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  • Si no hay galope se nos para el corazon

    » Redaccion Rosario

    Fecha: 24/12/2025 15:33

    Los Fabulosos Cadillacs brindaron un show inolvidable en el estadio de Ferro. Pablito Lezcano, Valeria Bertucceli, hijas e hijos de los musicos se sumaron a los festejos. Lo viejo funciona, Juan. El manual del periodismo grafico indica que no se recomienda escribir en primera persona, caer en la autorreferencia. A la mierda el manual. Una de las primeras bandas que me volo la cabeza fue los Cadillacs. El voy a tomar por vos otro trago para olvidar fue parte importante de mi adolescencia y las mesas de los bares que frecuentabamos en aquellos anos conservan aun las huellas del fervor que nos provocaban esas estrofas. Los shows en Stadium, Punta Brown (le tiraron con algo a Vicentico y se re calento), el Cec y tantos mas; el casete de Bares y Fondas que todavia conservo, los hits que se transformaron rapidamente en himnos tribuneros y la complicidad con mis hermanas y hermanos nos empujaron a sacar las entradas para el recital en Ferro por las cuatro decadas ganadas de la banda de Vicentico, Flavio, Rotman y compania. Y alla fuimos. Los Cadillacs tocando para vos Manuel Santillan el Leon, ese cuento musicalizado, fue el tema elegido para abrir un recital que definitivamente seria inolvidable, y al toque vino Demasiada presion para corroborar que seria una noche de calor en la ciudad. Mi novia se cayo en un pozo ciego y Santa Carmela se sucedieron para que la multitud salte, y despues hubo tiempo para que El genio del dub saliera de la botella y corroborara que la banda esta mas aceitada que nunca. Ya en plan maestro de ceremonia, Gabriel Julio Fernandez Capello (tal el nombre completo que figura en el DNI de Vicentico) dividio a las masas al medio e hizo cantar, alternativamente, y a grito pelado, calaveras a unos y diablitos a otros, en una suerte de competencia coral que dio inicio al tema que ofrece una de las frases mas inspiradoras del rock nacional: La vida es para gozarla, la vida es para vivirla mejor. En las pantallas, de alta calidad y generalmente en tonos blancos y negros, mostraban en primerisimos planos a los musicos, a quienes se los vio muy relajados y de buen humor. El crudo Condenaditos se engancho con una version goyenecheada de La ultima curda, con una bella interpretacion del vocalista, y un final de Flavio a corazon abierto con algunas estrofas del Himno Nacional Argentino y Manana en el abasto, de Sumo, mientras la pelada del bajista chorreaba de transpiracion y pasion. Despues se sucedieron las lentas y conmovedoras La vida (Somos actores de ese gran escenario que se llama vida. Pasiones, amores, traiciones, suenos, mentiras) y Estrella de mar (Soltar las amarras y dejarse llevar). Antes de la combativa Gallo rojo, el cantante reprocho murmurando que hoy la gente va dormida y que es tiempo de despertarla, y acto seguido llego uno de los mejores momentos de la velada cuando Vicentico presento a su majestad Pablo Lezcano. El lider de Damas Gratis, tipo querido y respetado en el ambiente de la musica si los hay, munido de su teclado ametralladora, le imprimio su marca registrada a Padre nuestro, hizo levantar las manos a todos los guachos y las guachas, y se dio el gusto de tocar un par de temas propios (lo que le hizo recordar a este cronista al convite de Divididos hacia La Renga en otro recital historico como lo fue el de la aplanadora del rock en el estadio Diego Armando Maradona de Argentinos Juniors). Pablito, antes de bajarse del escenario, se tomo el tiempo para saludar uno por uno a todos los musicos y hasta tiro magia en la percusion. V Centenario (no hay nada que festejar porque sino estariamos celebrando la matanza del indigena), CJ (sera una ironia por las pronunciadas cejas de su companera de vida?) y Cartas, flores y un punal fueron un balsamo antes de invitar a subir a las hijas y los hijos mas pequenos de los musicos para esa declaracion de amor a la paternidad que es Vos sabes. Lo que vino despues fue una version demoledora de Saco azul, cuya autoria comparten Vicentico y Valeria Bertucceli, quien subio ataviada con un pantaloncito de San Lorenzo de Almagro y dejo el alma hecha girones recitando aquello de Me pides que no te llore mas, que no te llame mas, que te deje ir, que si te llamo venis. El clasico de los clasicos Siguiendo la luna abrio una maraton de hits (cuantos hits tiene esta banda, por favor?!) altamente pogueables como Te tirare del altar, Mal bicho, El satanico dr. Cadillac, Matador y Carnaval toda la vida. Despues del primer y siempre presente amagamos que nos vamos pero volvemos, llegaron los nostalgicos Silencio Hospital, Vos sin sentimiento y Belcha (todos del primer disco Bares y fondas) y el infaltable Vasos vacios. Otra vez el que nos vamos pero no nos vamos y la gente coreando el Oh, oh, oh, oh para que llegue el esperado Yo no me sentaria en tu mesa. Y despues de despedirse por enesima vez, parecieron debatir con cual tema le daban el gusto al milenario pedido de una mas y no jodemos mas, y se despacharon con esa belleza hecha cancion que es Nro 2 en tu lista que este humilde cronista le habia confesado en la previa a sus hermanas y hermanos: Lo unico que pido es que toquen esa. Ahora si, el final y los abrazos porque despues de haber compartido semejante show de los Cadillacs ahora somos mas hermanos y mas felices que antes. Publicado en el semanario El Eslabon del 20/12/25

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