Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • La trampa del fin de año: exigencias, balances y salud mental bajo la mirada de Facundo Ermácora

    » Data Chaco

    Fecha: 23/12/2025 14:05

    El último tramo del año no solo acumula balances y brindis: también concentra exigencias, mandatos y una idea extendida de que el 31 de diciembre debería cerrar lo que la vida no logró ordenar. Para el psicólogo Facundo Ermácora, ese es uno de los principales errores que se repiten cada año y que explican por qué, estadísticamente, los meses finales son especialmente complejos en términos emocionales. "Por estadística, de septiembre a diciembre es complejo, porque va finalizando el año y mucha gente cree que tiene que terminar con todo lo que se propuso y no alcanzó, esperando al comienzo del año nuevo porque así los problemas se terminan, y esto no es así", explicó en una entrevista en El Garage de Data. La idea de soluciones inmediatas también atraviesa la consulta terapéutica. "En esta época también hay mucha gente que va a terapia y quiere la respuesta ya, de ‘qué hago’, con problemáticas que vienen desde hace tres, cinco años, los procesos no siempre tienen los tiempos cronológicos que uno está esperando", advirtió. Una sociedad acelerada, personas desbordadas Ermácora, psicólogo especializado en niños y adolescentes, remarcó que la lógica de la inmediatez atraviesa todos los ámbitos. Incluso aquellos que, en teoría, deberían comprender mejor los tiempos de los procesos humanos. "Soy psicólogo de niños y adolescentes y algo que me pasa mucho con las escuelas. Son nuestros grandes aliados al principio porque demandan que hay una dificultad en el niño, pero los resultados los quieren de inmediato. Y los tiempos de las personas no son los tiempos de la sociedad en ese sentido. Vivimos en una sociedad sumamente acelerada y va generando una carga mental que genera situaciones de crisis, especialmente a fin de año". Adolescencia: cambios, pérdidas y límites En el caso de los adolescentes, el especialista puso el foco en el deseo como condición básica para que la terapia funcione. "En el caso de los adolescentes, la mayoría va a terapia por demanda del padre o la madre. Yo les digo que trabajo con deseo, y si no hay deseo no va a tener efecto la terapia, no tiene que estar obligado ahí". La adolescencia, explicó, implica atravesar transformaciones profundas. "La adolescencia, como etapa de la vida, equivale a tres pérdidas, cambios y asunciones. La pérdida por el cuerpo que va cambiando y hay que asumir un cuerpo nuevo; la pérdida por la identidad, ya dejás de tener intereses de niño y comenzás a tener intereses distintos; y la pérdida de la relación con los padres". En ese contexto, la rebeldía no debería alarmar por sí sola. "El adolescente es rebelde y está bien que lo sea, lo que no puede pasar es que sea violento". Un contexto nacional alarmante Las advertencias del profesional se inscriben en un escenario preocupante. La Argentina atraviesa una de las crisis más profundas en materia de salud mental desde que existen registros oficiales. En 2024, el país alcanzó el nivel más alto de muertes por suicidio de su historia reciente : 4.249 personas fallecieron por causas autoprovocadas, según datos del Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) del Ministerio de Seguridad. Por primera vez, la tasa nacional superó el promedio global informado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Es una problemática alarmante y aunque no parezca, es muy propia de la adolescencia y está empezando a ser muy propia de la niñez. Hay muchos chicos de 9 años en adelante que comienzan con estos intentos de salida ante situaciones de crisis. Como sociedad tenemos que ocuparnos", sostuvo Ermácora. Señales, acompañamiento y red de apoyo El psicólogo detalló algunos indicadores que no deberían pasar desapercibidos: "Señales: un estado de ánimo bajo como falta de interés por el entorno, de proyección a futuro, falta de interés en uno mismo. Muchas veces la depresión es silenciosa y siguen haciendo las actividades cotidianas, pero no hay disfrute de esas actividades que están haciendo". Ante estos cuadros, subrayó la importancia de no minimizar el problema ni enfrentar la situación en soledad. "Por eso es necesario recurrir a un profesional que nos pueda ayudar y también activar nuestra red de apoyo: que la persona no esté sola y que acompañe escuchando, no preguntando más de lo que la persona quiere hablar". Y agregó: "En estos casos la consulta con un médico psiquiatra no está fuera de lugar, es un profesional más que va a ayudar y va a ser una fuente de contención". Cerrar el año sin castigarse Cuando el balance personal pesa más que los logros, Ermácora propuso cambiar el enfoque. "Le diría que trate de ver lo positivo dentro de tantas cosas negativas. Quizás no se alcanzó algún objetivo, o se alcanzó parcialmente. Por ahí no es bueno nombrar objetivos, porque no manejamos el contexto, y sea mejor nombrar palabras para que el comienzo del año sea más fácil de tramitarlo". También dejó una recomendación concreta para las reuniones familiares: "Mesa navideña: hay que aprender a ponerse límites a uno mismo y al otro, y poder frenar esas preguntas, desdramatizarlas, quitarles entidad, y desviar la conversación hacia puntos más agradables porque la idea es pasarla bien". Facundo integra Ikigai, Instituto de Clínicas, ubicado en avenida Paraguay 636 de la ciudad de Resistencia, un espacio interdisciplinario que combina medicina, psicología, nutrición, estimulación temprana y fonoaudiología. En tiempos donde el calendario apura y la salud mental pide pausa, su mensaje es claro: los procesos no responden al reloj, y escucharlos también es una forma de cuidado.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por