre Buenos Aires y la localidad de Colonia San Ricardo, conocida como Iriarte, (en la frontera de Santa Fe y Buenos Aires), el hogar de sus padres; entre su profesion, Contador Publico, y el Museo Iriarte, fundado por el mismo. Pero no es un museo cualquiera. Para imaginarlo hay que esquivar la idea de un edificio convencional, cuadros, objetos, largos pasillos. Este otro, creado por el propio Marzol, va mas alla de un espacio delimitado y crece cada vez mas: tiene un principio, pero no un final. Muchos lo definen como un pueblo dentro de un pueblo. Y eso mismo parece: quien llega se encuentra con una peluqueria, panaderia, imprenta, una estacion ferroviaria, la cantina. Todo armado a partir de objetos antiguos que adornan cada uno de esos establecimientos: la historia del lugar no solo se ve, se vive. Pero el recorrido de Oscar empieza mas atras, y con una intencion bastante alejada de eso en lo que se convirtio: empezo en 1977, a sus 27 anos. Era aficionado a los arboles, a las plantas. Quiso armar un jardin botanico, lo pensaba como una especie de proyecto de fin de semana. Arranco coleccionando arboles. Despues, como ornamentos, compro maquinas antiguas de granja, buscaba un toque rustico: un rastrillo y una desmalezadora. Empece a entusiasmarme: una maquinita, otra maquinita, y bueno Una actitud coleccionista, dice. Pero, mas alla del entusiasmo, se volvia cada vez mas dificil arreglar el jardin, cortar el pasto, mantenerlo pulcro. Tenia que buscar una solucion. Compro un terreno justo enfrente, una casa clasica de 1900, de las primeras del pueblo. Buscaba practicidad: mover las maquinas ahi y despejar un poco ese jardin botanico para arreglarlo. No habia un plan concreto. Pero una cosa llevo a la otra: Empece a juntar objetos y, para cuando quise darme cuenta, ya tenia las bases de lo que podia ser un museo, asegura. El puntapie de una idea De todas formas, todavia no lo pensaba asi: empezo como un hobby y como una construccion privada. Empece a hacerlo para mi, para mis amigos, para mi familia, pero no como un proyecto. No tiene una connotacion demasiado filosofica: iba comprando cosas, armar un galpon, despues otro La gente podia pensar: Este loco lo tenia disenado. Pero no, lo voy disenando ahora. A la acumulacion de objetos se le sumo otro museo, el Rocsen, en la localidad de Nono, Cordoba. Este le dio el puntapie necesario, la idea para, ahora si, establecer que haria finalmente con eso que habia ido comprando. Segun la pagina oficial, el Rocsen tiene mas de 65.000 piezas en exposicion divididas en 13 salas. Tiene la coleccion privada mas grande de la Argentina. Me encanto, pero lo sentia todo muy amontonado. Ahi me agarro la inquietud: Por que no mostrar esto de otra manera? En vez de tener sillones de peluqueria desperdigados, por que no mostrar una peluqueria como era en mi epoca? Ahi me dije: Bueno, voy a armar un pueblo para que sea mas dinamico, explica. La idea, mas que exhibir, era mostrar, construir un mundo. Me base en lo que habia hecho el dueno del Rocsen, pero lo mostre de otra manera, remarca. Este otro proyecto, mucho mas lejano de aquellos comienzos como jardin botanico, empezo casi diez anos despues, en 1988. Pero ahora ya tenia clara la vision: reproducir el pueblo de su infancia, de sus padres. Armar una vivencia a partir de lo que recordaba, lo que veia en fotos. Yo tuve la posibilidad de vivir lo que despues desaparecio. No desaparecio hace mucho tiempo. Pero bueno, a mi no me costo disenar la peluqueria antigua, la panaderia, asegura. Recorriendo la Argentina Panaderia, imprenta, tintoreria, bar antiguo. Escuela, herreria, cremeria. La lista es larga, los locales a modo de exhibicion del museo, muchos. Pero como conseguia los objetos? De donde sacaba inspiracion? Viajaba. Viajaba mucho. Lo acompanaba su albanil de cabecera: Sacamos fotos de los pueblos, de las fachadas. Tambien viajaba con amigos por distintos lugares, dice. Se iban los fines de semana, paseaban y buscaban en campos objetos para comprar y agregar a su coleccion. Sobre todo en el principio, cuando el museo tenia una impronta ferroviaria y agraria. Uno de los primeros puntos de partida para trazar esa especie de pueblo fantasma fue el diseno de la plaza. Como la mayoria de los pueblos, la vida cotidiana suele girar en torno a esta. Disene una plaza que se salio un poquito de la placita tipica de los pueblos, la saque de un dibujo a mano alzada de la Alhambra de Granada, en Espana. No es un laberinto, pero no tiene un