23/12/2025 14:38
23/12/2025 14:37
23/12/2025 14:37
23/12/2025 14:36
23/12/2025 14:36
23/12/2025 14:36
23/12/2025 14:36
23/12/2025 14:36
23/12/2025 14:36
23/12/2025 14:36
» Rafaela Noticias
Fecha: 23/12/2025 12:59
El caso de Juan Andrés Zurvera, quien se hacía pasar por abogado en la ciudad de Sunchales, terminó revelándose como digno de sillón de psicoanalista: el imputado contó entre lágrimas una historia de frustraciones personales y familiares que desembocó en una gran mentira que terminaron creyendo hasta su propia madre, todos sus amigos, y por supuesto quienes resultaron sus víctimas. El fiscal Guillermo Loyola imputó a Zurvera, en dos audiencia imputativas, un total de 10 hechos, aunque anticipó que hay más: dos víctimas se presentaron el lunes a denunciar y otras están analizando qué hacer. Pero la historia va más allá de los hechos puntuales: incluye una enorme defraudación emocional y también dinero, unos 54 millones de pesos que ingresaron a las cuentas del imputado entre enero y noviembre de este año, de los cuales al menos 18 millones corresponden a transferencias realizadas por sus clientes/víctimas. Según la investigación, Zurvera logró convencer a un profesional que tiene un estudio jurídico principalmente orientado a conflictos laborales, acerca de incorporarse a su servicio, abriendo el bufete a otro tipo de causas, principalmente vinculadas al Derecho de Familia. Zurvera le dijo al profesional que se había recibido en octubre del año pasado en la Universidad Nacional del Litoral. En realidad, Zurvera ingresó en 2014 a la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UNL, pero sólo rindió 13 materias, menos de la mitad de las necesarias para graduarse. El gran engaño El propio Zurvera narró, con la voz quebrada, distintas circunstancias personales que lo llevaron a no poder continuar normalmente sus estudios. En ese contexto, también por situaciones de su vida familiar, se sintió en la necesidad de montar la farsa de que se había recibido. El montaje de la mentira fue total: ni sus amigos más íntimos sabían que no habia finalizado los estudios. Hijo de trabajadores, para sus padres era un motivo de orgullo el contar con un hijo abogado. A la Justicia, sin embargo, las cuestiones psicológicas o sentimentales no explican ni justifican la comisión de delitos. Loyola le endilgó la autoría de estafas reiteradas en concurso real; falsificación de documentos públicos y usurpación de títulos. Una de las víctimas definió lo sufrido como "una estafa emocional más que económica. Este muchacho se creyó su propia mentira. No se imaginan el daño que nos ha causado enterarnos de este engaño: sí, la plata la necesitamos, pero lo peor es la estafa emocional. Y le pido a Juan que recapacite sobre lo que hiciste: ojalá puedas en algún momento hacerlo", dijo la mujer. El sello escondido y el dinero en juego El fiscal Loyola describió un "modus operandi" de Zurvera, al que las víctimas llegaban porque iban al estudio jurídico en donde trabajaba en busca de asesoramiento. La mayoría de los casos en que intervenía el falso abogado eran tramitaciones de divorcio; régimen de tenencia de menores; asignación y reclamos por cuotas alimentarias; sucesiones; herencias; desalojos, etc. El fiscal agregó otros datos para justificar el pedido de prisión preventiva. Contó que el día del allanamiento en su casa, Zurvera estuvo media hora sin atender a la policía. Cuando finalmente abrió la puerta, los investigadores encontraron oculto en un ladrillo cerámico hueco el sello de abogado,con número de matrícula falsa, con que firmaba las notas que presentaba. El representante del MPA también agregó que Zurvera presentaba a los clientes resoluciones, dictámenes y medidas que supuestamente acreditaban los trámites que estaba realizando, todo utilizando firmas digitales apócrifas de jueces de primera instancia y camaristas. Entre lágrimas, además de pedir disculpas a sus familiares, amigos y "clientes", el imputado también hizo extensivo el pedido de perdón al sistema judicial en su conjunto, expresando que su sueño sigue siendo ser abogado. El penalista Sergio Fregona, defensor de Zurvera, intentó desvincular al imputado de la acusación de haber cometido estafas, aunque sus esfuerzos no dieron resultado ante la contundencia de las evidencias presentadas por la Fiscalía. Argumentos del juez Bottero evaluó que la materialidad de los hechos no quedó en discusión, pero cuestionó la línea argumental de la defensa, en el sentido de que el imputado habría intentado ayudar a terceros con sus actos. "Ya escuchamos a las víctimas decir que hasta tuvieron que endeudarse para hacer los pagos". Además, el magistrado recordó que "desplegó un ardid al hacerse pasar como abogado, hasta con ello; presentó escritos atribuyéndolos a secretarios o magistrados; ese ardid generó errores de las víctimas y le permitió lograr disposiciones patrimoniales. Incluso un estudiante de Derecho con 13 materias puede darse cuenta que estos casos fueron estafas".
Ver noticia original