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  • La telefonía en Concordia (segunda parte)

    Concordia » El Heraldo

    Fecha: 20/12/2025 17:35

    Desde el Museo Regional Palacio Arruabarrena estamos terminando con el montaje de una exhibición sobre la historia de la telefonía titulada “La voz de Concordia”. En ese marco, compartimos con el público lector algunos datos sobre la Compañía Entrerriana de Teléfonos, una empresa precursora a nivel nacional, aparecidos en una nota publicada en “El Litoral” el 10 de enero de 1982. Comentaba dicho artículo periodístico que la Compañía Entrerriana de Teléfonos había agregado un nuevo hito a su fructífera trayectoria al inaugurar a principios de la década de 1980, una moderna central telefónica y el sistema de telediscado, uno de los adelantos electrónicos más significativos en materia de comunicaciones. De esta manera, Concordia había quedado integrada a una vasta red de telecomunicaciones de todo el país, con la eficiencia y simplicidad que otorgaba el sistema de discado directo. Se decía “un avance más” porque la Compañía Entrerriana de Teléfonos, empresa privada de gran envergadura nacida en Concordia, había tenido muchos otros anteriormente, cuando desde nuestra ciudad se había constituido en sede de la telefonía de toda la provincia de Entre Ríos. Para conocer algo de su historia el cronista había entrevistado al gerente general, señor Carlos Gómez, quien amablemente facilitó datos históricos y estadísticos sobre la telefonía entrerriana. A principios del siglo XX nació la telefonía en Entre Ríos, cuando en sus ciudades más importantes se instalaron conmutadores manuales, alimentados por pilas, por empresarios particulares. En Concordia existían dos empresas: la del señor Juan P. Toucen y la del señor Bartolomé J. Carlevaro. En 1916 se había fundado en Concordia la Compañía Entrerriana de Teléfonos, sobre la base de la empresa Toucen, la más destacada y con mayor número de abonados, adquiriendo el edificio lindero, que era el actual del Distrito Concordia en Aristóbulo del Valle 51. Allí se instaló posteriormente un conmutador más grande y a batería central. Los pioneros de la CET habían sido Benito Legerén, Pedro Mendiburu, Domingo Isthilart, Carlos Dubra, Moisés Ortelli, el Dr. Martín Ortelli y el Dr. Joaquín Comas Meyer. Desde entonces, la CET comenzó a crecer cuando se resolvió unificar los servicios telefónicos que existían en las ciudades de la provincia. Esta tarea estuvo a cargo del señor Carlos Dubra, quien recorrió las demás empresas particulares que, convencidas de la conveniencia, fueron incorporándose a esta gran compañía. Así llegó a integrar el directorio el señor Goldaracena de Gualeguaychú. En una revista editada en Buenos Aires en 1920, dedicada íntegramente a Concordia, aparecía ya la Compañía Entrerriana de Teléfonos como Sociedad Anónima, con casa matriz en Aristóbulo del Valle 51 y sucursales en Paraná, Gualeguaychú, Gualeguay, Concepción del Uruguay, Victoria, Nogoyá, Colón y Federación, es decir, las principales ciudades entrerrianas. Los teléfonos figuraban con la palabra “La Entrerriana” antecediendo al número de dos cifras. En ese tiempo ocupaba la gerencia el ingeniero Dahlback y, cuando se adquirió la empresa particular de Villaguay de Ricós Hnos., el señor Carmelo Ricós pasó a ocupar la gerencia de Concordia y el ingeniero Dahlback la gerencia general en 1921. La flamante empresa había comenzado a construir ramales interurbanos para unir con teléfonos las distintas ciudades y localidades de la provincia, realizando canalizaciones subterráneas para los cables telefónicos. Para ello adquirió el material más moderno de la época: el sistema sueco Ericsson, que se utilizó en sus centrales. Para dar una idea de la importancia que iba adquiriendo la CET, la revista *Cien Ciudades Argentinas* en 1927 afirmaba: “Toda la provincia de Entre Ríos está comunicada con Concordia por medio de una vasta red telefónica perteneciente a la Compañía