23/12/2025 02:28
23/12/2025 02:28
23/12/2025 02:28
23/12/2025 02:28
23/12/2025 02:26
23/12/2025 02:26
23/12/2025 02:26
23/12/2025 02:26
23/12/2025 02:26
23/12/2025 02:26
» Rafaela Noticias
Fecha: 23/12/2025 00:50
Un hecho de inseguridad ocurrido en barrio Villa Rosas volvió a encender el debate sobre los tiempos de respuesta del sistema judicial y policial en Rafaela. La víctima, Gerardo Manera, denunció que, pese a haber aportado imágenes, videos y datos precisos del sospechoso pocas horas después del robo, la requisa en el domicilio del acusado se concretó recién siete días más tarde. El episodio ocurrió el jueves 4 de diciembre por la tarde, alrededor de las 19, cuando Manera llegó a su domicilio y, como lo hace habitualmente, dejó el portón del garaje abierto mientras ingresaba una herramienta a la vivienda. Minutos después, vecinos lo alertaron de que una persona había salido de su garaje llevando un maletín de herramientas de la marca que él utiliza. En un primer momento revisó su vehículo y no advirtió faltantes, pero luego, tras un nuevo aviso de otro vecino, decidió chequear las cámaras de seguridad. Allí constató que un individuo había ingresado al garaje y se había llevado un taladro demoledor, una herramienta de trabajo valuada en aproximadamente 800 mil pesos. Tras el hecho, Manera realizó la denuncia correspondiente en la comisaría con jurisdicción en la zona y entregó los registros fílmicos. Al día siguiente, luego de publicar lo sucedido en redes sociales, comenzó a recibir mensajes de vecinos que le aportaron nombre, apellido, apodo y domicilio del presunto autor del robo, información que luego amplió formalmente en sede policial. Sin embargo, según relató, recién una semana después la Policía de Investigaciones recibió la orden judicial para realizar una requisa. Para ese momento, el sospechoso fue detenido por otro ilícito cometido contra un tercero, pero la herramienta robada nunca fue recuperada. “Con fotos, videos, nombre y dirección, que se llegue siete días después es darle mucho tiempo. Era lógico que la herramienta ya no estuviera”, cuestionó Manera, quien remarcó que el perjuicio mayor es haber perdido un elemento clave para su trabajo. Más allá del caso puntual, el vecino expresó su preocupación por lo que considera una falla estructural del sistema. “La gente se cansa de denunciar porque siente que no pasa nada. Yo pago mis impuestos para que el sistema funcione, no para negociar con delincuentes”, afirmó. Manera también puso el foco en el impacto social de estos hechos y en la sensación de inseguridad cotidiana. “No es normal que 120 mil personas tengan que encerrarse por un grupo reducido que delinque. Algo está fallando”, sostuvo, y reclamó mayor respaldo a los policías que trabajan correctamente, mejores salarios y decisiones más firmes en materia de seguridad. Si bien el sospechoso permanece detenido, el caso dejó expuesta, una vez más, la distancia entre la rapidez con la que circula la información entre vecinos y la lentitud de los procedimientos formales. “El tiempo y los hechos te terminan dando la razón”, concluyó Manera, al remarcar que la demora fue clave para no poder recuperar su herramienta de trabajo.
Ver noticia original