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» Diario Pampa
Fecha: 24/12/2025 13:55
Escuchá esta nota EL DIARIO digital Cada 24 de diciembre, millones de personas celebran Nochebuena y, al día siguiente, Navidad. Para el cristianismo, se trata de la víspera y la conmemoración del nacimiento de Jesús. Para muchas familias, además, son fechas de reunión, comidas compartidas, regalos y rituales que combinan lo religioso con lo cultural. La Navidad se fijó históricamente el 25 de diciembre, aunque los evangelios no consignan una fecha exacta del nacimiento de Jesús. Con el tiempo, la Iglesia adoptó esa jornada como celebración de la Natividad y la festividad se consolidó en el calendario occidental, en parte en diálogo con tradiciones previas del hemisferio norte vinculadas al cierre del año y al solsticio de invierno. La Nochebuena, en tanto, se instaló como el momento de la víspera. En la tradición cristiana occidental, el inicio de la celebración se vincula al atardecer y a la noche anterior, lo que explica la centralidad del 24 en países donde la cena familiar y los encuentros se vuelven el corazón de la jornada. En muchos lugares también se realizan celebraciones religiosas nocturnas. Aunque el origen es religioso, la Navidad se expandió y se transformó en una celebración cultural en buena parte del planeta. En numerosos países se combina con tradiciones locales: comidas típicas, decoraciones, árboles navideños, villancicos, intercambios de regalos y actividades comunitarias. En otros casos, la fecha no tiene la misma relevancia o se vive de manera más acotada. No en todo el mundo se celebra del mismo modo ni en el mismo día. Algunas iglesias cristianas que siguen calendarios litúrgicos diferentes conmemoran la Navidad en otra fecha —por ejemplo, el 7 de enero—, mientras que en regiones con otras religiones mayoritarias el 25 de diciembre puede ser un día laborable o una festividad principalmente comercial y turística. En ese cruce entre lo religioso y lo cultural aparece uno de los símbolos más conocidos de la temporada: Papá Noel (o Santa Claus). La figura moderna tiene raíces en San Nicolás, un obispo del siglo IV asociado en relatos y tradiciones populares con la generosidad y los regalos, especialmente hacia niñas y niños. Con el paso de los siglos, esa figura se mezcló con costumbres europeas —como celebraciones del norte del continente— y fue cambiando de nombre y atributos según cada región. La versión más difundida hoy, con traje rojo, barba blanca y reparto de regalos, se consolidó especialmente entre los siglos XIX y XX, impulsada por la literatura, la ilustración y luego la publicidad. Desde entonces, Papá Noel quedó incorporado al imaginario navideño global, aun en lugares donde la celebración tiene poca práctica religiosa. Así, Nochebuena y Navidad combinan historia, fe, tradiciones familiares y símbolos populares. Y, aunque cambien los formatos según el país, el 24 y el 25 de diciembre siguen siendo, para buena parte del mundo, dos fechas que ordenan el cierre del año con encuentros y celebraciones.
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