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» DiarioWeb
Fecha: 24/12/2025 09:22
Después de más de cuatro décadas de servicio pastoral y comunitario en el departamento Copo, las Hermanas Dominicas de la Anunciata dejaron definitivamente su puesto en la localidad de Nueva Esperanza, marcando el cierre de una etapa profundamente significativa para la comunidad. “No es que apaguen la luz y se vayan; la dejan encendida en los corazones de innumerables personas y familias que han acompañado y servido”, expresaron durante la emotiva despedida, reflejando el legado humano y espiritual que permanece en el lugar. La despedida se concretó el 22 de diciembre, en la cuasi parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, donde el obispo José Luis Corral presidió la celebración del Nacimiento del Señor Jesús, en una jornada cargada de emoción y gratitud. En ese marco, se vivieron momentos muy intensos para las hermanas conocidas cariñosamente como “Gringa” y “Asu”, quienes estuvieron acompañadas por la hermana provincial y la secretaria de la congregación. Tras la Santa Misa, la comunidad organizó un pesebre viviente protagonizado por niños del lugar. La celebración continuó con bailes, danzas, presentaciones artísticas y palabras de agradecimiento y reconocimiento, para finalizar con una mesa compartida y un brindis, símbolo de comunión y afecto. Durante más de 40 años, las hermanas compartieron su vida consagrada al servicio de una comunidad postergada del monte del noroeste santiagueño. Fueron testigos del amor de Jesucristo hacia los más humildes, acompañando tristezas y alegrías, luchas y esperanzas, especialmente en épocas donde las condiciones de vida eran extremadamente difíciles debido a múltiples carencias. La decisión de cerrar formalmente esta etapa se tomó por razones de edad y salud, lo que impedía a las religiosas continuar con su labor pastoral. El Consejo Provincial estableció esta fecha como cierre definitivo de su presencia en Copo. A partir de ahora, las hermanas se integrarán a la comunidad de Añatuya. Desde la Iglesia se expresó el deseo de que los laicos, junto al acompañamiento de sacerdotes externos y la presencia de grupos misioneros, continúen fortaleciendo la vida de fe y el compromiso cristiano tanto en Nueva Esperanza como en los parajes vecinos que dependen de esta estación misionera.
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