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» Los Primeros
Fecha: 23/12/2025 00:56
En la calle Guido, en pleno corazón de Buenos Aires, hay un mundo en suspenso. Se trata de 645.052 turnos otorgados para citas presenciales y exactamente 56 toneladas de papel: expedientes en curso donde constan las vidas y vicisitudes de nietos de españoles. Para cuando estos trámites se resuelvan, este "Palacio de Tribunales de ultramar" deberá atender las cuitas burocráticas de una población equivalente a la ciudad de La Plata. La magnitud del fenómeno ha generado cortocircuitos en la sede diplomática, donde las estimaciones suenan a una novela futurista con un marcado tinte de absurdo kafkiano. El cálculo del siglo: 104 años de espera Si la anterior Ley de Memoria Histórica (que excluía a los nietos mayores de edad) procesó 60.000 casos en una década, el panorama actual es abrumador. Se necesitaría poco más de un siglo —exactamente 104 años— para resolver la marea de porteños que hoy reclaman su ciudadanía. “Esto, en caso de seguir el ritmo actual”, aclara José María Ridao, cónsul general y destacado intelectual. “Es tal el caudal de papel, que hemos tenido que habilitar pasillos y zonas con otros usos para almacenar los expedientes. Pero estamos en el camino de un gran cambio esperanzador”, añade. Buenos Aires: ¿La tercera ciudad de España? Las proyecciones indican que, en las próximas décadas, Buenos Aires podría convertirse en la tercera ciudad más poblada de España, solo por detrás de Madrid y Barcelona. Este fenómeno sociológico no solo es una curiosidad demográfica, sino un potencial cambio en el tablero electoral: un millón de nuevos ciudadanos votando a distancia que serán cortejados por la política peninsular. Sin embargo, el "sueño de los papeles" choca con un embudo operativo. Entre octubre de 2022 y 2025, el Consulado llamó a casi 200.000 solicitantes, pero solo ha logrado resolver 30.000 casos. “Hemos resuelto 30 mil, a razón de 10 mil por año. Este ritmo lento es lo que debemos resolver”, sintetiza Ridao. Soluciones frente al "Silencio Administrativo" Ridao, exembajador en India, asumió el cargo en 2024 con un compromiso de orden: “Todos los expedientes serán atendidos en el mismo orden en el que entraron”. Para mitigar la angustia de los solicitantes, logró que se considerara la fecha de pedido de turno como el inicio formal del trámite, evitando que problemas técnicos perjudiquen al ciudadano. No obstante, la estructura actual es insuficiente. Con solo 100 funcionarios para un volumen de correos que llegó a los 10.000 diarios, Madrid evalúa medidas drásticas: Tercerización: delegar el procesamiento de información a empresas externas. Consulados honorarios: apertura de nuevas sedes en La Plata y Mar del Plata para descentralizar la calle Guido. Reforma administrativa: una reestructuración profunda que evite que la digitalización, por sí sola, termine saturando el sistema. La alternativa: El camino corto A pesar del fervor por la Ley de Memoria Democrática, el cónsul Ridao advierte sobre un equívoco común: pensar que esta es la única vía para emigrar. “A nosotros nos cuesta tomar a estos solicitantes como emigrantes en España, ellos son españoles. Pero creo que se ha generado un equívoco. Muchos piensan que obtener la ciudadanía es la única manera de emigrar, cuando hay todo un abanico de visados que permiten acceder a trabajar y estudiar en el país dado que tenemos un acuerdo de emigración muy favorable entre los dos países. El argentino que cuenta con un trabajo legal en España obtiene la nacionalidad con solo dos años de residencia, sin necesidad de atestiguar familiares. En la práctica, este es un camino mucho más corto”. Mientras tanto, el Consulado de Buenos Aires se encamina a ser una ciudad dentro de otra: una "Málaga offshore" o una "Gran Sevilla sureña" donde un millón de españoles de ultramar esperan que el laberinto de papel, finalmente, encuentre una salida.
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