Entrerriana, que tiene su asiento en esta ciudad. Trátase de una empresa local, formada con capitales de la localidad, que irradia desde ésta hacia todos los rumbos de la provincia, trasponiendo también los grandes ríos para expandirse a Santa Fe y Buenos Aires, los tentáculos de su red alámbrica que ponen en comunicación directa y constante a millares de hombres”. El artículo mencionaba ampliaciones en la central Paraná para 1.900 líneas, la instalación de una nueva central en Villa Federal con capacidad para 100 abonados y la construcción de líneas hacia Diamante, Uruguay y Villaguay. En julio de 1929, por resolución de la Asamblea, se elevó el capital social a cuatro millones de pesos y se lanzó una suscripción pública por 1.600.000 pesos para acometer reformas y ampliaciones. Se contrató la modificación de los sistemas en las centrales de Concordia, Uruguay y Gualeguaychú, adoptando el automático como la última expresión del progreso en telefonía. Concordia completó sus canalizaciones subterráneas y, en 1929, se convirtió en la primera ciudad del interior de la República que contó con servicio automático, gracias a la incansable gestión del ingeniero Luis Jaureguiberry. Luego se sumaron Concepción del Uruguay, Gualeguaychú, La Paz, Diamante, Gualeguay, Villaguay, Victoria y finalmente Paraná en 1933, seguidas por Tala y Nogoyá. La CET también intensificó el tráfico con compañías de Santa Fe, Buenos Aires y Capital Federal, incorporando capitales suecos y consolidando su estructura directiva. En 1927 la ganancia líquida había sido de $185.414,10 tras las amortizaciones correspondientes. Con el tiempo, la CET pasó a pertenecer a la Compañía Argentina de Teléfonos, que cubría varias provincias, manteniendo en Entre Ríos el nombre original por pedido expreso de los accionistas. A comienzos de los años 80, la empresa contaba con 78 centrales unidas por ramales aéreos y canales de ondas portadoras, que permitían la interconexión de unos 25.000 abonados provinciales con la Red Nacional. De Paraná a Santa Fe el servicio se realizaba por el sistema de micro-onda y de allí por cable coaxil a Rosario, Buenos Aires y otros puntos del país. También Gualeguay estaba conectada con San Pedro y Concordia por ramal físico, aunque se construía un cable coaxil con capacidad para 500 canales. En Concordia, en 1980 se habilitaron 2.000 líneas automáticas, elevando la capacidad de la central local a 7.500 teléfonos, además de instalar 45 teléfonos públicos en barrios apartados. El último logro se concretó con la inauguración de la nueva central automática AXE Ericsson con capacidad para 10.000 líneas, una de las más modernas en Sudamérica, que reemplazó íntegramente a la anterior electromecánica. Simultáneamente se habilitó la central semielectrónica destinada al servicio interurbano automático, que permitía a los usuarios conectarse con la red nacional y realizar comunicaciones directas con otras áreas automáticas de larga distancia. Entre las nuevas prestaciones figuraban la marcación abreviada, la transferencia de llamadas, el aviso de llamada en curso, la programación de llamadas automáticas y la posibilidad de establecer conferencias entre tres abonados. Finalmente, se inauguró el sistema de telediscado entre Concordia y Chajarí, primer paso para seguir sumando avances con el tiempo. La historia de la telefonía en Concordia refleja un camino de innovación que transformó la comunicación en Entre Ríos y proyectó a la ciudad como referente nacional. Desde los primeros conmutadores manuales hasta la instalación del sistema automático y la moderna central AXE Ericsson, cada avance consolidó a Concordia como pionera en las comunicaciones telefónicas. Nos reencontraremos en una semana para seguir descubriendo más historias de Concordia y la región. Museo Regional Palacio Arruabarrena, dirección: Entre Ríos y Ramírez. Visitas guiadas de lunes a viernes de 8 a 12 hs. Museo Regional Palacio Arruabarrena

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