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» Diario Pampa
Fecha: 24/12/2025 01:52
Escuchá esta nota EL DIARIO digital "Mi familia, mi novia, mis amigos… y Fabito". Javier Yoffe tiene 51 años y, ahora que pasaron los días y aún sigue recibiendo mensajes en el teléfono y en las redes sociales, empieza a dimensionar el valor de lo logrado. En San Juan, durante la octava ronda del Campeonato Argentino de MX, Yoffe coronó un título de película tras imponerse en el mano a mano con Estanislao Salanueva, con quien llegó a la definición de la categoría MX3 C separado por apenas un punto. Cuando creía que estaba todo perdido, después de una caída que lo dejó muy atrás —a casi 30 segundos—, sintió que el día se hacía noche en un instante supersónico. "Creo que aceleramos con las dos manos con Fabito. Desde algún lugar, él estaba; algo había", le cuenta a El Araucanito. Llegó segundo en la segunda manga, luego de haber ganado la primera, y le alcanzó para quedarse con el campeonato por cuatro puntos: 288 contra 284. Fabito es Fabián Turrión, una de las personas más queridas del ambiente en los últimos años y una pieza fundamental —junto a otros referentes de la generación del 80— para que el MX pampeano tenga un peso específico mucho mayor que otras regiones. Su muerte fue una bomba atómica y llevó a muchos a replantearse si el riesgo de tomar peraltes o saltos dobles valía la pena. Las fuertes caídas de Mati Lobos y Juli Seibel terminaron de conformar ese combo de alertas. Yoffe lo tiene muy presente. Ahora, cuando ya se cumplen 32 años desde que aceleró por primera vez, sigue viajando a fondo, pero con muchos más recaudos. El campeonato Volvió a la acción oficial en 2025, después de que la adrenalina volviera a despertarle sensaciones que creía archivadas. La pandemia había quedado atrás y, en esa línea de tiempo, hasta aquí, aparecía el recuerdo de su último Campeonato Argentino. "Estuve parado. Me había cansado, estaba desmotivado, no la pasaba bien y no tenía ganas. Empecé a viajar en moto y le encontré un poco el gusto, pero nunca pensé que iba a volver", confiesa. Hasta que, en Eduardo Castex, durante una fecha del Pampeano, regresó a las pistas y el mundo del MX volvió a encapsularlo. Su regreso en Victorica, en la apertura del Argentino, le permitió convencerse de que era posible hacer algo interesante en el año y cortar la racha impresionante de Estanislao Salanueva, que venía de dos títulos consecutivos y 31 victorias en 32 mangas. Fue un mano a mano intenso, como si hubiera que batirse a duelo en cada carrera. Así, hasta la ronda final en San Juan, después de pasar por Trenque Lauquen, Neuquén, Catamarca y Misiones, recorriendo el país con el objetivo entre ceja y ceja. —Ahora que mirás atrás y ves lo que pasó en San Juan y ese final, ¿cómo lo analizás? —Una locura. En la primera manga anduve bien: largué 14 y llegué primero. En la segunda largué en el medio del pelotón, uno de los chicos se cayó, no lo vi, y pensé que tenía todo perdido. Todo el esfuerzo de un año… se me cruzaron mil cosas por la cabeza. —Llegaste a decir que algo pasó, que no sabés qué, que aceleraste con lo que había. —Como dije y lo comenté, acelerábamos con las dos manos con Fabito. La noche anterior traté de concentrarme en no meterme presión y en disfrutar, porque había llegado hasta ahí. Estaba definiendo un campeonato argentino y, más allá de que sea una categoría Máster, cada uno se lo toma para hacerlo de la mejor manera. Me cuidé con la comida, tuve en cuenta para la fecha final muchos aspectos que antes no consideraba, como la preparación física. Cuando te ponés grande, te das cuenta de los errores cometidos y tratás de corregirlos. —¿Se te oscureció todo? —Cuando choqué había quedado a 26 segundos de Salanueva. ¡Se me vino la noche! No sé de dónde saqué fuerza para ir a buscarlo, porque fuimos parejos durante todo el año. Llegamos muy justos a la definición y remontar 26 segundos contra él no fue sencillo. No sé de dónde salió esa fuerza, pero pasó. La pista también me ayudó, porque la pude leer bien. —Si te quedabas ahí, se perdía todo igual. —Estaba prácticamente todo perdido. En esas condiciones perdía el campeonato. No tenía alternativa: no había plan B. Corrí más riesgos de los que me hubiera gustado, estuve al borde del golpe, pero el título llegó. —Hubo mucha gente que se puso feliz por tu campeonato. Sos un tipo reconocido en el ambiente, llevás más de treinta años en esto y sos parte de la historia del MX pampeano. ¿Sentiste ese afecto? —Estoy muy feliz de haber ganado el campeonato de la forma en que lo gané, pero recontra feliz de sentirme querido en el ambiente. Gente que hacía años no se contactaba se tomó la molestia de escribirme o llamarme. Eso me hizo muy bien. —¿Qué valor le das a este logro en tu carrera deportiva? —Es uno de los más importantes, pero no solo por haber salido campeón. Estar a 26 segundos, pasar a Estani en la última media vuelta, llegar segundo y alcanzar el título fue increíble. Veinte minutos antes tenía el campeonato perdido; veinte minutos después, era campeón. Ganar el Argentino así fue como una película. —¿Es un envión para revalidarlo el año que viene? —Las ganas siempre están. Lo voy a hacer, seguro, pero llegué bastante cansado a fin de año y hoy estoy pensando en descansar. Quiero corregir cosas de la preparación para la primera parte del año. Siempre, aunque pasen los años, intento hacer las cosas un poco mejor.
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