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Fecha: 22/12/2025 11:43
El “parole humanitario” es una figura del derecho migratorio estadounidense que permite a extranjeros entrar y permanecer temporalmente en el país por razones urgentes, como crisis humanitarias o necesidad de reunificación familiar, sin ser admitidos formalmente bajo una visa tradicional. Hasta ahora, programas categóricos de parole, como los orientados a reunificación familiar para ciudadanos o residentes de países como Cuba, Haití, Ecuador, Colombia, Guatemala, El Salvador y Honduras, permitían que familiares directos pudieran solicitar esta residencia temporal desde el extranjero. Estas iniciativas tenían como objetivo acortar tiempos de espera y evitar cruces irregulares en la frontera. Pero el gobierno de Donald Trump anunció ahora la terminación de todos esos programas de “Family Reunification Parole” (FRP), los cuales dejarán de operar a partir del 14 de enero de 2026, salvo excepciones muy específicas en las que el plazo de estancia ya venza después de esa fecha o casos evaluados individualmente. La administración estadounidense, a través del secretario de Seguridad Nacional, sostuvo que los programas FRP no cumplían con sus objetivos previstos. La crítica de Trump es que estos programas de parola humanitaria no desalentaban la migración irregular. Este cambio pone fin a vías migratorias que, aunque temporales, ofrecían una salida legal y ordenada para familias separadas por largos procesos de visa. La decisión ya generó alarma entre organizaciones defensoras de derechos de migrantes y comunidades de latinoamericanos en Estados Unidos. El cierre de los programas FRP implica que familias separadas por años pueden ver truncadas sus posibilidades de reunificación legal. Por otro lado, miles de personas que ingresaron bajo parole podrían tener que abandonar el país si no acceden a otra estatus migratorio. La alternativa, en muchos casos, será solicitar asilo u otras vías que implican procesos más largos y complejos. Defensores de derechos humanos señalan que esta política podría incrementar la población migrante indocumentada y aumentar la precariedad de millones que hoy dependen del parole como un puente hacia la estabilidad familiar y laboral.
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