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  • Ropa importada: auge descontrolado que llevo al colapso de la industria textil - Comercio y Justicia

    » Comercio y Justicia

    Fecha: 26/12/2025 10:48

    Consolidada la apertura arancelaria impulsada hace exactamente dos anos por el Gobierno de Javier Milei, el comercio de fardos de ropa importada en Argentina no solo se ha consolidado como un fenomeno masivo, sino que llego a escalar a niveles alarmantes, saturando mercados informales y profundizando la crisis de la industria textil local. Plataformas chinas como Shein, Temu y AliExpress, junto con importadores de ropa usada desde Estados Unidos y Europa, han inundado el pais con prendas a precios irrisorios, atrayendo a un consumidor avido de ofertas en tiempos de una inflacion que viene subiendo sin parar desde abril pasado. Sin embargo, este furor por lo barato y no siempre bueno, oculta un drama sectorial: el cierre de 381 pymes textiles desde fines de 2023, la perdida de mas de 11.500 empleos y una capacidad instalada que ronda el 40%, segun datos actualizados de la Fundacion Pro Tejer y la Camara Argentina de Indumentaria (CIAI). En este contexto, el mercado de fardos paquetes de ropa vendidos por peso, seminueva o con defectos menores representa sin dudas una alternativa economica, pero ademas una red flag, una bandera roja que cuestiona la sostenibilidad del empleo local y el medio ambiente. Comercio y Justicia ha cubierto el fenomeno en sus diversas aristas a lo largo de este ano y ya pisando el inicio de 2026 estamos en condiciones de incorporar los ultimos datos, los analisis sectoriales y voces expertas para radiografiar un fenomeno que, de no regularse, podria desmantelar por completo una cadena productiva argentina de mas de un siglo de vida. El auge imparable de los fardos El boom de los fardos se acelero en marzo pasado, cuando el Gobierno redujo los aranceles de importacion del 35% al 20% para indumentaria y calzado, y del 26% al 18% para telas, con el argumento de fomentar la competencia y bajar precios internos que, segun estudios oficiales, superaban en un 310% los de Espana y un 95% los de Brasil. Esta medida, combinada con la eliminacion de restricciones al e-commerce internacional, disparo las compras online en un 390% entre julio de 2024 y julio de 2025, segun la CIAI. Los fardos, comercializados por peso a traves de plataformas digitales, se han convertido en la vedette de un ecosistema que incluye ferias como La Salada, la avenida Avellaneda en Flores (CABA) y sus replicas en el interior desde Cordoba hasta Mendoza, ademas de manteros y ventas ambulantes. En las calles y redes, el fenomeno es palpable. Plataformas como TikTok y Facebook sirven de vidrieras virtuales para revendedores que transmiten en vivo la apertura de fardos, generando un hype similar al de un unboxing de lujo low-cost. Ejemplos concretos abundan: un fardo de 20 kg (con 80-100 prendas) de blusas ejecutivas y semiformales, mayormente de origen europeo y manga larga, se ofrece a $800.000; otro de 40 kg (93 prendas aproximadas) enfocado en ropa deportiva o de hogar, con marcas como The King, cuesta $985.000, mientras que polerones con capucha van por $735.000 y conjuntos infantiles Osman por $680.000. Los fardos especializados no se quedan atras: carteras en lotes de 30 unidades por $260.000, o camperas y parkas en paquetes de 50-60 piezas. Pero el hit del momento son los fardos Shein: 50 prendas directas de China por $400.000 es decir, $8.000 por unidad, con empaquetado original pero sin garantia de talles, colores o calidad uniforme. En el caso de Temu, se suman ofertas de ropa deportiva Safran con imitaciones de Adidas o Nike, o liquidaciones de infantil por $180.000, todo accesible via envios gratuitos para pedidos bajo US$400, exentos de impuestos adicionales. Este modelo de venta por peso donde el comprador asume la loteria de talles y estilos democratiza el acceso a moda rapida, pero fomenta un consumo impulsivo. En los primeros ocho meses del ano, las importaciones de ropa por peso se duplicaron un 109%, alcanzando 23,3 millones de prendas, un salto del 135% interanual. Dos tercios de estas prendas circulan en circuitos informales mayoristas, desde La Salada hasta mercados fronterizos, donde los precios bajan aun mas hasta $8.000 por prenda en frontera, con margenes de ganancia del 20% al 100% para revendedores, pese a la seleccion aleatoria. Circuitos mayoristas y engranaje global A nivel nacional, el 70% de la ropa vendida en 2025 es importada, un incremento del 57% del ano previo, con China como proveedor estrella gracias a su capacidad de producir entre 6.000 y 10.000 articulos diarios y mas de 300.000 colecciones anuales. Empresas globales lideran el flujo: la chilena Arabito importa