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  • ¿Puede un juez irse de vacaciones dejando detenidos sin pruebas en una causa atravesada por errores, contradicciones, testigos truchos, p

    » Diariopinion

    Fecha: 22/12/2025 11:18

    La decisión del juez Marcelo López Picabea de tomarse vacaciones hasta febrero, sin resolver la situación procesal del menor Sebastián Torres y de su padrastro Carlos Aguilar, ambos detenidos por el crimen de Xiomara Portillo, profundizaria la crisis de credibilidad de una causa atravesada por falsos testimonios, pruebas ocultadas y graves contradicciones internas. Si el magistrado concreta su salida, dos personas continuarán injustamente privadas de su libertad durante las fiestas, sin una sola prueba contundente que las vincule al asesinato, pese a que la autopsia demolió la hipótesis central que sostenía las detenciones. Detenidos por un relato armado Los abogados defensores Eladia Carrión y Javier Vargas explicaron que la imputación contra Torres y Aguilar se sostiene en testimonios absolutamente endebles. Uno de ellos es el de un menor de 15 años, detenido el día 28 por "vagar" de madrugada en actitud sospechosa. Según relataron, mientras la Policía buscaba a su madre para retirarlo de la comisaría, el adolescente habría ofrecido un intercambio explícito: "Si me sueltan, les cuento quién asesinó a Xiomara". A ese menor no se le realizaron análisis toxicológicos, ni se evaluó su estado de intoxicación. Sin embargo, ya con su madre presente, repitió un relato plagado de inconsistencias, que luego fue utilizado como base para una denuncia formal. Según esa versión, un chico cuyo nombre no conocía se habría "quebrado" y le habría contado que Xiomara murió por sobredosis en una fiesta, junto al menor detenido y su padrastro, y que luego descartaron el cuerpo. Ese relato fue categóricamente desmentido por la autopsia. La autopsia que derrumbó la acusación El examen forense confirmó que Xiomara no murió por consumo de drogas, sino que fue asesinada de manera violenta, desangrada por una herida corto-punzante en la zona cervical, sin rastros de intoxicación. Pese a ello, y a que la prueba central de la imputación quedó aniquilada, Torres y Aguilar continúan detenidos. Contradicciones familiares y denuncias cruzadas La situación se agrava por las contradicciones y enfrentamientos dentro de la propia familia de la víctima, que lejos de ser investigados a fondo, parecen haber sido ignorados. La prima Victoria Elena Díaz declaró que Xiomara recibía transferencias de hombres por tareas de acompañamiento, a través de un Mercado Pago vinculado al Gmail de su madre, Patricia Acosta, y que su hermana Marilyn sabía que recibía dinero de personas mayores. Incluso afirmó que Xiomara le mostraba montos importantes guardados en su cuenta. Victoria Díaz también sostuvo que el último contacto con Xiomara fue a las 5:30 de la mañana, minutos después de que un playero de la estación Axion declarara haberla visto subir a una camioneta. Sin embargo, la madre Patricia Acosta declaró que Xiomara se ausentó del domicilio a las 5:30, mientras que su prima afirmó que se fue alrededor de las 2:30, y agregó que la madre no se encontraba en la casa hasta el día siguiente, cuando regresó por una actividad política vinculada a Marcelo Sosa. Violencia, silencios y más sospechas Tras confirmarse que el cuerpo hallado era el de Xiomara, Victoria Díaz denunció que fue golpeada y patoteada por personas extrañas, que la responsabilizaban por la muerte de la joven y le decían que "ella debía estar muerta", pese a que —según afirmó— tanto la madre como las hermanas conocían perfectamente a qué se dedicaba Xiomara. Posteriormente, otra hermana, Bell Portillo, realizó fuertes acusaciones públicas contra Victoria Díaz, profundizando el conflicto interno. Mientras tanto, nadie investiga a fondo estas denuncias, ni las transferencias, ni los teléfonos, ni el entorno real de la víctima. Navidad sin justicia Pese a: – la caída total del testimonio del menor, – la contradicción entre los relatos familiares, – la prueba forense concluyente, – y la existencia de registros fílmicos que muestran a Xiomara con vida después de salir del domicilio del menor, Sebastián Torres y Carlos Aguilar seguirán presos, y si Picabea se va de vacaciones, pasarán la Navidad y el Año Nuevo tras las rejas, sin condena y sin pruebas. La pregunta ya no es jurídica, sino ética e institucional: ¿Puede un juez irse de vacaciones dejando detenidos sin pruebas en una causa atravesada por errores, contradicciones, testigos truchos, pruebas ocultadas y sospechas de encubrimiento? En el caso Xiomara, la justicia no solo llega tarde: parece haberse detenido por completo.

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