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» La Nacion
Fecha: 26/12/2025 10:47
Una desigualdad que duele Como fue conocer a los ninos que viven en las situaciones de emergencia mas extremas Texto y fotos Micaela Urdinez | Enviada especial Un nino duerme en el piso sobre una frazada, un perro desnutrido lame desesperado una cascara de huevo vacia, una mama envuelve a su bebe en una bolsa de supermercado para protegerlo de la lluvia, una nina llora porque le duelen los huesos por tomar agua con arsenico, otro nino pasa sus dias con un panal pegado en la panza porque no puede acceder a bolsas de colostomia. Todas estas imagenes son la presencia viva (aunque la amenaza de la muerte este demasiado cerca) de una existencia llevada a los limites mas inhumanos, de una ninez obligada a pelear todos los dias contra el fantasma del hambre, de la sed, de las enfermedades y las discapacidades evitables, de las sustancias que cuando llegan a adolescentes se meten en el cuerpo para poder soportar tanta desolacion e intentar entender la sinrazon de tamana desigualdad. No son fabulas. Los protagonistas de estas instantaneas tienen nombre y apellido, pero probablemente no ocupen ningun ranking como personas destacadas del ano, aunque deberian. Son ninos reales con un pasado, un presente y un futuro que los agobia. Durante este ano conoci sus historias con el proyecto Hambre de Futuro, en su edicion especial Bajo Amenaza. Cuando arranque a pensar esta cobertura estaba segura de una sola cosa: queria hacer el intento de contar las historias de los ninos que vivian en las situaciones de emergencia mas extremas Cuantos eran? Donde estaban? Que dramas atravesaban todos los dias? Iban a querer hablar conmigo? * * * Tenia muchisimas preguntas y ninguna respuesta. Sabia que existian ninos que sobrevivian en los margenes abandonados por el Estado, pero todavia formaban parte de un universo borroso del que no conocia demasiado. Habia que recurrir a los que si sabian. Y gracias a un estudio realizado por el Barometro de la Deuda Social de la UCA en exclusiva para LA NACION, supe -ahora con evidencia empirica- que 1.387.878 chicos de hasta 17 anos (uno de cada diez) se encontraban en una situacion de riesgo extremo: esto quiere decir que son indigentes y que tienen, por lo menos, tres derechos basicos vulnerados. No es solo que arrastran los estragos de la malnutricion, pasan frio y calor extremo, no aprenden en la escuela (o ni siquiera van a la escuela), no fueron al medico en el ultimo ano porque no hay turnos o por lejania y viven expuestos a numerosos peligros en sus casas. Es todo eso junto. Es todo eso junto, todos los dias. A ellos habia que encontrar. Mucha gente elige el desconocimiento para ser un poquito mas feliz. Si el conjunto de los argentinos supiera que este nivel de necesidad existe en el pais, no se podrian ir a dormir tan tranquilos, decia Nazarena Estrade, directora del Centro de Desarrollo Humano de Pata Pila en Santa Victoria Este, en Salta. Hasta alla fuimos en marzo de este ano, cuando el desborde del rio Pilcomayo obligo a unas 500 familias Wichi, Qom, Tobas, Chulupi y Chorote a abandonar sus casas. Se distribuyeron entre dos centros de evacuados y distintos campamentos que ellos mismos improvisaron al lado del camino con carpas, lonas, palos y silobolsas. Todavia se estan recuperando de haberlo perdido todo. * * * Viaje al interior profundo. El equipo de Hambre de Futuro conformado por Javier Corbalan, Joaquin Rajadel, Lautaro Guillamondegui y Micaela Urdinez se adentra en los lugares mas aislados de la Argentina para llegar a donde viven los ninos mas vulnerables * * * Una de las historias que mas me impacto fue la de Junior. Sabia que su nombre real era Emanuel Juarez, que tenia 16 anos y que vivia en un rancho en El Impenetrable chaqueno. En mayo viajamos junto con la ONG La Chata Solidaria a conocerlo. Despues de horas y horas de caminos de barro en el monte, aparecio un cartel hecho a mano que decia La casa de Junior con una flecha. El lo habia mandado a hacer para que no nos perdieramos. La primera impresion que tuve al verlo fue que era un gigante en una silla de ruedas de juguete. Se la habian dado en la escuela primaria especial a la que asistia cuando era nino: era pequenisima, era rigida y Junior, que apenas entraba en el asiento, se retorcia para no caerse. En cuanto nos vio llegar, nos sonrio grande y fuerte. Lo mas desgarrador de verlo jugar al futbol sentado en el piso y golpeando la pelota con la mano es que su vida llena de limitaciones era evitable. Si a su madre le hubieran hecho la cesarea que necesitaba, si no la hubieran obligado a tener un parto natural de riesgo, si no se hubieran demorado, si no lo hubieran declarado muerto despues de nacer y dejado abandonado en una bandeja durante media hora hasta que un enfermero se dio cuenta de que tenia pulso, si todo eso