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» El Litoral
Fecha: 24/12/2025 07:32
El Papa León XIV y el gobierno de Trump, ¿enfrentados por la crisis migratoria? La controversia no solo divide a los líderes, sino que fractura la base de una Iglesia donde uno de cada cinco estadounidenses se reconoce católico. Para sectores conservadores, es el Sumo Pontífice quien se está extralimitando. La relación entre el primer Papa estadounidense de la historia y la Casa Blanca atraviesa su momento más crítico. A medida que la administración de Donald Trump endurece sus políticas de deportación, el papaLeón XIV ha decidido abandonar el protocolo de la "luna de miel" para marcar una línea ética y doctrinal que lo enfrenta directamente con el poder político de su país de origen. Un choque de visiones: ¿fe o política? La controversia no solo divide a los líderes, sino que fractura la base de una Iglesia donde uno de cada cinco estadounidenses se reconoce católico. Para sectores conservadores, como el podcaster Jesse Romero, el Sumo Pontífice se está extralimitando. "El Papa debe guiarnos al cielo, no tiene autoridad sobre el gobierno", afirma Romero, reflejando el sentir de muchos votantes republicanos que exigen que la Iglesia se limite a temas como el aborto y se mantenga al margen de la seguridad nacional. JD Vance, vicepresidente -católico- de Estados Unidos. Sin embargo, el Papa ha sido tajante. Evocando el Evangelio de Mateo, León XIV recordó que el juicio final versará sobre el trato al extranjero: "Jesús dice claramente: '¿Cómo recibiste al forastero?'". Esta postura fue respaldada por un hecho institucional histórico: la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. (USCCB) emitió un "Mensaje Especial" —el primero en 12 años— denunciando el clima de miedo y oponiéndose a las deportaciones masivas e indiscriminadas. El gabinete católico frente al Vaticano La situación presenta una paradoja política sin precedentes. El gobierno de Trump cuenta con figuras clave de fe católica en puestos estratégicos: J.D. Vance (Vicepresidente): Un converso que afirma que su fe guía su política, aunque justifica las deportaciones actuales. Marco Rubio (Secretario de Estado): De raíces cubanas y formación católica. Marco Rubio, Secretario de Estado de EEUU, también es católico. Tom Homan (Zar fronterizo): También católico, quien ha llegado a decir públicamente que la Iglesia "está equivocada" y debería ocuparse de sus propios asuntos internos. Desde la Casa Blanca, la secretaria de prensa Karoline Leavitt rechazó las críticas del Papa —nacido en Chicago—, calificándolas de inconsistentes con la visión "provida" que el gobierno dice defender al proteger las fronteras. El conflicto en las calles: el caso Chicago El epicentro de esta disputa se vive en Chicago. Allí, grupos religiosos como la Coalición para el Liderazgo Espiritual y Público (CSPL) han denunciado ante la justicia federal que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) les impide brindar asistencia espiritual y la Eucaristía a los detenidos. "Me enorgullece mi Iglesia cuando el Papa y los obispos defienden la dignidad humana inherente de los inmigrantes", sostiene Jeanne Rattenbury, feligresa de Chicago. Incluso en Massachusetts, la Parroquia de Santa Susana generó polémica al intervenir su pesebre navideño con un cartel que decía "ICE estuvo aquí", sugiriendo que Jesús hoy sería un refugiado perseguido. La jerarquía local ordenó retirarlo, pero la comunidad se resiste, evidenciando que la grieta llegó hasta los altares. "Incompatible con el Evangelio" Para el Obispo Joseph Tyson (Yakima, Washington), la diferencia es de raíz humanitaria. Tyson, quien apoya a una diócesis predominantemente hispana, advierte que las deportaciones no son "quirúrgicas" contra criminales, sino que están destruyendo familias trabajadoras. Incluso el propio clero está bajo amenaza: muchos sacerdotes y seminaristas dependen de visas temporales que hoy son precarias. "Cualquiera puede perder su documentación hoy. Nuestros hombres llevan sus papeles encima en todo momento", relata Tyson, calificando la política oficial como "incompatible con el Evangelio de la Vida". Una Iglesia dividida por la demografía El analista David Gibson, de la Universidad de Fordham, señala que el gobierno de Trump apuesta a que los católicos blancos (un tercio de los cuales vota demócrata, pero cuya mayoría apoya al Partido Republicano) prioricen la identidad partidaria sobre las directrices de Roma. Mientras tanto, el Papa León XIV parece decidido a recordar que la Iglesia estadounidense se construyó sobre los hombros de inmigrantes, planteando un desafío moral que la Casa Blanca no parece dispuesta a aceptar.
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