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  • Las Navidades del Cura Gaucho: Anecdotas de fe y gaucheria en las sierras cordobesas

    » El Zonda

    Fecha: 24/12/2025 15:07

    En las alturas serranas de Cordoba, donde el viento silba entre los nopales y las sierras calvas, el Santo Cura Brochero o Cura Gaucho, como lo llaman sus paisanos dejo un legado de Navidades inolvidables. Mas que misas solemnes, sus fiestas eran encuentros de almas rusticas, donde el Nino Dios nacia entre fogones y relatos de milagros cotidianos. Hoy, en visperas de Navidad, revivimos esas anecdotas que humanizan al santo canonizado en 2016. En San Juan el santo tiene muchos fieles que se identifican con su obra de evangelizacion y marcan como el Cura Gaucho esta presente en todos los corazones del pueblo. La misa del amanecer en Ambul Imaginemos el 24 de diciembre de 1870: Brochero, a lomo de mula, cabalga desde Villa de Ambul bajo un cielo estrellado. Al alba, la capilla se llena de gauchos curtidos, familias enteras y changuitos descalzos. No habia luces electricas ni villancicos grabados; solo su voz ronca entonando el "Gloria in excelsis Deo", mientras repartia mate y tortas fritas. Una anecdota contada por testigos relata como un peon arrepentido, ebrio de aguardiente, confeso pecados ante el altar improvisado, y Brochero lo abrazo diciendo: "Hijo, el Nino te espera con los brazos abiertos, como a mi en Belen". Esta tradicion, nacida en su parroquia de Ambul, perdura como "tesoro de fe popular". Gauchos llegaban de chacras lejanas, y el cura organizaba procesiones con antorchas hasta el pesebre tallado en madera nativa. "Era Navidad gaucha: sin pompas, pero con el corazon en llamas", evocan relatos orales preservados en podcasts locales. El pesebre viviente y los "Ninos de los Milagros" Otra joya: los pesebres vivientes que Brochero impulsaba. En una Navidad de fines del XIX, ante la falta de figuras, recluto a los ninos del pueblo para representar a Maria, Jose y los pastores. Un changuito huerfano, al que el cura habia salvado de la viruela con rezos y unguentos, encarno al Nino Jesus. "Miren, este pibe es el milagro vivo", proclamo Brochero, mientras la multitud aplaudia. Historias como esta, de "ninos de los milagros", se multiplican en cronicas: curaciones inexplicables que el atribuia al Divino Infante, siempre en noches de Nochebuena. En tiempos de Brochero, la Navidad era tambien caridad practica. Repartia ropas tejidas por sus hermanas y pan bendecido, recordando: "Dios no vino a palacios, sino a cuevas pobres como las nuestras". Gauchos contaban como, tras la misa, el cura armaba fogatas para asados comunitarios, donde se sellaban paces y se prometian vidas nuevas. Legado actual en Villa Cura Brochero Hoy, en el santuario de Villa Cura Brochero, estos relatos inspiran pesebres vivientes anuales que atraen miles. El 2019, en la Capilla San Hector, actores locales recrearon su mula y su sotana raida, evocando esas Navidades serranas. El Padre Pepe Fuentes, en San Juan, en charlas recientes, resume: "Brochero nos ensena que la Navidad es salir al camino, como los magos, a buscar al Nino en el hermano olvidado". En esta Navidad 2025, mientras San Juan y Cordoba palpitan con sus propias tradiciones, el Cura Gaucho nos invita a una fiesta sencilla: fe en las sierras, familia alrededor del fogon y esperanza eterna. Su mensaje de diciembre, grabado en la memoria popular, resuena: "Queridos paisanos, peregrinos: Feliz Navidad en el pesebre de vuestros corazones!".

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