no hubiera pasado, Junior hoy seria un adolescente como cualquier otro. Pero no. Para muchos, la desigualdad arranca en el parto. Hoy, es un adolescente con una paralisis cerebral que no camina y que habla con mucha dificultad, es un adolescente con discapacidad que vive en la pobreza mas extrema. A Junior le falta que lo vean y que lo ayuden a caminar. Eso requiere de una atencion permanente. El problema es que a Junior hay que encontrarlo y nosotros lo encontramos. Pero aca en un radio de 400 kilometros, sabes cuantos mas debe haber esperando ser vistos?, decia Jeronimo Chemes, fundador de La Chata Solidaria, sobre el universo de ninos que sufren todos los dias y nadie sabe que existen. * * * Es una sumatoria de espantos. Porque cada vez irrumpen mas dificultades contra las que tienen que pelear solos, hasta que aparece alguien o una organizacion dispuesta a dar la batalla, que les reparte insumos, herramientas y saberes para empezar a construir un presente mas digno. En el caso de Mateo Montenegro, lo que mas me atraveso fue que era un nene de 11 anos que le tenia miedo a la oscuridad, pero como en su casita hecha de adobe no tenia luz, estaba obligado a convivir con ella. Por las noches, en su casa en Piruaj Bajo, en el monte santiagueno, la familia de Mateo prendia velas y con una linterna se las arreglaban para banarse, para tomar un mate cocido y para mantener encendido el fuego. Asi fue como una noche se engancho el pantalon con el pico de la pava y se quemo el pie con agua hirviendo: no le cicatrizo bien y, desde entonces, le duele al caminar. Ese es uno de los tantos peligros a los que se enfrenta. Tambien, a que lo piquen bichos cuando va al bano al monte. Tambien, a que se le profundice el problema que tiene en la cadera o su hipoacusia porque para ir a un medico tiene que llegar hasta la ciudad de Santiago del Estero. De nuevo, la marginalidad se transforma en un pulpo que aprieta demasiado y ahoga. * * * Ver, estar, compartir. Los ninos no estan acostumbradas a recibir visitas, y celebran cuando llega un equipo de produccion con camaras, microfonos y drones para grabarlos; hay tiempo para jugar, para reir, para aprender a usar los equipos, para charlar y para recorrer sus lugares preferidos La infancia esta muy amenazada de vida. Los ninos en la zona tienen carencias que en las ciudades no tienen. Hay ninos que tienen que ir a buscar agua para toda la familia o toman agua contaminada con arsenico con las consecuencias para la salud que eso tiene. A veces lo basico no esta asegurado para ellos. El hospital mas cercano queda a 120 kilometros y a fin de ano tenemos que contabilizar la cantidad de ninos que fallecieron por no tener acceso a la salud, senalaba Santiago Garcia Pintos, fundador de la organizacion Cynnal. Nadie habla de esto, pero hay muchos chicos que se quedan en el camino. Que pasa cuando estos ninos atravesados por la indigencia, la desnutricion, las enfermedades, el analfabetismo y la falta de oportunidades llegan a adolescentes? Muchos se resignan y dejan de sonar. Lo sabe Beto, un chico de 18 anos que vive en la comunidad La Cortada, en el norte de Salta, y muchos otros de alrededores: dejaron de ir a la escuela y empezaron a inhalar nafta. Quiero dejar, dijo a camara con los ojos bien abiertos y la cara hinchada. Unos minutos mas tarde, Daiana (una nina de cinco anos) iba caminando y vio un tetrabrik tirado en el piso. Lo agarro, se lo acerco a la cara y aspiro como acto reflejo, como tantas otras veces vio hacer a los chicos mas grandes con el recipiente lleno de nafta. Ojala la Fundacion Gran Chaco llegue a tiempo a construir el espacio de contencion para que los ninos de la zona se conecten con su creatividad y sus ganas de vivir, antes de que Daiana caiga en las garras de las drogas. * * * * * * Una tarde, nos fuimos de la casa de Mateo sabiendo que el y su hermanita Valentina solo habian comido algo de pan por la manana y un poco de arroz con leche a la tarde. En la escuela, no les habian dado el almuerzo. A la noche, solo habian tomado un mate cocido. Por que nosotros ibamos a poder comer algo rico y caliente a la noche y ellos no? Siempre es muy dificil volver al hotel con esa sensacion de injusticia y con la conviccion de que no estamos haciendo lo suficiente. Por que a ellos les toco esa infancia y a mi una en la que nunca me falto nada? Solo nos queda redoblar nuestros esfuerzos para llegar a mas chicos, para que cada vez mas personas los conozcan a ellos y a sus urgencias. Porque el poder de achicar brechas esta en los gobiernos y en las politicas publicas que promueven, pero tambien en las personas de carne y hueso, en el ciudadano de a pie que reacciona ante tanta desigualdad y se involucra. Ya llegamos a muchos chicos, pero todavia hay muchisimos mas que esperan. * * * Creditos - Diseno Andrea Platon
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