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» La Capital
Fecha: 20/12/2025 12:55
La problemática establece una nueva gama de iniciativas que van desde la regulación de los cuidacoches hasta su eliminación. Un tema polémico El de los cuidacoches es un tema que aún no se ha podido solucionar. Ahora, se contraponen los proyectos punitivos con los de registro e inserción social. Al menos siete proyectos están en estado parlamentario en el Concejo y a punto de ser presentados de cara a un 2026 en el que varios concejales buscarán modificar el artículo 300 del Código de Convivencia en el que sólo se imponen multas y tareas educativas a los cuidacoches. Al menos dos iniciativas van por su prohibición, mientras que otra busca aplicar una modificación a la Justicia de Faltas provincial para que la policía los erradique de las calles rosarinas. Esta mirada punitiva alterna con otros proyectos en los que se pide un registro, identificación e inserción social de los trapitos. Tema sin resolución, crónico, con marchas y contramarchas, el abordaje de quienes ofrecen los servicios de "cuidar" los autos a quienes estacionan por las calles de la ciudad sigue en debate en el Concejo. Desde aquel proyecto del exconcejal Jorge Boasso de 1995 que creaba un registro voluntario, identificados con pechera, foto y nombre, hasta la iniciativa de la exconcejala Carola Nin en 2017, que establecía un programa de inclusión social, el malestar y las denuncias siguen a la orden del día. En noviembre de 2021 se aprobó el nuevo Código de Convivencia Ciudadana. En su artículo 300, expresaba: "La persona que, mediante actos determinados obstruya o altere la fluidez o seguridad del tránsito, o que mediante actos extorsivos o de cualquier otra manera se arrogue preferencia de uso sobre la calzada o parte de la misma sin autorización alguna de la autoridad, será sancionada con multa de 10 a 200 unidades fijas (equivalentes a un litro de nafta súper por unidad) o con la realización de tareas educativas". Acumuladas en consideración del actual cuerpo deliberativo, existen varias iniciativas. Entre ellas, la del exconcejal Carlos Cardozo y la actual edila Anita Martínez, que pide incorporar el artículo 300 bis: "Prohibición a cuidacoches, es decir personas que, mediante una contraprestación en dinero, ofrecen el cuidado o lavado de vehículos particulares en la vía pública sin autorización de la autoridad competente". La pena se elevará al doble si la actividad es desarrollada mediante amenazas o extorsiones y se triplica si participan dos o más individuos en forma organizada. Por otro lado, la concejala Fernanda Gigliani crea el padrón de inclusión sociolaboral para cuidacoches, autorizados por ordenanza. Cada beneficiario deberá realizar una capacitación obligatoria en convivencia ciudadana, entre otras cosas. En la iniciativa le corresponderá a la Secretaría de Desarrollo Humano establecer precisamente las zonas y eventos públicos en donde podrán llevar adelante su actividad los cuidacoches, horarios de funcionamiento, padrón, vestimenta oficial, datos filiatorios, legajo y la confección de un registro con una orden de prelación priorizando a quienes cumpliendo los requisitos venían desarrollando en la actividad. Un 10 por ciento quedaría reservado para mujeres víctimas de violencia de género y otro cinco por ciento para minorías sexuales. La contribución recibida de los automovilistas será de carácter voluntario. El proyecto establece sanciones y la posibilidad de convenios con instituciones. Erradicación de los trapitos Federico Lifschitz, por el oficialismo, es otro edil que ha venido trabajando esta problemática. Su proyecto tiene como finalidad "erradicar" la práctica informal del cuidado del vehículo en la vía pública. De manera paulatina, la práctica del cuidacoche no se podrá llevar a cabo en zonas donde funcione el estacionamiento medido, donde se lleven a cabo eventos culturales y deportivos. "Se busca erradicar a fin de poder contar con información sensible respecto a antecedentes delictivos, participación en hechos violentos, intimidatorios y extorsivos, y distinguir a personas que realizan esta práctica informal de buena fe con el fin de promover la inclusión laboral", expresa el texto. La iniciativa quiere que a través de la aplicación Movi o el Munibot se contemplen los canales de reclamos y denuncias. Con la nueva composición del Concejo, se espera que ingresen iniciativas tanto de la edila javkinista Carolina Labayru, como del referente de La Libertad Avanza (LLA), Juan Pedro Aleart, quien también va por la eliminación de los trapitos como actividad. También llegaron al Palacio Vasallo propuestas de particulares, como la de la Fundación Máxima Seguridad que también quiere cuidacoches con vestimenta con chalecos reflectivos, datos filiatorios, certificado de buena conducta, revisación médica y capacitación en el área de seguridad vial. Los beneficiarios serán monotributistas y se implementará una tarjeta de contribución dependiendo del tiempo en que retire cada automovilista su vehículo. El valor de la tarjeta contribución se obtendrá de un promedio del estacionamiento privado y del estacionamiento medido. Pero el ciudadano no estará obligado a colaborar. Entre las vecinales abocadas en la materia figura la Ernesto Sábato, que tiene ascendencia sobre el Paseo del Siglo. Piden que la actividad sea literalmente prohibida. "La invasión perturbadora, continua y amenazante de cuidacoches y abrepuertas que controlan cualquier accionar de visitantes, comercios y vecinos es tal que causa un malestar total y contribuye a los sucesivos y numerosos episodios de inseguridad", describen en una nota al Concejo en la que denuncian el lavado de autos en la calle y piden soluciones. La presidenta del Palacio Vasallo, María Eugenia Schmuck, adelantó el panorama que se viene para 2026. "Creo que hay que aprovechar la autonomía para acordar con provincia competencias y recursos para organizar el control de la calle, será tema del año que viene, con más gestión de cómo avanzar que normativa", indicó. En el caso de Labayru quedó como promesa de campaña articular con el senador por Rosario, Ciro Seisas, una acción coordinada para avanzar en la prohibición. "Queremos que orgánicamente la policía siga trabajando para recuperar el control de la calle junto a inspectores municipales. La única manera es modificar el código contravencional de la provincia, lo que supone identificar quién es recuperable en el sistema y quien se hace pasar por trapito pero en realidad es delincuente o apretador", destacó en diálogo Seisas para agregar: "Hay una mirada social, pero también una de orden público con respaldo a las fuerzas de seguridad en mi proyecto".
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