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  • Martín Ku, el exGran Hermano que se reinventó con un negocio que trajo de China

    » Minuto Uno

    Fecha: 22/12/2025 17:57

    Martín Ku, el exGran Hermano que se reinventó con un negocio que trajo de China Uno de los participantes más queridos del reality dejó la TV para buscar un nuevo negocio. Conocé de qué se trata y cómo se relaciona con China. Lo que durante décadas fue un secreto a voces de la gastronomía callejera en China ha desembarcado finalmente en Buenos Aires de la mano de una cara muy conocida. Martín Ku, el carismático exparticipante de Gran Hermano 2023, se ha convertido en uno de los pioneros al introducir en el mercado local los tanghulu, una golosina tradicional que está causando furor entre los amantes de lo dulce. Este proyecto comercial no nació de la noche a la mañana. La semilla del emprendimiento fue plantada hace más de dos años junto a su gran amigo y excompañero de reality, Facundo Chen. Aunque inicialmente la idea giraba en torno a una tienda de dulces caseros convencionales, el concepto fue evolucionando hasta encontrar su verdadera esencia en las frutas caramelizadas. El joven apodado "El Chino" detalló la naturaleza del producto: “Decidimos transformarlo en estas brochetas de frutas que se bañan en una capa muy fina de caramelo, queda crocante y muy rico”. Ubicado en el corazón del Barrio Chino, el local se distingue por ser el primero y único en su tipo en todo el territorio nacional. La elaboración de los tanghulu requiere una técnica precisa y, sobre todo, una inmediatez absoluta, ya que el producto tiene una vida útil extremadamente corta. Sobre este punto, Martín subrayó la importancia de la calidad: “Los tanghulu son estas brochetas de frutas, como frutilla y uva, bañadas en esta capa superfinita de caramelo. Se hacen artesanalmente y literalmente duran dos horas. Pasado ese tiempo se echa a perder por lo que hay que descartarlo”. Mientras el joven competía dentro de la casa más famosa del país, sus socios continuaron con el desarrollo del negocio a un ritmo pausado pero constante. Durante esos siete meses de aislamiento, el equipo se dedicó a pulir las técnicas de caramelización para alcanzar el estándar deseado. Por su parte, Martín mantuvo la calma y delegó con seguridad. “Sabía que, aunque me preocupara, no iba a cambiar nada desde adentro de la casa”, admitió sobre aquel periodo. La enorme popularidad obtenida en el programa se ha trasladado directamente al mostrador del negocio. El local no solo es un punto de venta, sino también un espacio de encuentro donde los clientes buscan conocer a su ídolo. Martín confesó que su realidad dio un giro de 180 grados: “La verdad es que mi vida cambió rotundamente tras Gran Hermano. Por supuesto que para mí sigue siendo raro que la gente me reconozca y me pida fotos... Pero siempre con la mejor onda. Incluso, si hay tiempo, charlamos y respondo todo”. Las consultas de los seguidores suelen girar en torno a su experiencia televisiva, el destino de la casa que ganó en el certamen o el bienestar de su perro. Sin embargo, más allá de la pantalla, Ku se define por su herencia familiar. Hijo de madre china y padre taiwanés, el emprendedor asume que su disciplina proviene de sus raíces: “Somos muy exigentes con el laburo, nos damos poco descanso, pensamos todo el tiempo en progresar y generar ingresos para vivir mejor”. Con apenas dos meses desde la inauguración, el éxito es rotundo y los planes de expansión ya están en marcha. Martín adelantó que el balance es sumamente positivo y que ya visualiza un futuro de crecimiento sostenido. “Funcionó de maravilla y está todo muy bien proyectado para abrir otra sucursal”, reveló con entusiasmo, confirmando que su objetivo final es transformar este rincón asiático en una franquicia que llegue a más puntos del país. Te puede interesar

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