22/12/2025 07:03
22/12/2025 06:59
22/12/2025 06:57
22/12/2025 06:57
22/12/2025 06:51
22/12/2025 06:50
22/12/2025 06:50
22/12/2025 06:50
22/12/2025 06:47
22/12/2025 06:47
Buenos Aires » AmbitoWeb
Fecha: 22/12/2025 05:25
El mercado bull reina a sus anchas. Lo que está en dudas es el rally de Navidad. El mercado alcista cumplió tres años en octubre, soportó estoico la espada de Damocles de una corrección que lucía inexorable, pero se disipó sin concretarse. Y sacó provecho de la última baja de tasas de la Fed para estampar nuevos récords antes y después. Pero lo suyo reciente es un avance entrecortado y no la explosión avasallante que se asocia a las fiestas de fin de año. ¿Se podrá contar además con un rally de Papá Noel a modo de colofón? ¿O será mucho pedir? El índice S&P 500 escaló 16,2% en 2025. El Nasdaq, más de 20%. El Russell 2000, el furgón de cola de la cruzada, anotó 13,4%. Es un año excelente a todas luces, aunque bajase ya la persiana. ¿Sumará la frutilla del postre? Una inesperada retracción en la inflación de octubre-noviembre, sospechosa por lo precario de la medición, aplanó la ebullición incómoda de las tasas largas y alienta el entusiasmo de Wall Street. La última semana completa de 2025 cerró así, viajando de menor a mayor y con un remate sólido y desafiante. El flujo de los indicadores económicos, interrumpidos por el cierre parcial del gobierno, se restablece, poco a poco. Pero hay vacíos en la información oficial que no tendrán solución. Simplemente, porque no se recopilaron los datos esenciales a tiempo. Se crearon 64 mil empleos netos en noviembre, pero la lectura de octubre – conocida en simultáneo – avisó de la destrucción de 105 mil. Ello incluye la pérdida definitiva de 151 mil puestos públicos federales, atribuibles a diversos programas de recortes (incluyendo los efectos rezagados de la motosierra DOGE de Elon Musk) y no al “shutdown”. Está claro sí que el cierre récord de la Administración –43 días – aumentó las suspensiones y cancelaciones temporarias de contratos y contribuyó al salto de la tasa de paro. De septiembre a noviembre (octubre no se pudo computar), trepó dos décimas a 4,6%, su nivel más elevado desde 2021. Habrá que esperar para ver si diciembre, con el regreso a la normalidad, compensa (o revierte) esa variación. De más está decir, que toda la data reciente debe ser tomada con pinzas por las condiciones precarias de su confección. Así, el desempleo juvenil acusó un incremento pronunciado – pasó de 13,2% en septiembre a 16,3% en noviembre – lo que, a priori, se presume más una distorsión estadística que la magnitud genuina de su deterioro. La inflación, difundida el jueves, proveyó el plato fuerte. Los precios al consumidor aumentaron 0,2% en los dos meses de septiembre a noviembre. La variación interanual arrojó una cifra muy inferior a lo que se esperaba: 2,7% versus 3% en septiembre. Como noticia aportó un titular excelente, aunque estuviera flojo de papeles. Pero los mercados quieren creer, y lo tomaron en cuenta muy favorablemente. El “shutdown” duró todo octubre. Y finalizó el 13 de noviembre. La oficina de estadísticas retomó sus tareas recién al día siguiente. Con la información que se recogió a partir del 14, más algunas otras fuentes aisladas, muchas imputaciones (y con categorías totalmente desiertas en octubre) se armó este informe de compromiso de octubre-noviembre. Fue imposible así calcular la variación mensual de precios. Los supuestos utilizados para cubrir los huecos informativos – que tendieron a hacer cero la variación de octubre y a debilitar la lectura de noviembre – conllevan un gran impacto en la estimación de los costos de los servicios de vivienda, un componente que explica casi un tercio del índice y que luce deprimido artificialmente. Con todos sus bemoles, la retracción de la inflación así medida ejerció un gran impacto. Calmó los nervios de las tasas largas, una preocupación en alza que se agita con los planes de la Administración Trump por buscar al reemplazante de Jay Powell al frente de la Fed. Que el presidente haya entrevistado al gobernador Chris Waller (quién sigue en carrera, no así su colega Michelle Bowman) y que la inflación se modere, ambos a la vez, hicieron amainar la cresta de la ola. La Bolsa se valió de esa súbita tranquilidad para remontar jueves y viernes y asegurarse un avance semanal que el miércoles parecía imposible. Uno de los halcones más torvos de la Fed, el titular del organismo en Chicago, Austan Goolsbee, también se hizo eco de la novedad. “La data flamante de inflación es favorable”, señaló quien se opusiera al recorte de tasa en la última reunión (junto con Jeff Schmid). El mercado laboral se enfría de manera “tenue y sostenida”. Hace falta comprobar que el progreso observado en la inflación persiste, dijo, “y las tasas de interés podrán caer un buen trecho”. El ya citado gobernador (y candidato) Waller apuntó que la inflación comenzará a declinar en 3 o 4 meses y que así se despejará la escena actual. De no mediar el informe de octubre-noviembre que le dio el pie conveniente, su afirmación se juzgaría solo como un discurso proselitista para granjearse la simpatía de la Casa Blanca. Las tasas largas rebotaron levemente el viernes después de que el Banco de Japón elevara las suyas a su máximo de 30 años y anticipara nuevos ajustes en el futuro. Las tasas largas también se empinan en Europa como consecuencia del acuerdo para financiar a Ucrania. Pero la calma de fondo no se alteró. La ebullición que cuenta es enteramente local, fabricada en Washington. Y, a esta altura, ampliamente testeada. Las tasas largas suben con Kevin Hassett cortándose como amplio favorito. Se moderan cuando tercia la figura de Kevin Warsh, pero no bajan. Y lo han hecho ahora, informe de inflación mediante, con Chris Waller creciendo como una figura expectante. Dos semanas atrás, los mercados de apuestas lo anotaban con 2% de chances. Esta semana tuvo un pico por encima de 20%, no muy lejos de Warsh. Entiéndase que no es nada personal. Pero preservar lo conocido en el manejo de la política monetaria es mucho más confiable para los bonos que ensayar un salto al vacío. ¿Y qué decir del rally de Papá Noel? Los temores por el gasto descomunal de inversión asociado a la bonanza de la inteligencia artificial no se van a resolver en el corto plazo. El tiempo dirá. Por eso mismo, bien pueden tomarse un descanso ocasional, para revivir más adelante. Lo hicieron el viernes. Y, gracias a esa tregua transitoria, Oracle y Nvidia empujaron fuerte del carro. Un informe de Bank of America, recién salido del horno, encuentra a los administradores profesionales de cartera bullish como nunca en los últimos cuatro años y medio, invertidos agresivamente y optimistas como solo en ocho ocasiones en este siglo. No hace falto tanto, a decir verdad, para cerrar el año a toda orquesta. La mesa está servida si las tasas largas no tiran del mantel.
Ver noticia original