24/12/2025 21:18
24/12/2025 21:18
24/12/2025 21:18
24/12/2025 21:18
24/12/2025 21:17
24/12/2025 21:16
24/12/2025 21:16
24/12/2025 21:16
24/12/2025 21:16
24/12/2025 21:16
» Mdzol
Fecha: 24/12/2025 18:24
Cuando la Compania A del Primero de Norfolk llego a las trincheras de Flandes, Belgica, el 24 de diciembre de 1914, algo no cerraba. No se escuchaban disparos ni explosiones de la Primera Guerra Mundial. En cambio, desde el sector aleman comenzaron a oirse villancicos que rompieron el silencio de la noche. A traves de la niebla, los soldados britanicos vieron como el enemigo habia decorado sus trincheras con improvisados arboles de Navidad. Los alemanes habian recibido raciones especiales enviadas por orden del Kaiser: salchichas, pan y licor. Del lado britanico, el regalo incluia cigarrillos, papel, lapiz, una tarjeta navidena y una foto de la Princesa Maria. Pronto, los ingleses tambien empezaron a cantar y la tension dio paso a una escena impensada en medio de la guerra. La tregua de la Navidad de 1914, un verdadero milagro Ya el 25, cuando la niebla se disipo, una voz desde las trincheras alemanas lanzo una invitacion inesperada: Vengan para aca, no les dispararemos. Con desconfianza, algunos soldados salieron y se encontraron con alemanes que hablaban ingles y les deseaban Feliz Navidad mientras estrechaban sus manos. Al comprobar que no habia peligro, la confraternizacion fue total. Intercambiaron chocolates, cigarrillos, bebidas y comida. Los tommys y los fritz (como se los llamaban a los ingleses y alemanes, respectivamente) compartieron incluso periodicos y canciones. Un soldado britanico, A. Wyatt, escribio sorprendido que muchos alemanes eran hombres mayores: Podrian ser nuestros padres. Tambien aprovecharon para enterrar a sus muertos, con un capellan escoces que rezo el Salmo 23 en ingles y aleman. Alto el fuego: el futbol freno la guerra En ese clima aparecio una pelota de futbol. Sin arbitro, sobre un terreno helado y resbaloso, jugaron durante cerca de una hora. No importo el resultado ni los goles: por un rato, la guerra quedo en pausa. Algunos relatos hablan de un triunfo aleman por 3 a 2, aunque nadie lo recuerda con precision. La tregua de Navidad no fue un hecho aislado y se repitio en distintos puntos del frente, como Ypres, Lille o Armentieres. Fue espontanea, no oficial y duramente condenada por los altos mandos, que prohibieron cualquier confraternizacion. Aun asi, aquel episodio quedo grabado en la historia como un simbolo de humanidad en medio del horror. Un soldado aleman resumio ese sentimiento en una carta a su familia: Que maravilloso y que extrano al mismo tiempo. Al fin de cuentas, debajo de los uniformes eramos todos iguales. Una frase que explica por que, mas de un siglo despues, esa Navidad sigue siendo inolvidable.
Ver noticia original