diseno tipico de nuestros pueblos. A partir de eso la idea es ir rodeandola de locales, casas particulares. Ya tenemos la biblioteca Arturo Frondizi, almacen de ramos generales, una imprenta montada que funciona, una panaderia que funciona, una tintoreria que funciona. Un bar antiguo que consegui en San Antonio de Areco, donde la gente puede tomar un cafe, funciona. Cuando dice que funciona no quiere decir que la imprenta imprima, o que hagan pan en la panaderia: quiere decir que durante las visitas suelen encender las maquinas para que la gente vea el proceso. En vez de explicar, lo mostras, sostiene. Entonces, viajo mucho en busca de poblar con recuerdos y objetos esos lugares que empezaron a conformar el pueblo. Fue comprando de a poco. Recuerda especialmente un viaje a Chile para buscar una cosechadora a vapor: Hemos recorrido todo el pais con amigos, siempre pasandola bien. En algunos viajes no conseguiamos nada. A veces hay que convencer a la gente, decirles que compramos no para negociar, sino para un museo, explica. Para muchas personas, al igual que para Marzol, esas maquinas son reliquias, por eso tenia que remarcar que no las iba a revender, que las iba a preservar. A veces tuvo que viajar hasta ocho o nueve veces para convencer a los duenos originales. Todo lo que compro, o casi todo, tiene una historia detras. Recuerda particularmente la de la Panaderia Furno, que pertenecio a Don Ramon Jose Francisco Furno, en La Llave, provincia de Entre Rios. No se uso por 40 anos. Cuentan que abrio en 1958 y que tuvo su mayor auge en los 70. El dueno no la queria vender. Pero en 2009 lograron un acuerdo para comprar la panaderia tal cual estaba. Se desmonto todo y se traslado al museo Iriarte. Hay poleas, mezcladoras, amasadoras. Todo intacto, pero en desuso. Marzol recuerda al dueno llorando mientras le entregaba las llaves. No era solo maquinaria, cuenta, era el legado de su vida, de sus recuerdos, que ahora cuidaria Oscar. Un cable a tierra Como se conto, el Museo Iriarte no empezo como tal. Muto, crecio, se transformo. Ademas, hasta hace cuatro anos era un espacio privado. Hoy esta compuesto por casi cuatro hectareas que se pueden recorrer a pie: el sector de los locales, la plaza del pueblo, 14 galpones con objetos agricolas. Hay una via de tren, la estacion y algunos vagones. La locomotora que consiguio en comodato. Un pueblo que representa el pasado, la familia de antes y de ahora. La de ahora lo ayuda, lo empuja: hijos, primos, esposa. Entienden todo lo que significa para el: Es mi cable a tierra. Siempre estuve en sociedades grandes, con reuniones, directorios, temas tensionantes. Esto [el museo] me venia bien porque me desconectaba los fines de semana de una forma especial. Eran dos mundos totalmente distintos. Desde el viernes a la noche hasta el lunes a la manana no existia el mundo en el que estaba normalmente, detalla. De hecho, varias maquinas a vapor se pudieron poner en marcha gracias a la intervencion de su padre, que era mecanico experto. Al principio decia que estaba loco, pero despues cuando lo vio fue como volver a ver su pueblo. No lo podiamos parar, recuerda. Es que el Museo Iriarte es un poco eso: pueblo y arcon de los recuerdos al mismo tiempo. Y sus padres son figuras centrales: Hay una sala de fotografias donde estan los cuadros del casamiento de mis padres. En homenaje a ellos. Su papa no era el unico que en algun momento le dijo loco. No le preocupaba: Se tiene que tener un gradito de insensatez. Lo mismo se puede decir de quien invierte en propiedades en Nordelta, en Punta del Este. Quien esta mas o menos loco? Es una locura dentro de la coherencia. El proyecto de Marzol no tiene final: acaban de montar una herreria y una cremeria, con maquinas para hacer queso y dulce de leche. Tambien un puente ferroviario que estan terminando de instalar y que consiguio en Mendoza. Quiere, ademas, incorporar un teatro, y estan por empezar un local oftalmologico. Por supuesto, a un pueblo no puede faltarle la iglesia: ya sabe en donde la va a construir y con que diseno. El objetivo: crear un ambiente que sea el resumen de varios pueblos en uno solo. Yo tenia 38 anos cuando empece el museo: nunca es tarde para empezar. Si le pones pasion, las cosas se hacen, concluye. El es el claro ejemplo de esa maxima de vida. Supo tomar su pasion, su historia familiar y construir, a partir de eso, un legado, una parte inseparable de la comunidad en la que nacio.

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