desde Alemania fardos de alta calidad clasificados por temporada, mientras que la china Zagumi Trading Co., con 11 anos de experiencia y una planta de 20.000 m, exporta ropa usada a mas de 60 paises, seleccionando por estilo y condicion. En nuestro pais, el grueso de la ropa usada proviene de EE.UU., donde la prohibicion de incineracion y los altos costos de destruccion obligan a exportar excedentes un volumen que en 2025 supero los US$2,2 millones en los primeros ocho meses, multiplicandose por 40 respecto a los US$52.000 de todo 2024. Este circuito no es solo logistico: revela una cadena global opaca. Los contenedores llegan a puertos como Buenos Aires sin controles estrictos, y una vez desembarcados, se distribuyen via mayoristas informales. En el interior, ferias como las de Cordoba o Rosario replican el modelo de La Salada, atrayendo a emprendedores que, ante la caida del consumo formal (priorizando facturas y alquileres sobre moda), ven en los fardos una salida de supervivencia. Sin embargo, expertos como Luciano Galfione, de Pro Tejer, advierten: Estas medidas benefician a productores chinos a 20.000 km de distancia, mientras abren las puertas flood en un mundo de proteccionismo creciente, como los aranceles del 27% en EE.UU. o las leyes antifast fashion en Francia. Impacto demoledor en la industria El reverso de la moneda de la accesibilidad es una industria textil argentina en jaque. La CIAI estima una perdida de 1.500 empleos semanales, con ejemplos concretos como la textil Mauro Federico en Mar del Plata, que despidio a 150 trabajadores en julio de 2025. Los cierres de pymes ascendieron a 68 solo en el ultimo semestre, sumando 4.000 puestos perdidos y 900 suspensiones, con una capacidad ociosa del 40% que deja fabricas como elefantes blancos en polos textiles como Flores o el Gran Buenos Aires. Los productores locales, que enfrentan impuestos que representan el 50% del costo final, alquileres al 13% y comisiones bancarias al 12%, no pueden competir con importados que duran apenas tres lavados y cuestan una fraccion: un zapato de trekking Shein a $25.000 (US$17) versus $75.000 local, o una chaqueta denim a $40.000 frente a $120.000. Jorge Sorabilla, de Tn&platex, lo resume: Es un impacto demoledor, sin precedentes. Esta industria es la segunda mas contaminante del mundo: produce 80.000 millones de prendas al ano, consume 215 billones de litros de agua (equivalente a 86 millones de piscinas olimpicas) y genera el 9% de microplasticos oceanicos. Y ahora compite con un reciclaje que muchos expertos tildan de ilusion. Solo el 10-15% de la ropa usada se reutiliza realmente; el resto satura los vertederos de los paises de la periferia mundial, replicando desastres como el desierto de Atacama en Chile, donde montanas de desechos textiles crecen sin control. En nuestro pais surgen alertas sanitarias: prendas sin certificados de higiene podrian contener residuos toxicos, y el descontrol importador agrava la dependencia externa, con turistas argentinos gastando US$2.200 millones en ropa abroad en ocho meses, un 111% mas que en 2024. Moda barata o bomba de tiempo? El modelo de fardos promueve un consumo masivo que choca con la agenda global de sostenibilidad. Mientras Shein y Temu venden esta suerte de fast fashion efimera, la industria local aboga por regulacion: etiquetado de durabilidad, impuestos a productos de baja calidad y fomento al made in Argentina. Galfione propone: Regular lo que impacta en la piel y genera residuos costosos, porque ningun pais desarrollado con 35 millones de habitantes carece de industria textil por pragmatismo, no ideologia. En Cordoba, polos como el de Rio Cuarto ven como las pymes locales diversifican hacia el upcycling, que es transformar materiales o productos en otros nuevos de mejor calidad, pero lo hacen como pueden y sin apoyo estatal. Las proyecciones, mirando hacia el proximo ano, son sombrias: sin una intervencion rapida y protectora, las importaciones podrian captar el 80% del mercado, con 20.000 empleos mas en riesgo. La apertura mileista, pensada para combatir la inflacion, termino derivada en un derroche de reservas que, con divisas limitadas, cuestiona su viabilidad. En sintesis, el furor por los fardos refleja una tendencia global hacia lo accesible, pero en nuestro pais amplifica desigualdades preexistentes: mientras los revendedores prosperan en lo informal, la industria textil pilar de empleo femenino y regional enfrenta su extincion. Este modelo refuerza dependencias y opacidades ambientales, invitando a un debate urgente sobre regulacion equitativa. Podra el Gobierno equilibrar libertad comercial con proteccion local? De no hacerlo, los fardos vestiran barato a algunos, si, pero desvestiran a otros.

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