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  • Después de importar 1.400 millones de billetes desde China, el Gobierno quiere privatizar la Casa de la Moneda

    » Clarin

    Fecha: 23/12/2025 08:24

    Javier Milei no cumplió su promesa de dolarizar la economía ni la de cerrar el Banco Central, pero pudo contentarse con frenar la "maquinita" de imprimir, al menos la propia. Desde su asunción en diciembre de 2023, la Casa de la Moneda dejó de abastecer de billetes al mercado para importarlos de países como China, y ahora busca concretar su privatización. El organismo bajo la órbita del Ministerio de Economía fue intervenido en noviembre del año pasado. El interventor mendocino Pedro Cavagnaro redujo la plantilla de 1.300 a unos 600 empleados a través de retiros voluntarios y telegramas de despido con indemnizaciones al 50%, y paralizó la impresión de billetes, pese a contar con dos máquinas nuevas alemanas listas para ser estrenadas. El próximo paso se definirá la semana próxima, cuando vence la última prórroga de la intervención definida el 28 de agosto pasado por 120 días. "Es probable que cuando termine la intervención se designe un directorio y se siga avanzando hacia su privatización, pero todavía no hay un cronograma definido", confirmaron fuentes del gobierno. La encargada de avanzar en ese proceso es la Agencia de Transformación del Estado, el organismo responsable de las privatizaciones, cuyo titular es Diego Chaher, un hombre del asesor presidencial Santiago Caputo. El Gobierno podría hacerse así de dólares después de entregar la metalúrgica IMPSA y cuatro hidroeléctricas patagónicas por un total de US$ 1.200 millones. En medio de sus viajes a Mendoza, Cavagnaro se reunió en las últimas semanas con varios interesados sobre el futuro del organismo, como las autoridades de ARCA, Aduana y representantes de ATE. A los últimos, les dijo que suspendía los despidos por la Navidad. También recibió a potenciales proveedores, como la firma inglesa De la Rue, y a varios de los acreedores. El Gobierno debe más de US$ 300 millones por tintas, billetes y otros insumos importados durante la gestión de Alberto Fernández y la de Milei. Según pudo saber Clarín, la orden que bajó el ministro de Economía, Luis Caputo, es que después de casi tres años pagará el capital adeudado en hasta 12 cuotas, dependiendo el tamaño del proveedor, sin cubrir los intereses ni la mora. El club de acreedores lo integra la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España -popularizada por la serie de La casa de papel-, su par de Brasil, la fabricante mundial de impresoras de billetes suizo alemana KBA, la productora de tintas alemana GSI, la estadounidense Crane, la francesa Oberthur, la imprenta estatal china China Banknote Printing and Minting Corporation, y la argentina Permaquim. Según fuentes al tanto del asunto, el estiramiento de pagos generó inquietud en embajadas europeas. Y llamó la atención que la fabricante suiza de tintas SICPA fuera la única que cobró el año pasado unos US$ 80 millones en bonos del Tesoro. Cavagnaro los recibió dos veces en los últimos 30 días. La idea es traspasar a ARCA la máquina que imprime estampillas de los paquetes de cigarrillos. Hay otras tensiones menos visibles. Según datos del Banco Central, el Gobierno importó en los últimos dos años al menos 1.420 millones de billetes con un costo total de US$ 72 millones. China le vendió billetes de $ 10.000 y $ 20.000 por un valor de entre US$ 48 y US$ 58 el millar de unidades, aplastando a los otros competidores. La filial de Crane en Malta solo pudo imprimir 190 millones de billetes, el 15% restante. "Las licitaciones son por precio", señalaron fuentes del equipo económico. El avance chino genera desconcierto en la industria, donde aseguran que es difícil encontrar que un país le haya cedido la fabricación de un bien considerado estratégico, como los billetes a China. Ni siquiera Venezuela y Cuba. Solo Nepal, Hong Kong y Macau lo hacen. Y los países sin casas de moneda, como Uruguay, Paraguay, Bolivia y República Dominicana, no le dejan competir. En el sistema financiero local observan que Beijing se convirtió en el proveedor monopólico con precios de "dumping" (por debajo del costo). Otro de los frentes que habría generado malestar en Estados Unidos. "Los chinos toman decisiones estratégicas y de geopolítica, no les interesa ganar plata, pueden vender a perdida con tal de entrar en un mercado nuevo y más si se trata de billetes", dijo una fuente. Según fuentes cercanas a la Casa de la Moneda, los billetes de Malta de $ 10.000 y los chinos de $ 20.000 presentaron una complicación: su deterioro. En el mercado aseguran que son de menor calidad que los europeos. Pero en tres bancos afirmaron que no detectaron ninguna desmejora. El plan oficial es que el stock de China alcance hasta junio del 2026, aunque desde ATE advierten que el nuevo esquema de bandas cambiarias que se estrenará en enero implicará una mayor demanda de pesos que lo previsto. Ante la imposibilidad de cubrir la demanda de pesos, producto de la inflación creciente, Alberto Fernández comenzó a importar billetes de Brasil, Alemania, Francia, Malta y China. También compró dos máquinas nuevas de Alemania: la primera llegó en 2022 y la segunda salió de la Aduana dos días antes de la asunción de Javier Milei, sin pagar todas las cuentas. La impresora todavía sigue guardada en una caja en la planta principal de impresión de Retiro. Argentina es uno de los pocos países privilegiados de la región con una Casa de la Moneda desde hace 150 años. Los otros son Brasil, México y Chile. Con la asunción de la nueva administración, Federico Sturzenegger eliminó la prerrogativa que obligaba al Banco Central comprarle el 100% de la producción de billetes al organismo y empezó a llamar a licitaciones públicas, excluyendo de las mismas a la Casa de la Moneda. Después de la aprobación de la Ley Bases, el Gobierno la convirtió de Sociedad del Estado en Sociedad Anónima Unipersonal (S.A.U.), dejó de imprimir los billetes de $ 1.000 y $2.000, y la reestructuró por considerar que estaba sobredimensionada, que sus dos plantas representaban grandes costos operativos, que había un exceso de maquinaria importada, y que estaba fuertemente endeudada. La reorganización incluyó la transferencia de inmuebles a la AABE para su ejecución y el traspaso de funciones a otras áreas: instrumentos fiscales de control y trazabilidad, como las estampillas de cigarrillos, a ARCA, la fabricación de pasaportes al RENAPER, y la operación de dos billeteras virtuales a ARSAT. Así, la actividad de la Casa de la Moneda se redujo a destruir los billetes de 50, 100, 200 y 500 pesos impresos en 2017. Sobre la firma Mirá también Mirá también Newsletter Clarín

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